Ruth Sager: la genetista doblemente pionera

Vidas científicas

Ruth Sager.

Cuando la pasión y las ganas de saber sobrepasan lo humano aparecen personas únicas capaces de hacer cosas únicas. Ruth Sager era una de esas personas. Una mujer que prácticamente tuvo dos carreras científicas, ambas brillantes. Una mujer que fue pionera por partida doble; en genética citoplásmatica y en expresión génica. Una mujer que no solo consiguió importantes avances científicos, también abrió camino a muchas mujeres que vinimos después. Aquella mujer era Ruth Sager.

Ruth Sager nació el 7 de febrero de 1918 en Chicago. Después acabar el colegio ingresó en la Universidad de Chicago con la intención de estudiar algo relacionado con el arte (música o literatura) aunque la suerte y unas lecciones impartidas por Anton J. Carlson quisieron que acabara estudiando biología. Se graduó en Fisiología de Mamíferos en 1938 y obtuvo el Máster en Fisiología de Plantas en 1944. Su carrera académica sufrió un parón durante la Segunda Guerra Mundial, cuando trabajó como secretaria y cultivadora de manzanas. Al finalizar la guerra Sager se doctoró en Genética por la Universidad de Columbia. Aquel fue el comienzo de una maravillosa y fructífera carrera científica, o mejor dicho, de dos impresionantes carreras científicas.

Ruth Sager.

La primera parte de su carrera estuvo centrada en el estudio de la genética. Comenzó a trabajar en el Rockefeller Institute junto a Sam Granick en el estudio de cloroplastos y fue cuando comenzó a trabajar con el alga Chlamydomonas reinhardtii cuando llevó a cabo su primera gran serie de descubrimientos. Sager investigó la reproducción de estas algas mezclando cepas resistentes y sensibles a la estreptomicina, un agente inhibidor del cloroplasto. Vio que la herencia a la resistencia/sensibilidad a la estreptomicina provenía de un solo progenitor. Aquellos descubrimientos indicaban la existencia de una transmisión no cromosómica de los rasgos genéticos e iban en contra de lo que Gregor Mendel, el padre de la genética moderna, predijo en sus experimentos; que toda la información genética se encontraba en el núcleo celular. Ruth descubrió que algunos de los genes importantes de encontraban fuera del núcleo, en unos orgánulos que determinan funciones tan importantes como por ejemplo, la fotosíntesis. De hecho, fue la primera persona en realizar un mapeo extenso de orgánulos celulares. Debido a lo revolucionario del descubrimiento, Sager sufrió el escepticismo de sus colegas durante mucho tiempo. Y no sólo escepticismo… también discriminación de género… Pero finalmente la herencia uniparental no mendeliana quedó demostrada y Sager se convirtió en una pionera en la genética (herencia) citoplásmatica. Su trabajo se vio recompensando (aunque de forma tardía) cuando se convirtió en profesora de biología del Hunter College en 1969, 18 años después de doctorarse.

Ruth Sager.

La vida de Ruth dio un giro cuando dejó la genética citoplásmatica a un lado y comenzó a trabajar en su segunda carrera científica; la lucha contra el cáncer de mama desde un punto de vista genético. Entre 1972 y 1973 trabajó en el London’s Imperial Cancer Research y en 1975 pasó a ser la primera catedrática del Harvard Medical School y líder de su Departamento de Microbiología y Genética Molecular. En las mismas fechas pasó a ser directora de la División de Genética del Cáncer en el Dana-Farber Cancer Institute. Durante esta segunda parte de su carrera Ruth se dedicó a estudiar la genética y las causas moleculares del cáncer. Investigó sobre el crecimiento y diseminación tumoral y teorizó sobre la posibilidad de que genes supresores de tumores se pudieran utilizar en la lucha contra el cáncer. De hecho, identificó más de cien de esos posibles genes y vio el potencial de la tecnología de ADN recombinante, una tecnología en pañales, en la lucha contra el cáncer. También desarrollo métodos de cultivo celular que podían combinar células normales y cancerosas. Con aquellas investigaciones Sager se convirtió en la pionera en la investigación en expresión génica.

Así se convirtió en una genetista doblemente pionera.

Semejante carrera se vio recompensada en varios premios como la Medalla Gilbert Morgan Smith en 1968 o el nombramiento como Miembro de la Academia Nacional de Ciencias o Miembro de la Academia de las Artes y las Ciencias.

Ruth Sager murió de cáncer de vejiga el 29 de marzo de 1997 en Brookline, Massachusetts. Fue una mujer apasionada de la ciencia que además de abrir el camino a nuevos conocimientos científicos también abrió camino a las miles de genetistas que le siguieron. Demostró su pasión por la ciencia con su trabajo y sus palabras:

La ciencia es muy exigente. Realmente tienes que amarla. Es una forma de vida. Creo que todo viene del interior. Realmente llega al corazón de tu existencia. Es muy parecido a ser un artista o bailarín.

Referencias

Sobre la autora

Aitziber Lopez (@lopez_aitzi) es doctora en química por la UPV/EHU.

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