Vicenta Llorente del Moral: estudiando insectos

Vidas científicas

Vicenta Llorente del Moral.
Imagen proporcionada por José Ignacio López-Colón.

Vicenta Llorente del Moral (1930) es una científica que forma parte de la historia de la entomología del siglo XX.

Doctora en Ciencias Biológicas y Científica Titular del CSIC jubilada, esta experta en ortópteros ha tenido una vida centrada, profesionalmente, en el estudio de diferentes clases de insectos. Exiliada durante la Guerra Civil, esta niña de la guerra comenzó investigando a los dípteros en la Unión Soviética y, de regreso a España, los ortópteros pasaron a ocupar sus intereses científicos.

Este breve relato de su trayectoria vital e investigadora está basado en los textos de José Ignacio López-Colón citados en las referencias.

Empezando su vida… lejos de casa

Vicenta Llorente del Moral nació en Algorta (Bizkaia) el 17 de septiembre de 1930. Su padre, alistado en el ejército republicano, falleció en Elorrio en septiembre de 1936. Su madre, viuda, con dos hijos y encinta, aceptó que Vicenta y su hermano mayor, Miguel, fueran evacuados a la Unión Soviética. Tras un largo viaje, los dos hermanos fueron separados de manera fortuita: tardaron dos años en volver a encontrarse, diez años en recibir noticias de su madre y su hermana pequeña, y diecinueve años en regresar a España.

Como al resto de las hijas e hijos de las personas del bando republicano, en la Unión Soviética recibieron a Miguel y Vicenta con los brazos abiertos. Allí, al principio, pudieron estudiar y disfrutar de una existencia tranquila. Sus vidas se complicaron cuando el ejército nazi invadió la Unión Soviética en junio de 1941, y empezaron a escasear los alimentos.

Miguel aprendió el oficio de tornero. Vicenta terminó sus estudios de secundaria y, en 1948, se matriculó en la Facultad de Edafología y Biología de la Universidad Estatal de Moscú.

Fueron años difíciles pero espléndidos. Por la cantidad de idiomas que uno podía escuchar, aquello parecía la ONU, aunque el ruso era el punto de referencia de entendimiento. Tenía una biblioteca y varias salas de lectura donde se preparaban los exámenes. También disponía de un salón de actos en el que se representaban obras de teatro, se interpretaban conciertos y se celebraban conferencias, casi siempre de los mejores actores, músicos y profesores. A veces, los recitales estaban organizados por distintos colectivos de residentes: ucranios, gentes de otras repúblicas soviéticas, alemanes, checoslovacos, polacos, rumanos, chinos, indonesios, coreanos y nosotros mismos. Los españoles éramos un grupo numeroso; llegamos a formar un coro y un cuerpo de baile propios que interpretaba temas de nuestro folclore; un grupo que tenía mucho éxito y que era tratado con un cariño especial cuando se conocía el porqué de nuestra presencia en la URSS.

Vicenta Llorente del Moral, cita extraída de [2].

Mientras sus vidas seguían su curso, Miguel y Vicenta desconocían la suerte de su madre y su hermana pequeña. ¿Seguirían vivas? Sin noticias de su familia, todo parecía indicar que su futuro continuaría para siempre en la Unión Soviética.

Vicenta Llorente se había especializado en entomología y, una vez licenciada, fue a trabajar al Instituto de Epidemiología de Asjabad (actualmente Turkmenistán) junto a su amiga Elvira Mingo Pérez (1930).

Vicenta Llorente (sostiene en brazos al hijo de un nativo) durante una expedición científica por el desierto de Karakum
(Turkmenia), recogiendo parásitos de los camellos. Junto a ella, aparece el médico Emilio Kerbabayev.
Imagen proporcionada por José Ignacio López-Colón.

Vicenta y Elvira permanecieron tres años en aquella institución, especializándose en dípteros transmisores de enfermedades. Allí, Vicenta estudió afecciones como la leishmaniosis, una enfermedad zoonótica que se transmite a personas y animales a través de la picadura de las hembras de los flebótomos, un grupo de insectos de los géneros Phlebotomus –en Europa, África y Asia. En América, los mosquitos transmisores de esta enfermedad son de la de familia de los psicódidos del género Lutzomyia–.

El regreso y su trabajo como entomóloga

En 1956, Vicenta pudo, por fin, regresar a España tras averiguar que su madre y su hermana habían sobrevivido y tras gestionar la documentación oportuna:

Las autoridades, funcionarios y compañeros que nos trataron quedaban estupefactos al ver nuestra tremenda ilusión por regresar y argüían que ellos –los soviéticos– nos habían acogido con gran cariño, que pensaban que éramos felices allí (¡que ciertamente lo éramos!); no nos comprendían… Pero olvidaban que aunque los ‘niños de la guerra’ habíamos recibido del pueblo ruso todo lo que poseíamos: asilo, educación, comprensión y apoyo, cultura e idioma, trabajo e integración, la ilusión y añoranza por abrazar a nuestros seres queridos no había dejado de estar presente ni un solo día de los muchos años pasados en las alejadas estepas orientales… En mi caso, diecinueve.

