El caso de Clara Maass

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Clara Louise Maass. Imagen: Wikimedia Commons.

Tenía 25 años cuando murió el 24 de agosto de 1901. Había nacido en East Orange, Nueva Jersey, el 28 de junio de 1876, hija de inmigrantes europeos y la mayor de nueve hermanos, y murió en La Habana después de una vida, corta pero intensa, dedicada a mantener a su numerosa familia, a cuidar enfermos y a participar en investigaciones sobre enfermedades tropicales transmitidas por mosquitos.

Estudió enfermería, se graduó en 1895, y fue una de las primeras enfermeras de la Escuela de Enfermería del Hospital de Newark. Tres años después, en 1898, fue nombrada jefe de enfermeras en el hospital. Durante la guerra de 1898 entre España y Estados Unidos, se presentó voluntaria y fue contratada por el Ejército de Estados Unidos pues todavía no existía el Cuerpo de Enfermeras. Se la destinó al Séptimo Cuerpo de Ejército y pasó, en pocos meses, por Florida, Georgia y Santiago de Cuba. Licenciada en 1899, volvió al ejército, esta vez como voluntaria, y, destinada en el Octavo Cuerpo de Ejército, viajó a Filipinas, en 1899 y 1900.

Vio pocas heridas de guerra y cuidó a muchos soldados enfermos de tifus, malaria, dengue o fiebre amarilla, también conocida como vómito negro. En la guerra con España hubo más bajas por la fiebre amarilla que por la contienda. La proporción fue de tres a uno para la fiebre amarilla: 1 939 muertos por la enfermedad y 369 por heridas de guerra. En Filipinas, Clara Maass contrajo el dengue y fue enviada de vuelta a casa.

Poco después, a finales de 1900, Clara Maass volvió a Cuba a petición del Dr. William Gorgas, nombrado Oficial Sanitario de La Habana. La enfermera trabajó con enfermos de fiebre amarilla en el Hospital Las Ánimas de La Habana. La Comisión del Ejército sobre la fiebre amarilla, que empezó sus trabajos en mayo de 1900, estaba dirigida por el mayor Walter Reed y, después de la guerra y bajo la administración estadounidense, investigó sobre esta enfermedad, endémica en Cuba. Formaban parte de esta Comisión los doctores James Carroll, Arístides Agramonte y Jesse Lazear. Nombró la Comisión y a sus miembros el Cirujano General de las Fuerzas Armadas, General George Sternberg, reputado microbiólogo y autor de un conocido texto de microbiología. Uno de sus objetivos principales era averiguar cómo se transmitía la enfermedad.

Durante los trabajos de la Comisión se utilizaron voluntarios para, en primer lugar, probar que el mosquito transmitía la enfermedad y, en segundo lugar, si se provocaba inmunidad en los enfermos curados. William Gorgas y el médico cubano Juan Guiteras organizaron estos experimentos con voluntarios. En algunos casos, la fiebre amarilla contraída por los voluntarios era severa y tres de ellos murieron, y uno de ellos era Clara Maass.

Aedes aegypti: principal vector del virus de la fiebre amarilla. Imagen: Wikimedia Commons.

En marzo de 1901, Clara Maass se presentó voluntaria para ser picada por mosquitos de la especie Aedes aegypti que se suponía eran los vectores de la fiebre amarilla. Los mosquitos que picaron a Clara Maass habían picado antes a enfermos con fiebre amarilla y se creía que portaban la enfermedad. Cayó enferma con una fase suave de la enfermedad y se recuperó con rapidez, aunque hay autores, como Stanton Cope, que afirman que no enfermó con fiebre amarilla en este primer episodio de contagio. Parecía probado que el mosquito transmitía la fiebre amarilla pero se organizaron más pruebas con voluntarios para confirmarlo.

Unos meses más tarde, en agosto, Clara Maass se presentó de nuevo como voluntaria para otra prueba. Los médicos esperaban que, como ya había enfermado y curado y, además, había cuidado a muchos pacientes con fiebre amarilla, estaría inmunizada. Pero no fue así y enfermó de nuevo el 18 de agosto. Era una fase más severa de la enfermedad, Clara Maass empeoró con rapidez y extrema gravedad y murió el 24 de agosto. Como decía antes, tenía 25 años.

Su muerte llegó a la prensa en Estados Unidos y su historia impresionó a la opinión pública y fue el final de los experimentos con personas en los estudios sobre la fiebre amarilla. Además, antes ya se había contagiado de fiebre amarilla por la picadura de los mosquitos el Dr. James Carroll, miembro de la Comisión, que se recuperó. Pero también contrajo la fiebre amarilla otro médico de la Comisión, Jesse Lazear, que murió a causa de la enfermedad.

Sello en honor de Clara Maass.
Imagen: Wikimedia Commons.

Las conclusiones de la Comisión aseguraban que la enfermedad la transmitía la picadura del mosquito Aedes aegypti y proponían que se podía controlar eliminando el mosquito y aislando a los enfermos de sus picaduras.

El Dr. William Gorgas, Oficial Sanitario de La Habana, aplicó estas recomendaciones y, en pocos meses, la fiebre amarilla fue erradicada de La Habana. Sobre todo, promocionó el uso de mosquiteras y cubrió la superficie de las zonas húmedas con petróleo para impedir el desarrollo de las larvas. Con parecidos protocolos se consiguió eliminar la enfermedad desde Panamá, por el sur, hasta la parte meridional de Estados Unidos, por el norte, y también en Ecuador. La vacuna no llegó hasta 1937 con el trabajo de Max Theiler para la Fundación Rockefeller. En la actualidad sigue siendo una enfermedad sin cura.

Clara Maass fue enterrada en el Cementerio Colón, en La Habana, con honores militares. Seis meses después, su cuerpo fue trasladado a Estados Unidos y enterrado, el 20 de febrero de 1902, en el Cementerio Fairmount, en Newark. Y en la actualidad, el Hospital de Newark donde Clara Maass se graduó como enfermera lleva su nombre como homenaje a su labor y su sacrificio.

Referencias

Sobre el autor

Eduardo Angulo es doctor en biología, profesor de biología celular de la UPV/EHU retirado y divulgador científico. Ha publicado varios libros y es autor de La biología estupenda.

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