María de la Concepción Aleixandre Ballester (1862-1952)

Ciencia y más

Concepción Aleixandre. Imagen: Wikimedia Commons.

Ginecóloga, pedagoga y feminista española. Nació en Valencia, en una familia acomodada (su padre era representante comercial). Aleixandre estudió el bachillerato en el Instituto Luis Vives de la capital valenciana, consiguiendo el título en 1883. De inmediato, se inscribió en la Escuela Normal Femenina de Valencia y aprobó el examen de grado de maestra de enseñanza elemental. Sin embargo, no llegó a ejercer el magisterio. Si bien a lo largo de su vida mantuvo su inquietud hacia la pedagogía, Aleixandre eligió un camino entonces inédito y vedado a las mujeres (condenadas al trabajo doméstico o, como mucho, a la educación infantil). Se matriculó en la Facultad de Medicina de la Universidad de Valencia, para lo cual tuvo que recibir un permiso especial del rectorado.

En aquella época, las mujeres no disfrutaban de igualdad de condiciones en el acceso a la enseñanza superior (algo que no llegaría hasta 1910) y, además, tenían que enfrentarse a la misoginia y al machismo del mundo académico. Por ejemplo, la prestigiosa revista El Siglo Médico consideraba en 1875 que ser mujer y ejercer la medicina eran incompatibles y lo hacía con el siguiente argumento: “Nos limitaremos (…) a repetir que la mujer no puede tener la seria pretensión de seguir la carrera médica sino con la condición de dejar de ser mujer; por la leyes fisiológicas, la mujer médico es un ser dudoso, hermafrodita o sin sexo y en todo caso un monstruo”.

Las catalanas Elena Maseras Ribera (1853-1905), Dolores Aleu Riera (1857-1913) y Martina Castells Ballespí (1852-1884) fueron las tres primeras españolas en matricularse (respectivamente en 1872, 1874 y 1877) y, a su vez, en licenciarse (todas en 1882) en una carrera universitaria (Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona), siendo Castells y Aleu las primeras que obtuvieron en España el grado de doctor (1882), si no se tiene en cuenta el recibido de manera excepcional en 1785 en la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de Alcalá de Henares por la aristócrata madrileña Isidra de Guzmán de la Cerda (1768-1803).

Por su parte, Aleixandre coincidió con Manuela Solís Clarás (1862-1910) en la Facultad de Medicina. Ambas se graduaron en 1889 con excelentes notas (al igual que sucedió con sus colegas catalanas). De las 24 asignaturas, Aleixandre logró 20 sobresalientes (uno con premio y otro con honor) y fue la novena mujer española en tener un título universitario (hasta entonces todos en medicina). Se especializó en ginecología, doctorándose en Madrid, donde desarrolló su actividad profesional. Fue médica auxiliar en el Hospital de la Princesa (1891) y en la Casa Provincial de Maternidad e Inclusa (1902). Además, abrió consulta privada, primero (1890) en su propio domicilio en la calle de Salustiano de Olózaga, donde asistía gratuitamente a mujeres pobres, y después en las de Argensola (1906), Serrano (1915) y Núñez de Balboa (1927), donde atendía en habitaciones preparadas y en horarios adaptados para personas de distintas posibilidades económicas. Su atención se hizo famosa a causa de su calidez y cercanía con las pacientes y sus hijos, que podían acudir a la consulta a centenares en una sola jornada.

Asimismo, Aleixandre fue miembro de varias entidades médico-científicas: Sociedad Ginecológica Española (1892), Instituto Médico Valenciano (1895), Sociedad Española de Higiene (1904), Institución Española de Educación Física (1911), Asociación Española para el Progreso de las Ciencias (1912), Sociedad de Pediatría de Madrid (1917). También perteneció a la Inspección Médico-Escolar de Madrid (creada en 1913). Participó en distintos simposios: Congreso Médico-Farmacéutico Valenciano (1891), Congreso Pedagógico Hispano-Luso-Americano (1892), XIV Congreso Internacional de Medicina (1903), Congreso de Educación Física (1917). Asimismo, Aleixandre tuvo un papel muy destacado en charlas divulgativas y campañas de concienciación sobre la higiene y la salud de mujeres y niños.

Primera imagen de la patente no. 47109 (planos y firma). Imagen: OEPM.

En 1910, Aleixandre registró una patente (no. 47109) a favor de dos pesarios metálicos de anillos reductibles. El pesario es un dispositivo que se coloca en la vagina para corregir el descenso o prolapso del útero, generalmente a consecuencia del parto. Este instrumento permite sostener la matriz sirviendo de apoyo a las vísceras abdominales que inciden sobre el órgano. Su efecto es, por tanto, similar al de los bragueros para contener hernias o a las candelillas que separan las paredes de la uretra.

