El químico y bacteriólogo Louis Pasteur (–Jeanne (1850-1859), Jean-Baptiste (1851-1908), Cécile (1853-1866), Marie-Louise (1858-1934) y Camille (1863-1865). Como puede comprobarse por las fechas de fallecimiento, tres de las niñas murieron prematuramente, Jeanne y Cécile unas fiebres tifoideas y la pequeña Camille de un tumor en el hígado. Probablemente esta tragedia familiar contribuyó a que Pasteur se interesara por comprender las dolencias de su época, aunque comenzó tardíamente a investigar sobre enfermedades infecciosas.
Marie Laurent nació en 1826 en Estrasburgo. Poco se sabe de ella hasta que se casó con Louis Pasteur. Educada en un medio intelectual, curiosa e inteligente, se apasionó inmediatamente por las investigaciones de su marido… y se puso a su servicio. Trabajó como secretaria y redactora científica junto a Louis Pasteur, al que asistió activamente en sus experimentos. Los estudiantes y colegas del bacteriólogo reconocieron la importancia de Marie en su trabajo. Émile Roux (1853-1933), cofundador y tercer director del Instituto Pasteur, afirmaba que «Marie ha sido el mayor colaborador científico de Louis Pasteur», además de un apoyo moral inquebrantable.
Marie trabajó con el bacteriólogo en sus primeras investigaciones para la industria vinícola, alrededor de 1848. En aquel momento Pasteur estudiaba las distintas propiedades ópticas de la polarización del ácido tartárico procedente del vino natural (o sus posos) o de la síntesis en el laboratorio.
Fue Marie quien crio los gusanos de seda que Pasteur necesitaba para sus investigaciones sobre las enfermedades que estaban arruinando la producción de seda en el sur de Francia, una industria de gran importancia en aquella época. Los gusanos de seda padecían una extraña enfermedad que comenzaba con unas pequeñas manchas oscuras que detenían su crecimiento y terminaban con su muerte. En 1865, el químico y político Jean Baptiste Dumas pidió ayuda a Pasteur, quien descubrió que la enfermedad se debía al hongo Nosema bombycis.
También fue Marie Pasteur quien se hizo cargo de los niños atacados por animales con rabia y que Pasteur atendió con su tratamiento experimental contra esta enfermedad. Recordemos que en 1885 un niño mordido por un perro rabioso, Joseph Meister, fue el primer ser humano inoculado con la vacuna de Pasteur. El pequeño nunca llegó a padecer la rabia: aquella vacuna le salvó la vida.
El 19 de octubre de 1868, Louis Pasteur fue víctima de un accidente cerebrovascular que le produjo una hemiplejia izquierda. A partir de entonces, el científico tuvo dificultades para moverse y uno de sus antebrazos quedó contraído de por vida. Marie fue uno de sus grandes apoyos.
A partir de 1895, tras la muerte de su marido, Marie se ocupó de reivindicar su figura y su trabajo.
Marie Pasteur falleció en 1910. Sus restos descansan en la cripta del Instituto Pasteur, como los de su marido. Aunque al ilustre científico le hubiera correspondido ser inhumado en el Panteón de París, Marie deseaba que descansara en el corazón del Instituto que fundó y en el que trabajó.
Referencias
- Mathilde de Robien, Marie Pasteur, première collaboratrice de Louis Pasteur, Aleteia, 14 noviembre 2018
- Famille de Louis Pasteur, Institut Pasteur
- Louis Pasteur intime, Google Arts & Culture
- Marie Laurent, Google Arts & Culture
- Wikipedia (francés e inglés)
Sobre la autora
Marta Macho Stadler es doctora en matemáticas, profesora del Departamento de Matemáticas de la UPV/EHU y colaboradora en ::ZTFNews y la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU.
3 comentarios
[…] de alcohol de cereales. Partiendo de los conocimientos surgidos gracias a los trabajos de Marie Laurent y su marido Louis Pasteur, comienza a desarrollarse a finales del siglo XIX una industria […]
[…] artículo es una versión revisada de «Marie Pasteur, ayudando al científico en la sombra» que se publicó en el blog Mujeres con ciencia, de la Cátedra de Cultura Científica de la […]
[…] del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea. El artículo es una versión revisada de «Marie Pasteur, ayudando al científico en la sombra» que se publicó en el blog Mujeres con ciencia, de la Cátedra de Cultura Científica de la […]