Filomena Nitti, la brillante farmacóloga que se quedó sin Premio Nobel

Vidas científicas

Era una mujer enérgica, con una educación racional e ilustrada, que combinaba el ingenio napolitano con el espíritu francés: logró abrirse camino en un entorno que no dejaba mucho espacio a las mujeres.

Alberto Oliverio (página 34)
Filomena Nitti. ISS.

Filomena Nitti nació en Nápoles el 10 de enero de 1909; era la hija menor (de cinco) de Antonia Persico y del político y economista Francesco Saverio Nitti. Pasó su infancia con sus hermanos mayores, Vincenzo, Giuseppe, Maria Luigia y Federico Nitti (con quien estuvo ligada también en su vida profesional), y sus abuelos en Nápoles; su madre y su padre residían permanentemente en Roma.

Con Benito Mussolini en el poder, entre 1922 y 1923, la familia Nitti sufrió varios ataques fascistas. Incluso Filomena y sus hermanos fueron objeto de agresiones verbales y provocaciones en la escuela, sin ningún apoyo por parte de su profesorado. En 1923 los Nitti decidieron exiliarse, primero a Zúrich y luego a París .

En París, Filomena estudió en el Liceo Sévigné y después se inscribió en la Facultad de Ciencias Naturales, especializándose en química biológica. Su objetivo era aprender un oficio que le permitiera regresar a Italia tras la guerra y contribuir al renacimiento del país.

En 1930 se unió a las Juventudes del Partido Comunista Francés y un año más tarde se casó con Stephan Walter Freund, un periodista judío de origen polaco que había traducido los Principi di scienza delle finanze (1922) de su padre. El matrimonio tuvo dos hijos, el menor de los cuales falleció prematuramente en un accidente automovilístico.

Tras graduarse en 1935, Filomena partió hacia Rusia , donde trabajó durante dos años en el Journal de Moscou y con el Socorro Rojo Internacional, dirigido por Elena Dmitrievna Stasova.

Los comienzos en el Instituto Pasteur de París

Tras su divorcio de Freund, a finales de 1936, Filomena regresó a París y comenzó a trabajar en varias farmacias como analista química. Dos años más tarde ingresó en el Instituto Pasteur, en el Laboratorio de Química Terapéutica dirigido por el farmacéutico Ernest Fourneau, donde ya trabajaban su hermano Federico y el bioquímico Daniel Bovet. Comenzó a trabajar como «investigadora invitada», es decir, sin cobrar, y posteriormente como becaria.

Allí comenzó a investigar el efecto del veneno de ciertas serpientes, particularmente la cobra, y buscando remedios. Posteriormente examinó el efecto de otras toxinas sobre la sangre y los organismos, buscando terapias y tratamientos eficaces.

En 1939 Filomena y Daniel se casaron y ese mismo año nació su único hijo. En esa época la familia Nitti obtuvo la ciudadanía francesa.

Filomena permaneció en el Instituto Pasteur colaborando con su hermano Federico y su marido hasta 1947; trabajaron conjuntamente en sulfonamidas y penicilina. Descubrieron que la adrenalina, la acetilcolina y la histamina tienen similitudes en su estructura química. También demostraron que la histamina es la principal causa de las reacciones alérgicas y, en 1944, desarrollaron la pirilamina, el primer fármaco antihistamínico.

Además, durante la Segunda Guerra Mundial, los tres investigadores prepararon 200 000 viales de suero antitetánico y una tonelada de sulfamidas para los soldados destinados en el frente. Por ello Bovet consiguió una medalla al valor; los hermanos Nitti fueron ignorados en este reconocimiento.

De regreso a Italia

En 1947, los hermanos Nitti y Bovet regresaron a Italia a instancias del químico Domenico Marotta para trabajar en el recién creado Laboratorio de Química Terapéutica del Istituto Superiore di Sanità (ISS). Federico murió prematuramente de tuberculosis; se había infectado accidentalmente con una de las cepas de la bacteria de la tuberculosis cultivada en París.

Daniel Bovet y Filomena Natti, 1957.

En la ISS, además de acoger y formar a nuevos investigadores, Filomena trabajó codo con codo junto a Bovet; ella se encargaba de las tareas de laboratorio que requerían la mayor precisión y conocimiento técnico. Fue coautora de todas las obras de Bovet, y juntos escribieron y publicaron en 1948 el libro Structure et activité pharmacodynamique des médicaments du système neurveux vegétatif, una obra de referencia en el ámbito de la farmacología.

Estudiaron distintas sustancias activas sobre el sistema nervioso central, anestésicos y relajantes musculares, como el curare sintético y la succinilcolina. Bovet recibió el Premio Nobel en Fisiología o Medicina en 1957 precisamente «por sus descubrimientos acerca de algunos compuestos sintéticos que inhiben la acción de algunas sustancias corporales y especialmente por su acción en los sistemas vasculares y músculos esqueléticos». Pero Filomena no recibió este galardón a pesar, como ya hemos comentado, de ser la coautora de todos los trabajos de Bovet. Además, una buena parte del éxito de estos descubrimientos fueron posibles gracias a la precisión, la experiencia y la habilidad en el laboratorio de Nitti.

Tras el arresto Marotta en 1964, acusado de irregularidades administrativas, Filomena abandonó la ISS e ingresó en la nueva sede del Consejo Nacional de Investigación de Italia (CNR) en Sácer (Cerdeña). Posteriormente, en 1970, regresó a Roma, continuando trabajando para el CNR hasta 1975. En esta institución continuó trabajando en el laboratorio, centrándose en el comportamiento animal y la genética.

Falleció el 7 de octubre de 1994, a la edad de 85 años. Fue una de tantas científicas víctima del efecto Matilda.

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Sobre la autora

Marta Macho Stadler es doctora en matemáticas, profesora del Departamento de Matemáticas de la UPV/EHU y colaboradora en ::ZTFNews y la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU.