Zulema Bustamante y Lucía Gallego: “En la era postantibiótica tenemos mucho que aprender de la medicina tradicional”

Protagonista

foto_1A cualquier europeo le puede desconcertar conocer que un país, en vías de desarrollo, destinó el pasado año cerca de 16 millones y medio de euros al Viceministerio de Descolonización, entre cuyas funciones está la de “contribuir a desterrar el racismo, la discriminación y el machismo como parte de la herencia colonial”.

Sin entrar a discutir las razones que sustentan tales afirmaciones, también asombra lo sencillo que es encontrar las cuentas de ese país; que otro viceministerio, el de Ciencia y Tecnología, dependa del Ministerio de Culturas o que tenga una agencia espacial propia, algo que los investigadores dedicados a las ciencias espaciales llevan décadas reivindicando en España.

También sorprende descubrir que la moderna medicina está volviendo los ojos hacia las tradiciones médicas de los pueblos indígenas en busca de inspiración para encontrar vías hacia nuevos antibióticos, y que miran a un país en el que el turismo no termina de despegar por falta de carreteras asfaltadas en el medio rural, en el que los extranjeros, acostumbrados a las autopistas en blanco y negro, no se atreven a transitar caminos en verde y marrón.

Las contradicciones que vive a día de hoy Bolivia, un país al tiempo moderno y tradicional, de las que no escapamos el resto, están provocando algo fascinante: el trabajo conjunto de la bioquímica moderna con quienes practican la medicina, el curanderismo, los chamanes o personas sabias de los pueblos ancestrales.

Zulema Bustamante dirige el Instituto de Investigaciones de la Facultad de Ciencias Farmacéuticas y Bioquímicas de la Universidad Mayor de San Simón, en el departamento de Cochabamba (Bolivia) y está pasando unos días en la Universidad del País Vasco, donde aprende nuevas técnicas de biología molecular que se llevará a su universidad.

La encontramos faenando en el laboratorio, trabajando con el resto del equipo de investigadoras, pero para realizar esta entrevista dejamos las probetas, centrífugas, incubadores, agitadores y dispensadores para trasladarnos al despacho de nuestra anfitriona, la Doctora Lucía Gallego, profesora del departamento de Inmunología, Microbiología y Parasitología.

Javier San Martín (JSM) Señora Bustamante, ¿cómo se entiende que en este mundo ultra tecnológico del siglo XXI en su país exista un viceministro de descolonización? ¿Es compatible esto con el desarrollo, con una sociedad moderna y científica?

Zulema Bustamante (ZB) Yo creo que no son compatibles, porque como dices estamos en el siglo XXI. La descolonización ya ha pasado, estamos en otro momento, la realidad ha cambiado, pero dentro de esta idea de nuestro presidente hay aspectos que sí son muy valorables. Por ejemplo, hay un viceministerio de medicina tradicional, porque la medicina tradicional sigue existiendo, y para nosotros como científicos es una oportunidad importante.

(JSM) ¿Importante para qué?

(ZB) Por ejemplo, dentro de nuestras políticas de investigación, estamos buscando plantas anticancerígenas. Yo trabajo con los médicos Kallahuayas que usan una planta que recolectan a las 3 de la mañana porque ellos dicen que es mejor a esa hora. La ciencia moderna ha explicado que los principios activos de las plantas varían su concentración a lo largo del día. Ellos lo saben empíricamente, pero nosotros vamos a esa hora, llevamos la planta al laboratorio y vemos si realmente tiene la actividad que dicen ellos. En ese sentido el intercambio que puede haber entre la medicina tradicional y la medicina científica es muy importante.

(JSM) Me puedo aventurar a decir que muchas de las personas que lean esta entrevista pensarán que más que de ciencia estamos hablando de magia…

(ZB) Ya, pero cuando apareció el paludismo, los Kallahuayas curaban con la corteza de quina. Y ahora se sabe que la corteza de quina tiene un alcaloide, un principio activo llamado quinina que realmente tiene una actividad sobre Plasmodium vivax. Eso es lo interesante. El conocimiento que tienen de la naturaleza, lo que les falla a veces son las dosis. (El paludismo, o malaria, es una enfermedad potencialmente mortal causada por parásitos que se transmiten al ser humano por la picadura de mosquitos infectados).

(JSM) ¿Y qué ocurre con las patentes que potencialmente se puedan conseguir después de testar la eficacia en el laboratorio? ¿Quién es el dueño de esa sabiduría tradicional?

(ZB) Ahora hay normas. Si yo obtengo información de un médico tradicional, yo no puedo publicar sin nombrarlo ni reconocerlo como autor. Si voy a una comunidad, me entrevisto con ellos y me dan información, yo tengo la obligación de devolverles información. El respeto al conocimiento ancestral ahora está bien regulado, en el caso de la quinina que hemos nombrado antes, cuando se sintetizó en el laboratorio, se dejó de comprar la quina de Bolivia y mucha gente se quedó sin saber qué hacer con las plantaciones.

Alumnas de la Universidad del País Vasco trabajando en el laboratorio.
Alumnas de la Universidad del País Vasco trabajando en el laboratorio.

Ciencia y mujer en Bolivia

(JSM) ¿Cómo es la ciencia de Bolivia? ¿En qué destaca su país?

(ZB) La universidad estatal (pública) es la que destaca y la que tiene reconocidas aportaciones dentro de la investigación en salud, especialmente las universidades de San Simón y San Andrés. También destaca en las áreas de agronomía, biología o ecología, pero nuestra investigación es fundamentalmente aplicada, es decir que busca generar soluciones para nuestros problemas, más que destacar en el extranjero.

(JSM) Hay el doble de universidades privadas que públicas en Bolivia… y muchas de las privadas están relacionadas con congregaciones católicas. ¿Hay diferencia entre la ciencia que se práctica en unas y en otras?

(ZB) No. El problema de las universidades públicas es que hay demasiada gente. No tenemos capacidad para acoger a todas las personas que quisieran estudiar y hay que establecer cupos porque la universidad pública de Bolivia es muy económica. Un estudiante paga 80 bolivianos al año por estudiar cualquier carrera. Estamos hablando de 10 euros aproximadamente. El problema es el acceso a la universidad, así que hace algo más de 20 años empezaron a expandirse las universidades privadas como alternativa para aquellas personas que podían pagar y querían tener más comodidad. En la facultad de medicina por ejemplo, postulan 1.000 candidatos, pero sólo entran 200 personas. El resto, si quiere estudiar medicina, tiene que acudir a la privada.

(JSM) Algo que estamos viendo repetidamente a lo largo de las entrevistas que mantenemos con las mujeres de ciencia que han pasado por esta sección, es que a medida que se avanza en el escalafón académico, las mujeres desaparecen. ¿Ocurre lo mismo en Bolivia?

(ZB) Yo pertenezco a una facultad donde el 80% de la población estudiantil son mujeres. También hay mayoría de mujeres entre el colectivo de docentes, pero nuestra facultad llama especialmente la atención porque desde hace varios años las autoridades son mujeres. La decana es mujer, la directora académica es mujer… pero cuando yo empecé a trabajar, parecía que el decano tenía que ser un varón y el director académico también, y esa forma de pensar se mantiene todavía hoy. Cuando pensamos en las nuevas elecciones –ahora estamos a punto de elegir rector– no pensamos en rectoras, siempre hablamos de quién será el nuevo rector. No se nos pasa por la cabeza, ni como mujeres, postular a una mujer.

(JSM) ¿Y por qué cree que ocurre eso?

(ZB) En el fondo creo que la mujer no quiere participar tanto o comprometerse. Yo he sido directora académica de mi facultad y no quiero volver a serlo, porque me ha quitado mucho de mi vida personal. Había momentos en los que quería estar con un familiar, pero al ser autoridad tienes reuniones los sábados, viajas demasiado, trabajas fuera a cualquier hora y pierdes tu vida personal y familiar. Acabas preguntándote hasta que punto merece la pena darse demasiado a la ciencia cuando le quitas horas a la familia. Pero por otro lado, es verdad que vivimos en una sociedad machista y que tal vez si una mujer postulara para rectora ni las mujeres votaríamos porque la imagen del hombre trasmite más personalidad, más presencia, y parece que nos va a hacer respetar, y esa es la mentalidad allí.

(JSM) Uno de los problemas que veo por lo que me cuenta es la falta de referentes… da la sensación que si no hay nadie por delante, los apoyos institucionales no existen y ese camino no tiene futuro. ¿Hay en Bolivia referentes femeninos en la ciencia?

(ZB) Cuando yo era estudiante ocurría eso, pero creo que ahora se ha mejorado un poco. Las mujeres participamos activamente en la investigación, no sólo en medicina, también en ciencias, y eso es un buen referente para nuestras estudiantes. Si ven que estamos participando en congresos o ven que su profesora ha publicado un artículo, eso se transforma en motivación para la estudiante.

Las doctoras Zulema Bustamante, Elena Sevillano y Lucía Gallego en un laboratorio de la Universidad del País Vasco.
Las doctoras Zulema Bustamante, Elena Sevillano y Lucía Gallego en un laboratorio de la Universidad del País Vasco.

Bacterias y biotecnología

Zulema Bustamante trabaja desde hace 8 años en un proyecto conjunto con Lucía Gallego. Algunas de las estudiantes de doctorado de la Universidad del País Vasco han tenido la oportunidad de realizar sus prácticas en Bolivia y ahora la visita es en sentido contrario. Aquí tenemos técnicas más avanzadas. La idea es compartir, Zulema Bustamante aprenderá nuevas técnicas en biología molecular que luego instaurará en Bolivia para mejorar la investigación.

(JSM) La población en general tenemos la idea de que un hospital es un entorno seguro, limpio, aséptico, donde nada puede pasarnos, sin embargo, lejos de ser así, hay unos bichitos que nos pueden complicar la vida bastante… ¿Qué es o quién es Acinetobacter baumannii?

(ZB) Es un problema. Aparece como causante de enfermedades en los centros hospitalarios y especialmente en determinadas secciones como las unidades de cuidados intensivos y cada vez es más resistente. Cuando empezamos a trabajar en Cochabamba hablábamos de un 32-34% de resistencia a un antibiótico muy utilizado para estos casos. Ahora estamos en torno al 80%, y sólo han pasado siete años. Estas bacterias ahora sólo son sensibles al último antibiótico que estamos utilizando. Es realmente un problema grave. Cuando un paciente inmunodeprimido en una unidad de terapia intensiva se contagia con esta bacteria el paciente no lo supera.

(JSM) Cuando hablamos en general de la evolución de las especies, solemos decir que para una mutación, para un cambio, una adaptación al medio, pueden pasar cientos o miles de años. ¿Esta batería ha pasado de un 32% de resistencia al 80% en sólo siete años?

(Lucía Gallego (LG) que había permanecido atendiendo a su trabajo en su ordenador se suma a la entrevista)

(LG) Es un paradigma genético. Adquiere genes, cambia, intercambia. ¡Tiene una promiscuidad genética increíble!

(ZB) Y la gran pregunta es qué hacer. Se pueden mejorar las soluciones con las que se lava el material, que las sondas que se utilizan tengan una mejor penetración… En Bolivia hay hospitales que durante días enteros no tienen atención porque están limpiando las salas de esta bacteria y ocurre con cierta frecuencia.

(JSM) ¿Están de acuerdo en los titulares de prensa que suelen hablar de Acinetobacter baumanniicomo “superbacteria”? ¿Para ustedes esto es alarmismo o está bien que la califiquemos así?

(LG) Por desgracia es así. No es alarmismo. Es un problema muy grave que nos ha conducido a la era post-antibiótica, en la que un grupo de bacterias cada vez más importante han desarrollado mecanismos contra todos los grupos de antibióticos que conocemos. Si a eso sumamos que las farmacéuticas cada vez investigan menos en antibióticos, nos encontramos que desde la década de los 60-70 no se ha diseñado un grupo nuevo de antibióticos. Hacerlo es muy costoso, es un trabajo a largo plazo, y estamos en la sociedad del dinero rápido, así que las farmacéuticas no apuestan por fabricar algo nuevo que no saben qué resultado tendrá. Incluso algunos antimicrobianos que no son rentables se están dejando de fabricar aún cuando son útiles… así que el arsenal terapéutico ha disminuido mucho en los últimos años.

