Cuando viajamos, y sobre todo, si se trata de localidades exóticas, siempre queremos realizar fotos de proximidad de la gente, intentamos captar al máximo sus vestimentas, los detalles de sus peinados o sus facciones. El resultado que obtenemos es la combinación de factores como son: la receptividad del sujeto, la dificultad de aproximación, su posición, la iluminación, la posibilidad de interferir en su distancia de confort y nuestra capacidad técnica para realizar fotos en ese espacio y tiempo muy breves. En consecuencia resulta difícil obtener escenas que cumplan con todos los requisitos de interés de contenido y calidad técnica.
Esta muestra nos acerca una selección de 50 retratos en primer plano de mujeres de Asia, África y América en los que sus protagonistas, portan adornos como pendientes, collares, tocados etc. realizados con elementos minerales como ámbar, alabastro, turquesas, etc. Se muestran desde modestas cuentas de concha a laboriosos y enormes engarces de plata y piedras semipreciosas.
Resulta interesante observar el efecto potenciador de la rareza o la lejanía de los materiales originales como ocurre con el coral en el Tíbet o las conchas marinas en localidades distantes de la costa en África. El oro o el coral los vemos mezclados con sus sustitutos en plástico produciendo un efecto poco estético para nuestros ojos pero sin embargo muy habitual.
Podemos observar como para el mismo tipo de adorno, como son los pendientes de plata, en África se usan formas geométricas limpias y sencillas y en contraposición aparecen diseños de filigrana los países asiáticos.
En conclusión, esta exposición constituye un acercamiento a algunos de los países más emblemáticos para los viajeros interesados en los aspectos humanos y facilita un punto de vista comparativo de culturas muy distantes basado en la utilización de elementos minerales en la forma de engalanarse.