Los pesarios ya eran conocidos en la Antigüedad, sobre todo para funciones anticonceptivas, abortivas, astringentes, purgantes o emolientes, estando hechos en diversos materiales (madera, hueso, marfil, metal, cuero, corcho, tela, esponja o vegetales), con variados diseños (circulares, elipsoidales, cónicos, ovales, truncados, aplanados, huecos, horadados en su centro o en forma de tapón) para adaptarse a las sinuosidades de la anatomía vaginal e impregnados de distintas sustancias (estiércol, miel, picantes, aceites, incienso, vino, ácidos) con el fin de obtener el efecto deseado. A partir del siglo XVII, médicos franceses como Barthélémy Saviard (1656-1702), René-Jacques Croissant de Garengeot (1688-1759), André Levret (1703-1780) o Joseph Capuron (1767-1850) comenzaron a emplearlos específicamente como remedios mecánicos contra el prolapso.

Segunda imagen de la patente no. 47109 (planos y firma). Imagen: OEPM.

Según cuenta Aleixandre en la memoria descriptiva de su patente, el pesario era un instrumento de uso habitual en la tocoginecología de la época y se combinaba con otros procedimientos (reposición de la matriz prolapsada, amasamiento de adherencias o de tejidos relajados, faja eléctrica, electroterapia o baños fríos), sirviendo también para evitar la intervención quirúrgica y prevenir patologías como degeneraciones fibrosas, alteraciones en las trompas o inflamaciones graves. Asimismo, Aleixandre señala los inconvenientes (infecciones y mal olor) del pesario blando diseñado en caucho por el ginecólogo francés Amédée Dumontpallier (1826-1899).

El dispositivo inventado por la médica española era resultado de sus propias experiencias clínicas y consistía en una anilla cuyo cuerpo estaba hecho de aluminio y llevaba unos muelles de acero niquelado que proporcionaban la suficiente elasticidad para una fácil inserción en la vagina sin tener que rasgar la vulva y sin que se deslizara hacia fuera una vez introducido. Además, el sistema se ofrecía en dos modelos de diferente diseño y tamaño según se tratara de cavidades estrechas o dilatadas y de paredes más o menos laxas, quedando explicada mediante dibujos la manera de usarlos y siendo muy sencilla la limpieza a través de la ebullición y el empleo de sustancias antisépticas. No obstante, esta patente no llegó a pasar el preceptivo trámite de su puesta en práctica y terminó caducada en 1912. Aún así, es probable que utilizara su invento en su habitual trabajo facultativo.

Tercera imagen de la patente no. 47109 (planos y firma). Imagen: OEPM.

Aleixandre estuvo interesada en ampliar conocimientos y estar al tanto de novedades tecnológicas y farmacológicas. Por ejemplo, llegó a ser alumna de la Internacional Institución Electrotécnica, innovadora academia de formación por correspondencia, creada en Valencia en 1903 por el ingeniero militar Julio Cervera Baviera (1854-1927), uno de los pioneros de la radiofonía. En 1908, Aleixandre viajó a clínicas extranjeras de Francia, Suiza y Alemania para conocer de primera mano los progresos en la ciencia médica.

Además, su nombre y su prestigio sirvieron para difundir aparatos y productos terapéuticos. Fue el caso de una máquina de masaje vibratorio denominada “Vedee”, protegida en España en 1907 mediante patente (no. 42251) por el comerciante londinense John Edwin Garratt y que servía como tonificante general y alivio de numerosas enfermedades (hepáticas, renales, digestivas, reumatismo, gota, neuralgia, jaqueca y dolor de muelas). Asimismo, Aleixandre recomendó la ingesta del agua mineral del manantial lucense de Mondariz, explotada comercialmente desde 1873 por el médico gallego Enrique Peinador Vela (1847-1917) y muy útil para enfermos de dispepsia, artritis, litiasis (renal y biliar) y cólico intestinal. También publicitó el «Sanatogen”, un “tónico cerebral” inventado en 1898 por la empresa alemana Bauer Chemical Company y cuya composición a base de fósforo y albúmina servía a las personas anémicas o convalecientes a poner remedio a sus estados depresivos o irritables.

Publicidad de Sanatogen.
Imagen: La Vanguardia.

Aleixandre también desarrolló una intensa actividad humanitaria. En 1911, participó en la creación del Comité Femenino de Higiene Popular, sociedad benéfica privada que llegó a presidir en 1916 y cuyo principal objetivo era la difusión de los principios higiénicos entre las familias humildes madrileñas, organizando para ello conferencias divulgativas, premios, colonias escolares infantiles o el establecimiento de la Casa de Higiene del Niño (1918). En 1913, fundó y presidió Protección Médica, institución privada dedicada al pensionado de viudas y huérfanos de médicos, así como de doctores incapacitados para el trabajo, mediante la creación de una casa de retiro y un colegio-asilo.