(ZB) En el momento en que deje de ser efectiva la Colistina, no sé qué vamos a hacer…

(JSM) ¿Es decir que dentro de 30 años, no vamos a tener antibióticos efectivos?

(LG) Si no controlamos… podría ser. Hoy nos encontramos con infecciones como tuberculosis multirresistente, malaria resistente… lo bueno de hoy en día es que como alternativa se están volviendo a usar fármacos y sustancias que se utilizaban en la antigüedad, como la artemisina, que lleva miles de años con nosotros. En este momento estamos ahí en la investigación. En mirar al pasado para ir hacia adelante. Estamos en un momento delicado. Con todo lo que se está haciendo a nivel de prevención, de chequeo de cepas, reuniones, nuevas pautas,… se consigue mantener, pero no disminuye. Deberíamos encontrar nuevas vías de control de las infecciones.

Zulema Bustamante en el despacho de Lucía Gallego.
Zulema Bustamante en el despacho de Lucía Gallego.

Higiene y Ébola

(JSM) Si como estamos hablando, las bacterias se hacen resistentes porque desarrollan mecanismos contra nuestras medidas higiénicas, dando la vuelta a los términos de la ecuación, si nosotros nos exponemos a ellas, ¿también desarrollamos mecanismos de defensa? Lo pregunto por esa especie de leyenda urbana que recomienda dejar que los niños se ensucien un poco en la calle…

(LG) Eso está genial. Con un control, obviamente. No se trata de ir a comer con las manos llenas de tierra y que se traguen microorganismos ambientales y huevos de parásitos, pero al revés, la higiene excesiva está haciendo mucho daño. (Zulema asiente). Eso no permite que nuestro organismo entre en contacto con las bacterias ambientales que nos rodean y con las que coexistimos y que el sistema inmunitario se desarrolle correctamente, porque nuestro sistema defensivo se desarrolla entrando en contacto con ellas, reconociéndolas e identificándolas. Una de las razones que se conocen del desarrollo de las alergias, eccemas atópicos etc. es precisamente la falta de contacto con el entorno.

(JSM) Alguna persona que nos lea y haya sufrido de pequeño ese aislamiento por el excesivo cuidado paterno-maternal, si se expone al entorno con 30 años ¿recupera el tiempo perdido?

(LG) No del todo. El sistema inmunitario se desarrolla desde el momento del nacimiento hasta la adolescencia. Esos primeros años son los más importantes. Luego llevamos ese bagaje de por vida.

(JSM) En el medio hospitalario he visto más de una vez como las visitas tocan a los pacientes que salen a salas de espera en ropa de hospital, con mascarillas,… y como entran y salen de los boxes con total libertad, sin ningún tipo de control…

(LG) Es un problema importantísimo porque el propio personal sanitario no se da cuenta, y no está concienciado. ¿No has visto nunca en las cafeterías de los hospitales gente con bata?

(ZB) ¡Todo el mundo!

(LG) Bueno, yo recuerdo incluso un profesor que nos venía a clase con la ropa de quirófano… Para contener una epidemia lo primero que hay que hacer es aislar, pero no está bien visto porque parece que es discriminación.

(JSM) Estoy recordando el caso del sacerdote Miguel Pajares, infectado de Ébola, que acabó siendo repatriado…

(LG) Según los protocolos para lograr un control eficaz de la infecciones fue un error. Eso es exponer a la población a un microorganismo que ni siquiera se sabe realmente cómo se contagia. Un profesor de la universidad de Zaragoza solía decir que el paciente se cura a pesar del médico, y a veces le doy la razón porque no entiendo cómo no ocurren cosas peores. Hubo conductas sanitarias incorrectas que podrían haber causado una epidemia a raíz de los dos casos que tuvimos aquí.

(JSM)…pero eso ocurre porque no pensamos como especie…

(LG) Exacto. Se piensa como individuo. Vivimos en sociedad, pero cada cual piensa en su propio interés.

(JSM) ¿Y qué se puede hacer para evitar estos casos de forma efectiva?

(LG) Es fundamental no bajar la guardia. Detectarlos cada vez más rápidamente y realizar controles más rápidos y eficaces, porque los microorganismos tienen una característica: Si no están en un número crítico determinado no producen una infección. El problema no es que estén, sino que sean muchos. Si se consigue que no estén en grupos muy numerosos, coexistimos pacíficamente. (RISAS)

El equipo de investigadoras. De izquierda a derecha: Zulema Bustamante, Elena Sevillano, Lucía Gallego, Mónica Cerezales, Janire Suárez y Carla Ferrero.
El equipo de investigadoras. De izquierda a derecha:
Zulema Bustamante, Elena Sevillano, Lucía Gallego, Mónica Cerezales, Janire Suárez y Carla Ferrero.

(JSM) Otro tema de polémica reciente aquí ha sido el de vacunar o no a los niños…

(Ahora la sorprendida es Zulema Bustamante)

(ZB) ¿Ah sí? Allí las vacunas son sí o sí.

(LG) Yo saco ese tema cada vez que quiero crear polémica o despertar un poco a la clase. Es verdad que tanto en Europa como en Estados Unidos hay una corriente antivacunas, sobre todo entre la población joven, basándose en los potenciales efectos secundarios de algunos de sus componentes, que está haciendo que cada vez más gente sea reacia a vacunarse. El efecto de todo esto es que al haber menos personas que se vacunan están resurgiendo microorganismos que antes no causaban perjuicio. Es lo que se llama inmunidad de rebaño. Cuando todo el rebaño está vacunado, el microorganismo no tiene vías de transmisión, pero si hay gente del rebaño que deja de vacunarse, ese microorganismo empieza a transmitirse y pone el peligro al resto. Ha habido brotes de sarampión, de polio en Estados Unidos…

(ZB) ¡Pero la polio es algo muy grave!

(LG) Sí, pero la gente se ha olvidado de los problemas que pueden causar esos microorganismos. Es verdad que hay vacunas que se han sacado al mercado con poco estudio científico como por ejemplo la del papilomavirus. La propia comunidad científica no estaba del todo de acuerdo en sacar esa vacuna porque sólo protege de algunos tipos de virus, pero se ha vendido como la vacuna anti-cáncer de útero. La información ha sido un poco sesgada en este caso, y cuando la población la conoce empieza a recelar.

Otro problema son los calendarios de vacunación. ¡No puede ser que cada año se cambie! Todo esto está haciendo que la sociedad se pregunte porqué se hacen así las cosas, y la radicalización de las opiniones lleva a estar en contra, no sólo de algunas vacunas que han podido recibir críticas o ser más discutidas dentro de la ciencia, sino de todas ellas.

(JSM) pero, ¿hay razones fundadas para estar en contra de la vacunación?

(LG) Las vacunas no son inocuas al 100%, puede haber algún efecto no deseado en un muy pequeño porcentaje de casos. Pero si nos quedamos sólo con los efectos adversos estamos obviando a las millones de personas que se han protegido de una infección gravísima, o mortal en algunos casos.

(JSM) ¿Cuál va ser la próxima noticia que leamos de su investigación?

(ZB) Ahora estamos haciendo un estudio muy interesante sobre Helicobacter pylori. Entre el 50 y 60% de la población tiene problemas estomacales con esta bacteria, por ejemplo, las personas que sufren gastritis, y no se conocen cuáles son los genotipos virulentos que están predominando en Cochabamba. Ahora estamos trabajando con el hospital de donde tomamos las biopsias. A partir de ahí vamos a identificar molecularmente a la bacteria y a averiguar la relación con patologías gástricas. Creo que va a ser un gran trabajo descubrir cuál es el genotipo predominante en nuestra región que sería responsable de patologías crónicas, úlceras de estómago agudas o las gastritis.

Sobre los autores

Esta entrevista ha sido realizada por Javier San Martín @SanMartinFJe Izaskun Lekuona @IzaskunLekuona y es una colaboración de Activa Tu Neurona @ACTIVATUNEURONA con el blog Mujeres con Ciencia.

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