La comunicación es una herramienta fundamental para la supervivencia, la reproducción o la interacción social de los insectos. Si pensamos en dos «bichos» que se comunican entre sí, a menudo nos vienen a la mente imágenes de abejas danzando o grillos cantando. Sin embargo, existe otra forma de intercambiar información menos obvia para las personas, pero increíblemente importante para ellos: la que sucede a través de vibraciones transmitidas por el sustrato, es decir, “conversaciones” basadas en ondas mecánicas que se propagan a través de medios sólidos, como plantas o suelo.
La científica alemana Hildegard Strübing (1922-2013) fue pionera en el estudio de la comunicación vibracional en insectos, abriendo así un campo de investigación que aún hoy sigue revelando secretos sobre el mundo natural.

Hildegard Strübing nació en Mahlsdorf, una aldea que entonces formada parte del Gran Berlín, el 8 de mayo de 1922. Fue la única hija de Agnes y Erich Strübing, quienes se divorciaron poco después de su nacimiento. Creció junto a su madre y su abuela, y desde pequeña mostró gran interés por los insectos que habitaban su jardín.
Con la ambición de ser maestra, Hildegard comenzó su carrera en Biología, Química y Geografía en la Universidad de Berlín –conocida hoy como la Universidad Humboldt de Berlín– en 1940, cuando la Segunda Guerra Mundial ya había devastado gran parte de Europa. Su trayectoria tomó un rumbo diferente cuando Konrad Herter, director del Instituto Zoológico de la universidad, le propuso realizar un doctorado bajo su supervisión. Strübing defendió su tesis sobre el sentido de la temperatura en anfibios en 1945.
Durante su doctorado se comprometió con Willibald Schürmann, otro estudiante supervisado por Herter, aunque la guerra truncó los planes de la pareja: Willibald fue reclutado por el ejército alemán y resultó gravemente herido el 8 de diciembre de 1944, supuesto día de la boda, tras lo que cayó en cautiverio francés y nunca regresó.
Interés por los insectos
Tras el fin de la guerra, Strübing trabajó como ayudante en la reconstrucción del Instituto Zoológico de la Universidad Humboldt. A la vez que desempaquetaban y clasificaban las colecciones de insectos que se habían salvado en los sótanos del edificio, la científica comenzó a investigar la fauna de auquenorrincos del área de Brandeburgo. Del griego aucho (emitir sonido) y rhynchos (pico), este suborden de agrupa a varios tipos de insectos que se alimentan de la savia de las plantas y suelen ser buenos saltadores.
Entre sus tareas estaba la identificación de muestras recogidas durante las excursiones con estudiantes. Así fue como la científica conoció y comenzó a interesarse por los insectos cicadélicos –o saltahojas– y fulgoromorfos –o saltaplantas–, considerados los parientes más pequeños de las cigarras. Su creciente interés por estos «bichos» la impulsó a mantenerlos y observarlos, inicialmente sin un objetivo claro.
Durante su tiempo en la Universidad Humboldt, Hildegard también fue testigo de la creación del archivo de sonidos animales, que hoy es el tercero más grande del mundo.
La importancia de la comunicación vibracional
En 1952, Strübing tomó la difícil decisión de seguir a Konrad Herter a la recién establecida Universidad Libre en Berlín Occidental. Allí se dedicó inicialmente a la enseñanza, impartiendo clases para estudiantes de biología, medicina y veterinaria. En esta etapa de su carrera, centró sus investigaciones en la comunicación vibracional entre «bichos». Esta forma de intercambio de información se basa en las señales que emite un insecto y se propagan como ondas mecánicas por materiales sólidos, como tallos de plantas o suelo –en lugar de hacerlo por el aire, como el sonido convencional–. Otros insectos recogen estas señales a través de mecanorreceptores situados en el cuerpo.

A pesar de que hoy sabemos que estas señales se utilizan ampliamente en diversos contextos, Hildegard Strübing fue la primera en demostrar el papel que desempeñaba la comunicación vibracional en la búsqueda de pareja de las cigarras del suborden auquenorrinco. Este hallazgo de 1958 revolucionó la comprensión del intercambio de información entre insectos, destacando que, además de las señales acústicas y visuales, las vibracionales son vitales en las interacciones entre pares.
La científica dedicó el resto de su carrera a profundizar en la comprensión de este comportamiento particular, llegando a publicar alrededor de 25 artículos sobre diferencias específicas entre especies. Su investigación abarcó no solo los mecanismos de emisión, transmisión a través del sustrato y recepción de las señales, sino también el estudio del órgano timpánico y otros mecanorreceptores de los «bichos». Strübing adoptó un enfoque integrador en la taxonomía de insectos, utilizando la bioacústica como una herramienta para diferenciar y comprender las especies.
A pesar de la importancia de su trabajo, la mayor parte de sus publicaciones las realizó en revistas científicas alemanas, por lo que su obra tuvo poca difusión internacional.
Reconocimiento y legado
Otro aspecto importante de su contribución fue el desarrollo de equipos técnicos. Diseñó un sistema de grabación magneto-dinámico nuevo e innovador para registrar señales vibracionales. Este aparato no solo era fácil de manejar, incluso en el campo, sino también relativamente económico, por lo que fue utilizado por sus colegas durante varias décadas.
En reconocimiento a su labor investigadora en torno a la comunicación vibracional en insectos, Hildegard Strübing recibió la Medalla Fabricius de la Sociedad Alemana de Entomología General y Aplicada en 1995, y el Premio Insect Drummer en el International Symposium “Vibrational communication in Arthropods” de Berlín en 2011.
La científica falleció el 18 de mayo de 2013, a los pocos días de haber cumplido 91 años. Su legado perdura no solo en sus publicaciones científicas, sino también a través del nombre del género Struebingianella, un reconocimiento taxonómico duradero a sus contribuciones pioneras en el estudio del intercambio de información a través de las vibraciones.
Referencias
- Andreas Wessel, Hildegard Strübing: A Pioneer in Vibrational Communication Research, en Studying Vibrational Communication, capítulo 4, Springer, 2014
- Roland Mühlethaler and Andreas Wessel, In memoriam Prof. Dr. rer. nat. Hildegard Strübing (8.5.1922 – 18.5.2013), with a complete bibliography, Cicadina 14 (2014): 1-12
- Hildegard Strübing, Wikipedia
Sobre la autora
Edurne Gaston Estanga es doctora en ciencia y tecnología de los alimentos. Actualmente se dedica a la gestión de proyectos en organizaciones que fomentan la difusión del conocimiento de la ciencia y la tecnología.