La científica Idelisa Bonnelly (1931-2022) fue una prolífera investigadora y docente latinoamericana. Fue pionera en el desarrollo de las ciencias marinas en su país, República Dominicana, comenzando en la década de los años 1960. Sus principales áreas de investigación fueron la biología marina y la conservación de recursos costeros y marinos.
Idelisa Bonnelly nació el 10 de septiembre de 1931 en Santiago de los Caballeros, una ciudad del centro de la República Dominicana, entre valles y montañas. Siendo ella niña, la familia se mudó a Santo Domingo, la capital del país, donde Idelisa se crio muy cerca de los acantilados costeros. Se entretenía recogiendo cangrejos, caracoles y almejas que se escondían en los pequeños charcos que se formaban entre las rocas, y cuando comía pescado se preguntaba cuestiones como de dónde venían, cómo vivían, cómo respiraban y se alimentaban, o cómo se reproducían. Fue ese escenario el que la atrajo a estudiar y tratar de buscar respuestas a sus inquietudes.
En su época solo existía una universidad en el país, la Universidad Autónoma de Santo Domingo. No tenía facultad de ciencias, ni se impartía biología, aunque contaba con algunos naturalistas dedicados al estudio de plantas y animales terrestres. Al acabar la educación secundaria, sin otra orientación, Idelisa decidió marcharse a Nueva York para seguir estudiando allí. Se graduó en el Westchester Community College como tecnóloga médica; fue la única estudiante latina del centro y la persona con mejores notas en su clase. Sus profesores, que conocían sus virtudes e inquietudes, le recomendaron acceder a la universidad y estudiar biología, para luego poder especializarse en ciencias marinas.
Eso hizo, inscribiéndose en la Universidad de Columbia para el grado; obtuvo una licenciatura en biología marina en 1956. Cinco años después obtendría una maestría de posgrado en la Universidad de Nueva York. Bonnelly financió su formación a base de trabajos temporales en el Zoológico de Nueva York. Tras completar sus estudios, comenzó a trabajar en el Acuario de Nueva York como asistente de investigación de Ross F. Nigrelli y Sophie Jakowska, eminentes científicos marinos que dirigían el laboratorio de investigación, como responsable del mantenimiento de la salud de los especímenes exhibidos en el acuario. Aquel periodo fue decisivo en su formación como investigadora e Idelisa lo recordaría siempre como “el mejor y más diverso entrenamiento posible”.
De regreso a República Dominicana
En lugar de continuar su carrera científica en EE. UU., Bonnelly decidió volver a su país y llevarse consigo las ciencias marinas. Recién terminada la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo (1930-1961), una de las tiranías más sangrientas de Latinoamérica, la científica se topó con un gran vacío en cuanto a la enseñanza y a la investigación científica, pero también con una fuerte voluntad de cambio para crear una nueva sociedad basada en la libertad, la democracia, la equidad y el espíritu crítico.
Se integró en la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Su propósito fue el de impulsar las ciencias ambientales marinas mediante el establecimiento en 1966 del Instituto de Biología Marina, primera institución para el estudio de la biología en el país, posteriormente convertida en el Centro de Investigación de Biología Marina (CIBIMA).
Los comienzos fueron difíciles, por la falta de recursos humanos y materiales –hubo que pedir prestados y reparar equipos viejos y/o usar otros laboratorios mientras el CIBIMA se iba consolidando–. Aprovechando sus conocimientos de bioquímica, histoquímica y parasitología, entre otras disciplinas, Bonnelly formó a un pequeño equipo de profesoras e investigadoras muy motivadas, que pronto comenzarían a publicar los resultados de sus investigaciones en revistas científicas internacionales.
Junto a otros profesores y asesores, Idelisa Bonnelly promovió la creación de la primera Escuela de Biología del país, que tenía el expreso propósito de formar a personal científico-investigador cualificado para abrir las puertas al desarrollo de las ciencias biológicas en la República Dominicana y, de ese modo, dar respuesta a los problemas ambientales que amenazaban la naturaleza tanto terrestre como marina.