Vicenta Llorente del Moral, extraída de [2].

Vicenta pudo convalidar sus estudios universitarios y, junto a Elvira Mingo, comenzó a trabajar en el Instituto de Edafología (CSIC, Madrid) –dirigido por José María Albareda Herrera (1902-1966)– bajo la supervisión del entomólogo Salvador V. Peris Torres (1922-2007).

Vicenta se casó con Jorge Prado Fernández, otro de los niños de la guerra, con el que tuvo un hijo. Doctor ingeniero energético en la Unión Soviética, al contrario que Vicenta, Jorge no pudo convalidar sus estudios en España debido a la oposición del Colegio de Ingenieros Industriales.

En España, Vicenta abandonó el estudio de los dípteros y se centró en el de los ortópteros llegando a convertirse con el tiempo en una reconocida experta. Gracias a una beca de ampliación de estudios, Vicenta investigó durante un año en el Museo Británico de Ciencias Naturales de Londres, donde conoció a grandes expertos de su especialidad, como Borís Pavlovich Uvarov (1888-1970), Vitali Mijailovich Dirsh (1904-1982) o David R. Ragge.

Vicenta Llorente obtuvo el doctorado en Ciencias Biológicas en la Universidad Complutense de Madrid, años después de haber regresado a España. Durante su larga carrera científica, ha descubierto, junto a sus colaboradores, diecisiete nuevas especies, cuatro subespecies y dos subgéneros en el ámbito de la entomología.

Entre sus muchos artículos y libros cabe destacar: Libro Rojo de los Ortópteros ibéricos (1985), escrito junto a Stanley K. Gangwere y Manuel García de Viedma; Los Pamphagidae de la Península Ibérica (1997), escrito en colaboración con Juan José Presa Asensio; y Estudio taxonómico preliminar de los Grylloidea de España (en Graellsia 57 (2): 95-139, 2001), junto a Andrei V. Gorochov.

A pesar de estar jubilada, Vicenta Llorente ha seguido investigando sobre esos ortópteros que han centrado su trayectoria investigadora. Parece que, de vez en cuando, aún le llaman para consultarle sobre algún insecto extraño –o un grupo de ellos– que ha aparecido por sorpresa.

Nota

Quería agradecer a José Ignacio López-Colón su amabilidad al facilitarme sus trabajos sobre Vicenta Llorente y las fotografías que aparecen en esta publicación. En nuestro intercambio de correos para hablar sobre esta entomóloga, se percibía que José Ignacio siente verdadera admiración por Vicenta Llorente. Escribió su primera biografía sobre la científica en 2005 (referencia [1]) tras varios años de entrevistas con Vicenta. Muchas gracias, José Ignacio, por todo.

Referencias

[1] José Ignacio López-Colón. Entomólogos vascos: la doctora Vicenta Llorente, una historia fascinante en la entomología ibérica. Sancho el Sabio 23 (2005) 209-220

[2] José Ignacio López-Colón. Vicenta Llorente, una entomóloga del exilio. En Non zeuden emakumeak?: la mujer vasca en el exilio de 1936. Editorial Santurraran, S.L. (2007) 439-454.

Sobre la autora

Marta Macho Stadler es doctora en matemáticas, profesora del Departamento de Matemáticas de la UPV/EHU y colaboradora en ::ZTFNews y la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU.

10 comentarios

  • Una experiencia vital increíble, gran persona y mejor madre. Gracias por todo mami.

      • Gracias a vosotros por el cariño con que lo habéis hecho. Un abrazo.

  • La doctora Vicenta Llorente del Moral es un referente en España como científica; sin duda alguna, del más alto nivel. Como persona, todavía más si cabe; sus valores humanos, su trato afable y su humanidad, le hacen ser un ejemplo a emular,

  • Y ya te lo he comentado en privado, Marta, pero lo dejo por escrito en este foro público: Enhorabuena por la labor tan importante que hacéis en «Mujeres con ciencia»,

  • Gran persona,mujer y profesional !! Gracias por trabajar sobre ella!!Me siento muy orgullosa de mi tía! !

  • El año pasado se me «escapó» este interesante artículo y me perdí el leerlo. Una vida completa, reflejando la historia de los «niños de la guerra» y al mismo tiempo la de una excelente científica. Me ha encantado, y el agradecimiento de su familia nos la acerca aún más.
    Un cordial saludo.

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