Igualmente, Aleixandre destacó en el asociacionismo feminista de la época. Al menos desde 1905, formó parte de la dirección de la Sección de Señoras (o Junta de Damas) de la Unión Ibero-Americana de Madrid, dedicada a mejoras sociales de la mujer en cuestiones como la educación, las oportunidades laborales o la salud. En 1910, asistió al I Congreso Femenino Internacional, celebrado en Buenos Aires, donde denunció la escasa presencia en España de mujeres en la profesión médica (solo 12). En 1914, apoyó la candidatura de la escritora Emilia Pardo Bazán (1851-1921) para su ingreso en la Real Academia Española. En 1918, participó en la creación de la Unión de Mujeres de España (UME), organización sufragista, aconfesional, interclasista y próxima al socialismo, de la que llegó a ser su presidenta (1920) y en la que militaron personalidades como la aristócrata francesa Lilly Rose Schenrich (1864-1936), las periodistas Carmen de Burgos Seguí (1867-1932) y Carmen Nelken Mansberger (1900-1966) o la escritora María Lejárraga García (1874-1974). En 1919, fue nombrada vicepresidenta del Consejo Nacional de Mujeres.

En 1920, recibió la presidencia honorífica de las Juventudes Universitarias Femeninas y tomó parte en la fundación de la Cruzada de Mujeres Españolas (CME), responsable de la primera manifestación feminista en España, ocurrida en 1921 ante las Cortes Generales con el fin de demandar la igualdad de derechos con los hombres (especialmente en lo referente al voto y a la participación política), el establecimiento del divorcio, la investigación de las paternidades irresponsables, la abolición de las leyes discriminatorias o de la diferencia entre hijos legítimos e ilegítimos.

En 1926, Aleixandre fue socia fundadora del Lyceum Club Femenino Español, concebido como espacio de encuentro apolítico y aconfesional para la defensa de los intereses morales y materiales de las mujeres, en apoyo de su desarrollo educativo, cultural y profesional, mediante iniciativas económicas, científicas y artísticas, el fomento del espíritu colectivo, el intercambio de ideas, la confraternización emocional, la organización de obras sociales y de conferencias. Aunque el acceso a este club era muy selectivo (al estar restringido a mujeres con estudios superiores, relevancia intelectual o activismo social), en solo un año el número de socias pasó de 115 a 575, entre las cuales se encontraban la pedagoga María de Maeztu Whitney (1881-1948), la abogada y política Victoria Kent Siano (1882-1987), la periodista y escritora Isabel Oyarzábal Smith (1878-1974) o la lingüista Zenobia Camprubí Aymar (1887-1956). En 1927, Aleixandre fue encargada de presidir el comité organizador del primer Congreso Español de Abolicionismo, partidario de suprimir la prostitución reglamentada e incluir el delito sanitario en el Código Penal. En 1928, fue promotora y presidenta de honor de la Asociación Nacional de Mujeres Médicas junto a otras colegas como las oftalmólogas Elisa Soriano Fischer (1891-1964) y Trinidad Arroyo Villaverde (1878-1959).

Conferencia de Concepción Aleixandre sobre infancia y patología de la infancia femenina, impartida en la
Sociedad de Pediatría de Madrid. Imagen: Centenario de la Sociedad de Pediatría de Madrid, 1913-2013;
Acta Pediátrica Española, vol. 72, no. 2, febrero de 2014.

Sus escritos (artículos, ponencias y discursos) abarcaron temas sobre enfermedades (cardiopatías en gestantes, ginecopatías, reumatismo, meningitis, tuberculosis, ectopias renales, endometritis membranosas), terapias, salud pública, pediatría, pedagogía infantil y educación maternal, la situación de la mujer y de la obstetricia en la profesión médica o en la sociedad en general. Entre 1916 y 1920, fue responsable de una sección de orientación feminista en la revista La medicina social española. Aleixandre defendía una “cultura de madres” basada en la educación higiénica de las mujeres desde la infancia. Consideraba el feminismo como un movimiento pacifista, generador de prosperidad económica y consustancial al progreso. Concepción Aleixandre falleció en Valencia. Era tía del poeta Vicente Aleixandre Merlo (1898-1984), Premio Nobel de Literatura (1977). En 2001, el Consejo de la Mujer de la Comunidad de Madrid la incluyó entre las 100 mujeres del siglo XX que abrieron el camino a la igualdad en el siglo XXI.

Bibliografía

Enlaces

Sobre el artículo original

Museo Virtual de la Propiedad Industrial.

Un especial agradecimiento al Equipo de Investigación sobre Propiedad Industrial. Convenio de Colaboración OEPM-UAM por permitir su reproducción en Mujeres con ciencia.

Sobre la autora

Raquel Pintado Heredia. Editado el OEPM por Luis Fernando Blázquez Morales. Equipo de Investigación sobre Propiedad Industrial. Convenio de Colaboración OEPM-UAM.

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