Elizabeth Eaton Morse (1864-1955), una curiosa micóloga

Vidas científicas

La directora del Herbario de Criptógamas (Cryptogamic Herbarium) del Jardín Botánico de Nueva York (NYBG), Ellen Diane Bloch, ha relatado que uno de sus descubrimientos favoritos durante los treinta años que trabajó en este herbario fue una original y valiosa colección de hongos, con la que casualmente tropezó en abril de 2014. «Cuidadosamente incluida en una bella caja procedente de Berkeley, California», apunta Bloch que «encontré una selección de casi 40 especímenes de hongos recolectados en Maine durante 1935». Ante este inesperado hallazgo, la directora se propuso averiguar cómo habían llegado esos especímenes de hongos desde California hasta el Jardín Botánico de Nueva York.

Herbario de Elizabeth Eaton Morse. New York Botanical Garden.

¿Quién envió tan adecuado obsequio?

Sus pesquisas la llevaron a descubrir que los especímenes habían sido recolectados por una micóloga escasamente conocida llamada Elizabeth Eaton Morse. Indagando en más detalles, Ellen Bloch averiguó que la micóloga había nacido en Massachusetts el 31 de diciembre de 1864, y había dedicado gran parte de su vida a viajar por el oeste del país con el fin de recolectar, estudiar y coleccionar la gran diversidad de hongos que encontraba.

Como podemos leer en Wikipedia, Elizabeth Eaton Morse pasó su infancia en una granja, lo que despertó su interés por la historia natural. Tras acabar sus estudios secundarios en 1882, daría clases durante varios años en diversas escuelas con el fin de ahorrar dinero. Al cabo de un tiempo dedicada a la docencia, se matriculó en el Wellesley College donde obtuvo el grado de Botánica. Poco tiempo después, Eaton Morse optó por realizar un viaje a California; aquí solicitó y obtuvo una entrevista con el destacado micólogo Lee Bonar (1891-1977) de la Universidad de California, Berkeley.

Valga abrir un breve paréntesis para hacer referencia a este acreditado micólogo. En la página Myko Webs se indica que durante las primeras décadas del siglo XX numerosos botánicos abrieron caminos en el estudio de los hongos de California. Sin embargo, ninguna de sus universidades contó en aquellas fechas con un micólogo que tuviese dedicación a tiempo completo. Esta distinción corresponde a Lee Bonar, que fue el primer especialista en hongos con dedicación exclusiva de la Universidad de California, Berkeley. Se trata de un científico muy querido y respetado que realizó una considerable cantidad de trabajo en su especialidad. Contó, además, con alumnos que luego serían autorizados expertos en la materia. Asimismo, varias mujeres estudiantes graduadas trabajaron con Bonar, y entre ellas destaca la figura de nuestra protagonista: Elizabeth Eaton Morse.

Una fructífera conversación

En su entrevista con Bonar, Elizabeth E. Morse explicó su deseo de estudiar botánica criptogámica y, tras escucharla atentamente, el científico decidió aceptarla en su laboratorio. La joven tomó entonces la decisión de abandonar la docencia y establecerse en Berkeley, matriculándose como estudiante graduada en el Departamento de Botánica de la Universidad. Ellen Diane Bloch ha relatado que Morse, pese a no aspirar a un grado superior, consiguió que le proporcionaran como invitada un lugar de trabajo y material de investigación adecuado. El sitio que le designaron fue el ático del edificio de botánica (Botany Building); allí permanecería durante más de veinte años.

Elizabeth Eaton Morse dedicó gran parte de sus vacaciones de verano a emprender viajes de recolección por los estados del oeste americano, realizando periplos a la frontera con México, al Rainier National Park (localizado en el estado de Washington), Alaska y Hawái. Su principal interés fueron los hongos, dando nombre a varias especies de éstos, aunque también recolectó otras plantas.

Elizabeth Eaton Morse. Mycologia.

Durante sus trayectos por diversos parques nacionales se prestó a organizar numerosas exposiciones sobre micología, al tiempo que impartía algunas charlas de divulgación para turistas. Asimismo, Morse contrató fotógrafos científicos profesionales con el fin de capturar imágenes de especímenes frescos antes de que se secaran. En 1952 presentó una selección de 364 fotos enmarcadas en el Mycological Herbarium de la universidad, titulada Photo Prints of Western Fungi, cuyo fin era mostrar el conjunto completo de su colección. Además, distribuyó copias de estas fotografías y especímenes a otras diversas instituciones.

Entre los viajes de recolección realizados por Elizabeth Eaton Morse, se encuentra un trayecto por Maine en 1935. Durante sus últimos años, la micóloga distribuyó gran parte de su amplia colección a distintas instituciones, comenzando con el herbario de Berkeley, pero incluyendo también conjuntos más pequeños enviados a otros centros. «Entre éstos estaba el Herbario de Criptógamas del Jardín Botánico de Nueva York», ha declarado triunfante Ellen Diane Bloch, pues había logrado desempolvar la curiosa historia de la bella caja con hongos disecados que un día encontrara en el Herbario de Criptógamas.

Cabe añadir que Elizabeth E. Morse desplegó una notable actividad, ya que también organizó la Sociedad Micológica de California (California Mycological Society), donde desempeñó el cargo de secretaria. Bajo su influencia, la Sociedad impulsó el intercambio de especímenes y la discusión científica a través de una extensa correspondencia con otros micólogos y recolectores con los que Morse había trabado amistad. Además, esta incansable botánica contribuyó con artículos en revistas populares y especializadas, publicando varios trabajos en la valorada revista Mycologia.

El 13 de noviembre de 1955 fallecía Elizabeth Eaton Morse, en Berkeley, California. Tras sí dejaba un legado cuyo valor ha sido apreciado en las últimas décadas, en gran medida debido a los perseverantes estudios con perspectiva de género realizados en el rico ámbito de la botánica.

Referencias

Sobre la autora

Carolina Martínez Pulido es Doctora en Biología y ha sido Profesora Titular del Departamento de Biología Vegetal de la ULL. Su actividad prioritaria es la divulgación científica y ha escrito varios libros sobre mujer y ciencia.

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