Chien-Shiung Wu, la reina de la física

Vidas científicas

Chien-Shiung Wu, también conocida como “The First Lady of Physics”, “The Chinese Marie Curie” o “Madame Wu”, nació en 1912 en un pueblo muy pequeño a 40 km de Shangai, en una época en la que las mujeres no tenían derecho a la educación y todavía se les vendaban los pies.

La revolución china estalló en 1911 y posibilitó la implantación de la República en el país asiático. En los primeros meses de vigencia del nuevo régimen político, todavía convivía un débil poder central, que tenía grandes dificultades para afirmar su autoridad, con los poderes territoriales, que eran detentados por señores feudales que conseguían imponer una legislación diferenciada en las diferentes regiones chinas.

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En este confuso e inestable clima político, el padre de Chien-Shiung Wu creó una escuela para chicas en la que su hija pudo estudiar. Cada día Chien-Shiung Wu volvía a casa con un montón de libros que leía por las noches. Consiguió graduarse con brillantes calificaciones, fue la primera de su clase, siendo dos años más joven que el resto. El problema se produjo una vez concluidos sus estudios primarios. En la pequeña escuela local únicamente existían 4 grados, y en el pueblo donde su familia vivía no había ninguna otra escuela para chicas. Una notable diferencia entre la sociedad china y la occidental consistía en que las decisiones familiares las adoptaba la persona de mayor edad de la familia. Afortunadamente, esta persona resultó ser la abuela de Chien-Shiung Wu. A pesar de no haber ido a la escuela, era una mujer muy culta que había aprendido a leer en casa. Fue ella la que decidió que su nieta debía seguir estudiando en la mejor escuela posible, estuviese donde estuviese.

Chien-Shiung Wu se trasladó a Suchou donde cursó los estudios previos a la universidad. En 1930, con la amenaza de la invasión inminente de Japón, Chien-Shiung Wu y otros estudiantes encabezaron una manifestación que terminó con la ocupación de la mansión presidencial en Nanking para exigir el acceso de las mujeres a la universidad. En el verano de dicho año, Chien-Shiung Wu recibió una carta de aceptación de la universidad de Nanking. Consiguió licenciarse cuatro años más tarde. Concluidos sus estudios universitarios, durante un breve período de tiempo, impartió clases en una pequeña universidad de la misma ciudad. Pero su pasión por la física le hizo trasladarse a Shangai, donde comenzó su carrera de investigación. Aunque alcanzó reconocimiento por sus trabajos en cristalografía, su ambición científica le animó a emprender nuevas metas. Al no haber programas de doctorado en China, decidió seguir los pasos de su mentor y viajar a EE.UU..

Chien-Shiung Wu llegó a EE.UU. en 1936, año en el que el gobierno estadounidense decidió financiar económicamente su programa de física para tratar de igualar el nivel europeo. Inició su doctorado bajo la dirección de Ernest O. Lawrence en el campo de la física nuclear. Sus extraordinarias facultades intelectuales la convirtieron en una experta en su campo, hasta tal punto que cuando Fermi y Oppenheimer comenzaron a investigar las diferentes formas posibles de obtener el plutonio, ella era la destinataria de sus consultas cuando la investigación se bloqueaba. No en vano, Opennheimer la apodó amistosamente “the authority”.

Cuando la II Guerra Mundial estalló y se formó el grupo para liderar el proyecto Manhattan (cuyo objetivo final era desarrollar la primera bomba atómica antes que la Alemania nazi), Chien-Shiung Wu fue excluida. Japón acababa de bombardear Pearl Harbor y la diferencia étnica entre chinos y japoneses no era evidente. Por este motivo, Chien-Shiung Wu tuvo que soportar, además del clásico y pertinaz machismo, un brote xenófobo. Fue una época muy dura en la que a Wu no le quedó más remedio que trabajar en un colegio mayor en Massachusetts, a pesar de que ella quería proseguir su trabajo de investigación. Afortunadamente, durante una conferencia en Boston coincidió con su antiguo director de tesis. Wu le confesó su descontento. El profesor Lawrence, asombrado de que un talento como ella no fuera contratada por ninguna universidad americana, la recomendó personalmente a la Universidad de Princeton. Posteriormente se trasladó a la Universidad de Columbia y ya le pidieron que participara en el proyecto Manhattan. Habían transcurrido 10 años desde su llegada al nuevo mundo: había logrado el reconocimiento científico, pero todavía se le negaba la posibilidad de ser University Professor (catedrático en EE.UU.).

Chien-Shiung Wu había realizado aportaciones relevantes en física nuclear, y era reconocida como una de las mejora físicas del país. Pero todo esto no era más que la punta del iceberg.

En 1956, dos científicos de Harvard, Lee y Yang, publicaron un artículo en el que cuestionaron teóricamente la simetría especular en la fuerza débil del núcleo atómico. La conservación de la paridad – que viene a decir que se conservan las propiedades de un sistema frente a una simetría especular- fue considerada como una doctrina en física durante décadas y la comunidad científica consideró la violación de esta doctrina como una aberración inaceptable. Incluso los propios autores no lo tenían del todo claro, y, en el caso de que el experimento fallara, tenían una teoría B que podría explicar el porqué. Por otro lado, nadie sabía cómo se podía comprobar experimentalmente la veracidad de esta teoría. Estos dos científicos contactaron con Chien-Shiung Wu. La científica china en menos de un año realizó experimentos que demostraron que, efectivamente, el principio de la paridad no se cumplía en la naturaleza. Dio una lección a todos los dinosaurios de la física de aquella época. En 1957 Lee y Yang recibieron el premio Nobel, pero de este reconocimiento honorífico quedó excluida Chien-Shiung Wu.

Wu no se quejó en ningún momento de esta injusticia, prosiguió con sus investigaciones en otros campos de la física y aportó relevantes contribuciones a la medicina y la bioquímica. En todo caso, aunque no consiguió el Premio Nobel, logró finalmente que la nombraran Full Professor en 1958 y que le otorgaron el resto de los premios importantes en física durante 1960 y 1970. Entre otros, the Achievement Award from the American Association of University Women, Comstock Award from the National Academy of Sciences, the Chi-Tsin Achievement Award, Scientist of the Year Award, the Tom Bonner Prize in Nuclear Physics, the National Medal of Science, the Wolf Prize in Physics, the Pupin Medal. Fue la primera mujer que presidió la Sociedad Americana de Física.

En 1977, en un artículo publicado en Physics and Society, una de sus doctorandas, Noemie Koller, actualmente investigadora en física nuclear en Rutgers, escribió: “Ha habido un gran avance en la ciencia desde que Chien-Shiung llegó a California, tanto en física como en el reconocimiento de la mujer como una profesional, y todo ello gracias a su perseverancia, lucidez y destreza, que solo una mujer como ella podía tener. Siempre recordaremos su espíritu y su dedicación a la ciencia como un ejemplo para todas nosotras”.

Referencias

1. Richard Hammond, Chien-Shiung Wu: Pioneering Nuclear Physicist (Makers of Modern Science), Chelsea House Publishers, New York, 2010

2. Amil D. Aczer, Present at the creation : the story of CERN and the Large Hadron Collider, Crow Publishers, New York, 2010

3. Queen of Physics, Newsweek no. 61 (1963) 20

Sobre el artículo original

Chien-Shiung Wu, la reina de la física es el primero de una serie de artículos publicados en la sección Eva y la manzana de Newton de la revista Pikara; con ellos, se pretende recoger el trabajo y vida de estas mujeres que, a pesar de todos los obstáculos que encontraron en su camino, no se rindieron, y consiguieron desarrollar una meritoria labor investigadora reconocida a nivel mundial.

Un especial agradecimiento a la autora del artículo y a las responsables de la revista Pikara por permitir su reproducción en Mujeres con ciencia.

Sobre la autora

Maia Garcia Vergniory es Doctora en Física. Trabaja en el Donostia International Physics Center, investigando materiales de baja dimensionalidad cuyas propiedades quedan determinadas por una fuerte interacción de spin.

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