¿Qué género tienen los cantos de las aves?

Ciencia y más

Las mujeres han contribuido con admirables aportaciones al campo de la ornitología desde hace varios siglos, pero ha sido hace unas décadas cuando han irrumpido con fuerza en esta disciplina. Sus hallazgos actuales ponen de manifiesto cómo la diversidad entre los investigadores puede mejorar la forma de hacer ciencia. En muchas ocasiones idealizamos a los científicos como observadores objetivos e imparciales. Sin embargo, todos tenemos prejuicios, algunos conscientes y otros inconscientes, que van a influir en nuestras trayectorias profesionales.

Un ejemplo de estos sesgos inherentes a los equipos de trabajo que impregnan el desarrollo de la investigación es el que ha prevalecido en el estudio del canto de las aves. Durante más de 150 años, ya con los textos de Charles Darwin impresos, los científicos, casi de forma unánime, han considerado que el canto de los pájaros es un rasgo masculino. Se ha aceptado que estos sonidos son vocalizaciones largas y complejas producidas por los machos durante la temporada de apareamiento y que en las hembras son ocasionales o inexistentes. En el siglo XIX John James Audubon describió a los colibríes machos como cortesanos muy agresivos y definió a sus compañeras como pasivas y delicadas. Sin embargo, no observó que las hembras de colibrí garganta rubí tienen sus propios sonidos de defensa: una serie de chillidos bruscos para advertir a los intrusos de que se alejen de sus nidos o alimentos.

Hembras de colibrí garganta rubí, turpial venezolano y azulejo de garganta canela.

Durante los últimos 20 años, los estudios sobre aves muestran que tanto los machos como las hembras de muchas especies cantan, especialmente en los trópicos (Odom et al., 2014). Por ejemplo, el grupo de K. E. Omland ha estudiado el canto femenino y los dúos en turpiales venezolanos, una especie tropical que canta todo el año para defender sus territorios. Se han centrado también en el estudio del canto de las hembras en los azulejos de garganta canela, una especie que habita en climas templados en la que las hembras cantan para comunicarse con sus parejas durante la temporada de reproducción.

Tradicionalmente, los ornitólogos, en su mayoría hombres blancos que trabajan en países del hemisferio norte, han sido los que han realizado la mayor parte de la investigación sobre el canto de las aves. En su mayoría, podríamos ubicarlos en países como Estados Unidos, Canadá, Inglaterra y Alemania. Sus publicaciones recogen resultados sobre las aves migratorias que se reproducen en la zona templada del norte del planeta. Pero a partir de la década de 1990, nuevas investigaciones pusieron de manifiesto el vacío existente en muchos de los estudios sobre cantos ya que no tenían en cuenta a hembras como cantantes prolíficas. Se comenzó a estudiar el canto de las hembras, el motivo de sus canciones, cómo aprenden nuevas melodías y por qué hay ocasiones en las que se unen ambos sexos para cantar dúos coordinados con una llamativa sincronía.

Estos nuevos descubrimientos sobre aves sugirieron un metaanálisis de publicaciones sobre el canto aviar y los resultados fueron muy reveladores: las personas clave que impulsaron este reciente cambio de enfoque fueron mujeres ornitólogas (Haines et al., 2020). Probablemente, sin estas investigadoras habríamos tardado mucho más en llegar a esta nueva comprensión de cómo ha evolucionado el canto de los pájaros. En esta revisión, se observó que las mujeres habían escrito muchos de los artículos esenciales sobre las vocalizaciones femeninas de ciertas aves publicados en los últimos años. Para ver si las mujeres tendían a centrarse en los sonidos de las hembras se identificaron todos los artículos con las palabras «female song» (canto de chicas) en el título o en el resumen que se habían publicado en los últimos 20 años. A continuación, se buscaron artículos publicados en las mismas revistas en los mismos años que contuvieran los términos «bird song» (canto de aves) para comparar con los artículos anteriores.

Los investigadores determinaron los géneros de todos los autores, incluido el primer autor, los autores intermedios y el autor final. Con frecuencia, los autores finales son los autores principales, por ejemplo, líderes de grupos de investigación. Encontraron que, al fijarse en los primeros autores, el 68 % de los artículos sobre cantos femeninos fueron escritos por mujeres, mientras que sólo el 44 % de los artículos dedicados al canto de las aves en general tenía una primera firmante femenina.

Los autores intermedios de los artículos sobre cantos femeninos también se inclinaron ligeramente hacia las mujeres. Sin embargo, los últimos autores fueron en su mayoría hombres, tanto para los artículos de canto femenino como de canto de aves del grupo control. Es decir, era más probable que los líderes de equipo de estos proyectos fueran hombres. Para los estudios de canciones femeninas, el 58 % de los últimos autores fueron hombres. Aunque la ornitología avanza hacia la paridad entre sus especialistas, es necesario alentar a más mujeres a ocupar puestos de liderazgo para que puedan tomar decisiones de peso sobre las direcciones de investigación, la financiación y los proyectos de los investigadores más jóvenes.

Female Bird Song Project.

