La doctora reconocida, Gerty Cori (1896-1957)

Vidas científicas

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Gerty Cori en 1947.

En el siglo XX el número de mujeres que empezó a incorporarse tímidamente al mundo de la ciencia fue creciendo poco a poco. Algunas de ellas incluso vieron reconocido su trabajo con grandes premios. Igual que la pareja Curie, los Cori, Gerty y su esposo Carl, trabajaron formando un sólido equipo de trabajo. El descubrimiento del conocido como ciclo de Cori les valió el Premio Nobel de Fisiología o Medicina, convirtiendo a Gerty Cori en la primera mujer en conseguirlo.

La joven que quiso ser doctora

Gerty Theresa Radnitz nació el 15 de agosto de 1896 en Praga, entonces integrada al Imperio Austro-húngaro, en el seno de una familia de origen judío. Su padre, Otto Radnitz, era un químico y gerente de una refinería de azúcar.

Gerty recibió formación en su propia casa con profesores particulares hasta que ingresó en el Liceo femenino cuando tenía diez años. Pronto empezó a sentir interés por la medicina. En 1914 aprobó el examen de acceso a la Facultad de Medicina de la Universidad de Praga donde inició su formación universitaria. Seis años después obtenía el doctorado.

Un matrimonio, un equipo

Gerty Cori con su esposo Carl, 1947.
Gerty Cori con su esposo Carl, 1947.

Fue en sus años universitarios cuando Gerty conoció al que sería su marido y compañero en el mundo de la investigación médica, Carl Cori. Gerty y Carl se casaron en 1920 y se fueron a vivir a Viena. En su nuevo hogar, Gerty empezó a trabajar en el Children’s Carolinen Hospital en la especialidad de pediatría y su marido en un laboratorio. Ya en aquellos años Gerty empezó también a introducirse en el mundo de la investigación, en concreto analizando la temperatura con las tiroides, y publicó algunos artículos relacionados con la sangre.

Con el estallido de la Primera Guerra Mundial, la pareja vivió momentos de escasez y miedo. En 1922 decidieron emigrar a los Estados Unidos donde Carl consiguió un empleo en el Instituto Estatal para el Estudio de Enfermedades Malignas de Búfalo, en el estado de Nueva York. Seis años después se convertirían en ciudadanos norteamericanos y sería en su nueva patria donde nacería Thomas, su único hijo.

A pesar de las críticas de sus colegas de profesión, Carl insistía en investigar junto a su mujer, a la que consideraba igualmente capacitada que un hombre. En aquellos años publicaron decenas de artículos relacionados con sus estudios, algunos firmados por él y otros, más escasos, firmados por ella.

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Gerty y Carl Cori en su laboratorio en la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington, 1947.

En 1931 Carl aceptó un trabajo como investigador en la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington. Carl pidió para su esposa un puesto similar, avalando su petición con toda la experiencia y todas las publicaciones de Gerty. Pero al final tuvo que aceptar un puesto de investigador asociado, cobrando bastante menos que Carl.

Gerty no se rindió y continuó con sus investigaciones al lado de Carl. Su tesón y determinación dieron sus frutos cuando en 1943, casi diez años después, conseguía un puesto como profesora asociada de investigación y poco después como profesora titular.

Premio Nobel compartido

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Gerty Cori con su esposo Carl, 1947.

En 1947 el trabajo de ambos se veía reconocido con uno de los premios más prestigiosos del mundo, el Nobel de Fisiología o Medicina. El premio, compartido con el fisiólogo Bernardo Houssay, lo recibieron por haber descubierto el mecanismo de transformación del glucógeno en ácido láctico, un proceso conocido como ciclo de Cori.

Gerty se convertía en la tercera mujer en recibir un Premio Nobel y la primera en recibirlo en la especialidad de Fisiología o Medicina.

Investigadora hasta el final

Gerty Cori trabajó hasta el final de sus días investigando y descubriendo nuevos datos en el campo de la bioquímica, a pesar de padecer mieloesclerosis, una enfermedad mortal que le fue detectada diez años antes de su muerte, acaecida en 26 de octubre de 1957.

Años después, su legado continuó siendo galardonado con distintos premios y reconocimientos públicos. Incluso un cráter de la luna recibió el nombre de Cori en honor a su trabajo y a una vida dedicada a la investigación, junto a su esposo, quien fue el puntal de su vida personal y profesional.

Sobre el artículo original

El artículo La doctora reconocida, Gerty Cori (1896-1957) se publicó en el blog Mujeres en la Historia de Sandra Ferrer Valero el 9 de enero de 2014.

Un especial agradecimiento a la autora del artículo por permitir su reproducción en Mujeres con ciencia.

Sobre la autora

Sandra Ferrer Valero, periodista y apasionada de la historia, escribe en su blog sobre Mujeres en la Historia.

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