La primera vez que oí hablar del “Concorde”, me pareció algo impresionante. Un avión supersónico. La verdad es que no tenía ni idea de lo que significaba supersónico, pero aquello me sonaba a rápido, a película de ciencia-ficción y a futuro. A los ojos de una niña, aquel avión era lo más parecido a lo que había visto en “La Guerra de las Galaxias” o “Star Treck”, cuando las naves viajaban a la “supervelocidad”.
Con el tiempo aprendí algo más sobre lo que significaba “supersónico” y descubrí que además de ir rápido, aquel avión provocaba mucho ruido. Supongo que sería en algún documental donde escuché por primera vez aquel estruendo saliendo del propio “Concorde” o un caza militar, no lo recuerdo bien. Yo no lo sabía, pero ese ruido era debido a la explosión sónica. Un fenómeno que es más que un simple ruido… y que Christine Darden, la ingeniera aeroespacial experta en explosiones sónicas estudió durante toda su carrera. Aquí tenéis su historia.
Christine (Mann) Darden nació en Carolina del Norte, Estados Unidos, el 10 de septiembre de 1942. Aquella niña curiosa que desmontaba y montaba una y otra vez sus muñecas para “saber como funcionaban”, comenzó a asistir a las clases que su madre impartía en la escuela a la temprana edad de tres años. Y es que sus padres lo tenían muy claro; querían el mejor de los futuros para su hija y por eso la animaron a estudiar desde pequeña. La vida de aquella niña que quería ser médico cambió gracias a un profesor de geometría, que despertó en ella una pasión desmesurada por las matemáticas, que nunca más desapareció.
Christine consiguió una beca para estudiar en la Hampton Institute (ahora Hampton University), donde se licenció en matemáticas en 1962. Animada por un padre que veía difícil que su hija de color pudiera trabajar fuera de casa en algo que no fuera la enseñanza, también obtuvo el certificado para ser maestra. De hecho, Darden estuvo trabajando como profesora en Postmouth durante cierto tiempo, hasta que el 1965 consiguió un puesto de asistente investigación en el estudio de física de aerosoles en la Virgina State College.
En 1967 finalizó su Máster en matemáticas y consiguió ingresar en la NACA (predecesora de la NASA), institución en la que trabajaría durante los siguientes cuarenta años. Comenzó su trabajo como analista de datos en el área computacional del Langley Research Center junto con otras grandes mujeres como Katherine Johnson, Dorothy Vaughan o Mary Jackson realizando cálculos matemáticos para los ingenieros.
Aunque el trabajo de aquellas “calculadoras humanas” era importantísimo, Darden quería ir más allá; quería ser ingeniera. Quería crear datos, no sólo analizarlos. Armada con sus conocimientos, fue a hablar con su superior John V. Becker, al que preguntó por el motivo de la imposibilidad de las mujeres de ascender en su carrera teniendo las mismas aptitudes que los hombres. Impresionado por la actitud de Darden, Becker la ascendió a ingeniera aeroespacial en 1973, convirtiéndose en una de las primeras mujeres en ocupar aquel puesto en la NASA.
Su primer trabajo como ingeniera se centró en el desarrollo de un modelo informático que simulaba las explosiones sónicas o sonic booms, el componente audible de la onda de choque provocada por un objeto cuando sobrepasa la velocidad Mach 1 (equivalente a la velocidad del sonido). De hecho, aquel primer proyecto abrió el camino a años de investigación de explosiones sónicas que convirtieron a Darden en toda una experta en la materia. En 1983 obtuvo su Doctorado en Ingeniería por la George Washington University y en 1989 se convirtió en la directora del grupo Sonic Boom de la NASA, siendo la primera mujer que consiguió ascender al puesto de Senior Executive Service, el mayor rango civil en la función pública federal de Estados Unidos.
Como hemos mencionado, Christine dedicó su vida a investigar las explosiones sónicas y los vuelos supersónicos. Estudió el modo disminuir los efectos adversos de las explosiones, tales como el ruido, la polución o los efectos sobre la capa de ozono. Recuerdo haber leído que estas fueron algunas de las razones para la retirada del “Concorde” (además de la poca rentabilidad o aquel fatídico accidente que todos recordamos). Darden también ayudó a diseñar aviones supersónicos y desarrolló nuevos modelos de simulación de explosiones.
Su trabajo ha sido reconocido con premios como dos medallas de la NASA o el Candace Award de la National Coalition of 100 Black Women, premio dado a personas de color por ser modelo de excelencia para jóvenes de todas las razas.
Además de unos méritos científicos indiscutibles, Christine Darden ha tenido otro gran mérito en su vida: superar las barreras de género y raciales que se le presentaron. Especialmente las de género. Esta frase suya me ha encantado
Hagamos todas lo mismo.
Referencias
- Christine Darden, Mujeres con Ciencia, Efemérides, 10 septiembre 2017
- Darden, la maga del “sonic boom”, Xataka, 21 junio 2017
- Christine Darden. NASA Scientist. Leader in Sonic Boom Technology, Black Ladies
- The women of Hidden Figures, Hidden Figures
- Denise Lineberry, Standing on the Shoulders of a Computer, NASA
- Christine Darden, Wikipedia
Sobre la autora
Aitziber Lopez (@lopez_aitzi) es doctora en química por la UPV/EHU.