Es posible que desde esta nueva perspectiva femenina se avance en la investigación de las 660 especies en las que las hembras son capaces de emitir vocalizaciones largas y complejas. De ellas, sólo 120 se encuentran en América del Norte. Por ello, Katharina Riebel y Karan Odom, de la Universidad de Leiden, y Mike Webster, del Cornell Lab of Ornithology, han puesto en marcha el Female Bird Song Project, que invita a pajareras y pajareros de todo el mundo a grabar sonidos, aunque no se reconozca el género del ave. Los participantes pueden usar cualquier tecnología, desde móviles hasta grabadoras, para documentar y subir audios, vídeos, fotografías y notas a las bases de datos online xeno-canto o eBird. Con este proyecto global, las investigadoras esperan recopilar datos de tantas regiones diferentes como sea posible y descubrir más sobre el canto de las hembras.

A Riebel siempre le han fascinado los cantos de las aves y señala que éstos se transmiten de una generación a la siguiente de la misma manera que los bebés humanos aprenden a hablar escuchando a los adultos que los cuidan (Fessenden, 2014). Los polluelos incluso balbucean y tartamudean mientras tratan de absorber y afinar el lenguaje. Es un paso fundamental en su desarrollo, ya que si no pueden comunicarse, más adelante no podrán defender su territorio, cortejar a una pareja o vincularse con sus familias y comunidades. Esto, en parte, es válido para ambos sexos.

Las hembras y los machos de las grallinas australianas se implican en cantos compartidos en los que hacen dúos y coordinan sus canciones para ahuyentar a otras parejas. Los búhos americanos también forman dúos en los que la hembra suele ser la primera en dar la nota.

Hembra y macho de grallina australiana, y búho americano.

Los trópicos son el mejor lugar para que el proyecto encuentre nuevas vocalizaciones femeninas y especies de aves que forman verdaderas corales. Estas zonas tienen la mayor diversidad de pájaros y apenas se ha investigado el mundo aviar en ellas. Regiones como el sudeste asiático y la cuenca del río Amazonas son tesoros aún por descubrir. Del mismo modo, muchas de las especies que viven a lo largo del ecuador son no migratorias y monógamas, lo que significa que pasan mucho tiempo protegiendo su territorio en pareja. Esto aumenta la probabilidad de que las hembras canten más que en el hemisferio Norte. De hecho, estudios recientes en los trópicos muestran que en estas zonas se dan muchos dúos, incluidas aves africanas y centroamericanas.

A medida que los investigadores obtengan datos adicionales, sus métodos también evolucionarán. En la actualidad analizan si el canto está ausente o presente en ambos sexos de una especie, se plantearán abordar la cuestión de cómo evolucionó la canción de las hembras en cada especie. Surgirán preguntas: ¿Están las cantoras concentradas en hábitats particulares? ¿Se quedan en el mismo nido todo el año? ¿Qué grupos de aves tienen los repertorios más complejos?

Contar con inquietudes y propuestas diferentes hace que la ciencia progrese. El objetivo principal de la revisión de artículos sobre el canto de las aves que citamos anteriormente fue reconocer y promover los diferentes puntos de vista de investigadores con diferentes trayectorias e identidades. Era crucial para el estudio mirar hacia atrás al menos 20 años, ya que ese fue el período de tiempo en el que hubo una inclusión importante de mujeres en ornitología.

Es indiscutible que existen muchas variables que determinan los enfoques de las investigaciones. Todo influye en la manera de hacer ciencia. Vemos que grupos de científicos más heterogéneos pueden plantearse una gama más amplia de preguntas, utilizar métodos más variados y abordar problemas desde perspectivas más ricas. El género es solo un aspecto de la identidad que podría influir en temas, enfoques conceptuales y metodologías específicas utilizadas en un amplio abanico de disciplinas científicas. Muchos otros factores, como el origen étnico, la ubicación geográfica y la posición socioeconómica, también podrían tener impactos importantes en la investigación científica. Incluso la diversidad funcional o la discapacidad de los investigadores podría poner el foco en puntos de vista alternativos para hacer ciencia desde otros intereses, desde otras percepciones y necesidades.

Es fundamental abordar la cuestión de los prejuicios para mejorar los resultados de la investigación científica, la enseñanza y la divulgación. La diversidad en cualquier ámbito, también entre los que hacen ciencia, es siempre enriquecedora.

Referencias

Sobre la autora

Marta Bueno Saz es licenciada en Física y Graduada en Pedagogía por la Universidad de Salamanca. Actualmente investiga en el ámbito de las neurociencias.

4 comentarios

  • En su libro: «HABITAR COMO UN PÁJARO – Modos de hacer y de pensar los territorios», Vinciane Despret, filósofa de la ciencia dedicada a los estudios de animales. busca multiplicar nuestras maneras de ser mediante la interpretación amplia de los modods de habitar de los pájaros, uno de esos modos de gran importancia es el canto. En el desarrollo de este libro muestra varios de los prejuicios que sesgan el entendimiento de esas formas de habitar y por lo tanto limitan nuetras posibilidades de ser. Lo recomiendo con mucha fuerza

    • Muchas gracias, Marcelo. No dejaré de hacerme con el libro y disfrutarlo.
      Un saludo cordial.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *.