Lydia Becker (I): científica aficionada

Vidas científicas

Lydia Becker
Lydia Becker.

Lydia Becker ha pasado a la historia, principalmente, por haber sido una de las sufragistas británicas más importantes. Pero no tendríamos un retrato completo del personaje si nos quedásemos en ese aspecto, por importante que éste sea. Su lucha por conseguir que las mujeres gozasen de los mismos derechos y el mismo estatus que los hombres se entiende mucho mejor en el contexto del conjunto de sus intereses y de otras actividades que desarrolló a lo largo de su vida. Además de la lucha sufragista, Becker se dedicó con denuedo a promover y mejorar la educación de las chicas, haciendo especial hincapié en la enseñanza de las ciencias, y también practicó, como aficionada, una actividad científica de mérito.

Lydia nació el 24 de febrero de 1827 en Lancaster, Inglaterra. Era la hermana mayor de una familia muy numerosa de origen centroeuropeo de clase media. Su padre era un pequeño empresario de la industria química. Becker había sufrido en su propia persona la ausencia de una instrucción formal equivalente a la que recibían los chicos y jóvenes varones de su generación. Con excepción de un periodo en un internado en Liverpool y de unas vacaciones en Alemania por motivos de salud, los años de infancia, adolescencia y juventud los pasó en el campo, en una situación de cierto retiro. La formación que recibió estuvo orientada a prepararla para las actividades y economía de la vida doméstica y, en última instancia, para ser una ejemplar madre de familia. A Lydia, esa formación le resultó frustrante, pues era una persona de cualidades intelectuales notables y con una disposición excelente para estudiar disciplinas académicas. En especial, lo que más lamentó fue el no haber recibido una instrucción en disciplinas científicas.

Lydia-Becker-book-imageAprendió de forma autodidacta botánica y astronomía, las dos disciplinas que cultivó como aficionada, ya que eran especialmente adecuadas para el estudio autónomo y compatibles con las obligaciones del hogar familiar. En 1862 ganó la medalla de oro a la mejor colección de plantas secas en un campeonato nacional, la Royal Horticultural Society´s Botanical Competition. Esa medalla la animó a redactar su Botany for Novices, un breve tratado introductorio a la clasificación de plantas que publicó por su cuenta en 1864. En la misma época redactó una obra similar de introducción a la Astronomía, Star Gazing for Novices, aunque no llegó a ser publicado. Su afición por la botánica la llevó a interesarse por unas plantas trepadoras de la especie Silene dioica, que bajo determinadas circunstancias se convertían en hermafroditas. Fue su interés por esas plantas lo que la llevó en 1863 a escribir a Charles Darwin, con quien mantuvo una relación epistolar sobre cuestiones de índole botánica.

Becker quería desarrollarse intelectualmente y hacer uso de su capacidad de razonamiento para dedicarlo a la búsqueda de la verdad, “no entendiendo por verdad ninguna abstracción misteriosa, sino enunciados verdaderos concernientes a hechos”. Tenía capacidad de observación, gusto por la precisión, e interés por atesorar conocimiento. Es fácil deducir que Lydia Becker habría podido ser una científica importante de haber contado con una buena formación en ciencias. Ella parecía ser muy consciente de las limitaciones que sufría y en cierto modo fue esa consciencia lo que la condujo a promover con tesón la educación de las chicas. En su opinión el estudio de la ciencia tenía para las mujeres valor terapéutico pues servía para combatir una existencia monótona, anodina e intelectualmente vacía. Sostenía que era un derecho humano básico, y dado que hombres y mujeres cuentan con las mismas capacidades intelectuales, la ciencia había de ser estudiada de la misma forma, en las mismas condiciones y otorgar las mismas cualificaciones para hombres y para mujeres.

Nota

Este artículo es el primero de la serie:

Sobre el autor

Juan Ignacio Pérez (@Uhandrea) es catedrático de Fisiología y coordinador de la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU.

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