Una carrera enfocada a la conservación
Al principio de su trayectoria, el conocimiento que existía de los mares y sus recursos era muy escaso, aunque ya era evidente la degradación de los ambientes costeros y la disminución de muchas especies, especialmente las pesqueras. Las regulaciones específicas estaban muy limitadas. Por ello, desde el CIBIMA se iniciaron los primeros estudios taxonómicos de las especies costeras del país, estudios para establecer épocas de vedas para especies como langostas, cangrejos, camarones, etc., e investigaciones bioquímicas para el control de calidad de alimentos marinos. Bonnelly estuvo involucrada en la mayoría de estas iniciativas.
La lucha de esta científica por proteger la biodiversidad de los océanos fue una constante en su trayectoria vital y profesional. Entre sus numerosos logros destaca una aportación fundamental: la creación, en 1986, de la primera área protegida para ballenas jorobadas del Atlántico Norte. En aquel tiempo, el Banco de la Plata se conocía únicamente como zona de pesca. La labor de Bonnelly fue decisiva para entender el significado que tenía el lugar como la más importante zona de reproducción para las ballenas, que se encontraban en peligro de extinción. La designación de área protegida del que hoy se conoce como Santuario de los Bancos de la Plata y la Navidad fue la primera del Océano Atlántico y una de las primeras del mundo. Por esta contribución, Idelisa Bonnelly recibió la Medalla al Mérito de la Mujer Dominicana en la Ciencia del Gobierno de la República Dominicana (1986), el Premio Nacional de Ciencias de la Academia de Ciencias de la República Dominicana (1987), y fue incluido en el Cuadro de Honor Global 500 por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) en 1987.
Su extendida producción científica ha sido empleada internacionalmente para incidir en el Derecho Ambiental marino y costero, y la científica recibió numerosos reconocimientos por ello. Fue laureada Académica de la Academia de Ciencias en 2007, recibió un Premio Nacional de Ecología de la Fundación Corripio en 2008 y recibió la Medalla Marie Curie de la UNESCO en 2009. En 2010, la Sociedad para la Conservación de la Biología de Victoria, Columbia Británica, Canadá, la honró con el Premio al Servicio Distinguido en Biología y, en 2011, se le otorgó la Orden al Mérito de Duarte, Sánchez y Mella, la distinción más importante que otorga el gobierno de su país. En 2013, fue reconocida por la BBC como una de las diez mujeres científicas más importantes de América Latina.
Después de su retiro de la universidad, Bonnelly creó en 1991 la Fundación Dominicana de Estudios Marinos, Fundemar, una organización dedicada a promover el uso sostenible de los ecosistemas y recursos marinos a través de la investigación, la educación, y el apoyo al desarrollo de proyectos de conservación. Este proyecto fue para ella una nueva plataforma de trabajo donde poder dar continuidad a su labor a favor de los mamíferos marinos y los recursos costeros de la República Dominicana.
Idelisa Bonnelly, considerada la madre de la conservación marina en el Caribe, falleció el 3 de julio de 2022, a los 90 años.
Referencias
- Idelisa Bonnelly: madre de la conservación marina en el Caribe, Oceánicas
- Odalis Mejía Perdomo, Idelisa Bonnelly: «… la ciencia se trata de datos, de perseverancia, de disciplina y, muchas veces, de amor, y las mujeres saben mucho de todo ello», Mujeres Científicas en las Américas: sus Historias Inspiradoras, 2013, 147-156
- Idelisa Bonnelly: Por un mundo más habitable, ONU Mujeres, 14 mayo 2015
- Idelisa Bonnelly, Wikipedia
Sobre la autora
Edurne Gaston Estanga es doctora en ciencia y tecnología de los alimentos. Actualmente se dedica a la gestión de proyectos en organizaciones que fomentan la difusión del conocimiento de la ciencia y la tecnología.