Rosa Porcel: «La investigación científica es un modo de vida»

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Rosa Porcel es licenciada en Biología y doctora en Bioquímica y Biología Molecular por la Universidad de Granada. Actualmente es Profesora Titular del Departamento de Biotecnología de la Universitat Politècnica de València e investigadora en el Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas, del que es subdirectora. Además, es subdirectora de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y del Medio Natural de la misma universidad.

Como investigadora, Rosa Porcel cuenta con 25 años de experiencia en el estudio de la simbiosis entre plantas y micorrizas y la relación con la tolerancia al estrés, en concreto sequía y salinidad, área en el que ha publicado numerosos artículos de investigación en revistas de alto impacto y en la que está dirigiendo varias tesis doctorales. Su trayectoria científica ha sido reconocida con el Premio Nacional de Investigación en Relaciones Hídricas en Plantas y ha sido finalista del Premio a la Trayectoria Excelente de Investigación otorgado por su universidad.

Fuera del ámbito académico e investigador, Rosa Porcel es divulgadora científica desde 2011 a través de su blog La Ciencia de Amara, conferencias y diversos eventos de divulgación. Recibió el Premio Antama de Divulgación Científica. Autora de Eso no estaba en mi libro de Botánica (Ed. Guadalmazán), por el que recibió el premio Prismas 2021 al mejor libro de divulgación científica. Acaba de publicar su segundo libro en solitario, Plantas que nos ayudan (Ed. Destino).

Rosa Porcel (fotografía proporcionada por la investigadora).

1. ¿Cuál es tu área de investigación?
La tolerancia de las plantas a la sequía y la salinidad. Comencé hace más de 20 años trabajando con micorrizas. Las micorrizas arbusculares son hongos microscópicos que viven en una simbiosis mutualista desde hace millones de años con la raíz de las plantas, conectando con sus micelios las raíces de todas las plantas bajo el suelo y protegiéndolas de diversos estreses. Mi trabajo era desentrañar los mecanismos moleculares que hacen que las plantas micorrizadas sean más tolerantes a sequía y salinidad en concreto. Hoy en día sigo trabajando con ellas.

La sequía y la salinidad afectan gravemente a los cultivos y actualmente en nuestro grupo de investigación procuramos desarrollar herramientas para que las plantas de interés agroalimentario sean capaces de resistir estas situaciones adversas. Utilizamos abordajes moleculares mediante edición genética o bien más aplicados como la identificación, evaluación y caracterización de nuevos bioestimulantes. Los bioestimulantes son sustancias o microorganismos que mejoran el crecimiento, desarrollo y tolerancia de los cultivos a distintos tipos de estreses (sequía, calor, salinidad, patógenos, insectos, etc.) y todo ello lo consiguen estimulando procesos naturales de las plantas.

2. ¿Por qué te dedicas a ella?
Porque tenemos la suerte de comer varias veces al día y muchos de esos alimentos son plantas o vienen de ellas, así que hay que procurar que sigamos disponiendo de cultivos que nos alimenten. Si nos paramos a pensar, hortalizas, frutas, verduras, cereales, y legumbres son plantas y los aceites, harinas, cacao, cerveza, vino, frutos secos, etc. derivan de ellas. Las plantas también sufren los efectos del cambio climático y es imprescindible mantener la producción y la sostenibilidad. Lamentablemente una sequía puede suponer graves problemas. No hace mucho, en 2023, pagamos 12 euros por un litro de aceite de oliva. Entre otros motivos, fue porque tuvimos dos años consecutivos de sequía extrema y temperatura elevada y eso redujo la producción a la mitad.

3. ¿Has tenido alguna figura de referencia en tu trayectoria?
No puedo decir que tuviera una figura destacada siendo yo niña, pero sí es cierto, que conforme fui avanzando en mi carrera científica, mis propios directores fueron mis referentes. Aprendí muchísimo de mi director de tesis el Dr. Juan Manuel Ruiz Lozano, con el que mantengo una extraordinaria relación actualmente y el Prof. José Miguel Barea, pionero en el área de las micorrizas y un extraordinario científico. He tenido la suerte de tener cerca investigadores como el Prof. Ramón Serrano, referente internacional y una de las mentes más brillantes. Magnífico científico, docente y persona, doctor honoris causa por la Universidad alemana de Ratisbona, Cruz de la orden de Alfonso X el Sabio, miembro de la Organización Europea de Biología Molecular (EMBO) y socio de honor de la Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular (SEBBM). Ramón fue mi supervisor varios años durante mi primera estancia postdoctoral. Me transmitió su pasión por la investigación y la docencia, y cuidaba a su grupo de investigación como otra familia. Fue una persona excepcional.

4. ¿Qué te gustaría descubrir o solucionar en tu campo?
Por suerte se están consiguiendo grandes avances en esta área, pero aún queda mucho por descubrir. El objetivo sería conseguir cultivos que fueran capaces de aumentar la eficiencia fotosintética bajo sequía. Es decir, que tuvieran un buen crecimiento y desarrollo en condiciones desfavorables. Esto es complejo, pero, además, Europa no está poniendo fácil la regulación de CRISPR y otros países nos llevan mucha ventaja. Teniendo en cuenta la biodiversidad y todo lo que aún queda por descubrir, me encantaría identificar un microorganismo desconocido de la rizosfera de las plantas que tuviera unos efectos espectaculares en cuanto a protección del cultivo y crecimiento de este, como para no tener que preocuparnos por una mala cosecha ni por el precio del producto. ¡Imagínate!

5. ¿Qué consejo darías a quien quiera adentrarse en el mundo de la investigación?
La investigación científica es un camino lleno de desafíos, pero la motivación reside en descubrir lo desconocido. Para empezar, le diría que profundizara en qué temas realmente le apasionan y se interesara en conocer más de esas áreas de estudio. Que se rodee de mentores o personas inspiradoras.

Indiscutiblemente es una profesión vocacional donde la paciencia, el esfuerzo y el sacrificio es una constante. Debe saber que ha de contar con eso. Es una carrera muy exigente pero también es verdad que es muy gratificante.

Y ya una vez dentro, le daría otros consejos encaminados a ciertas habilidades prácticas, ética científica y comunicación, por ejemplo.

La investigación científica es, para muchos, un modo de vida.

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