Caterina Scarpellini, la astrónoma del Observatorio de Campidoglio

Vidas científicas

El nombre de Caterina Scarpellini se relaciona con el descubrimiento de un cometa que ella misma anunció, en 1854, en el periódico Giornale di Roma y en la revista Corrispondenza scientifica bajo el título Notizie diverse: una nuova cometa. Aunque posteriormente reconoció que ese cometa se había observado dos semanas antes, el descubrimiento siguió atribuyéndose a Scarpellini.

Caterina Scarpellini. Imagen de fondo: Cráter Scarpellini de Venus.

Caterina nació el 29 de octubre de 1808 en Foligno (Italia). Con 18 años fue a vivir a Roma para trabajar como asistente de su tío, Feliciano Scarpellini (1762-1840), quien en 1826 había sido nombrado director del Observatorio de Campidoglio de la Universidad La Sapienza de Roma. El astrónomo se ocupó de la educación científica de su sobrina que, junto a él, adquirió una sólida formación.

En Roma, Caterina conoció a Erasmo Fabri, alumno de su tío y asistente en el observatorio. La pareja se casó y él añadió a su apellido el de su esposa, pasando a ser conocido como Erasmo Fabri Scarpellini. El matrimonio trabajó en esta estación astronómica, incluso tras el fallecimiento de Feliciano Scarpellini, cuando asumió el cargo de director Ignazio Calandrelli (1792-1866).

Caterina poseía un excelente conocimiento del sistema solar y las constelaciones y una destacada preparación técnica; su labor consistía fundamentalmente en recopilar datos de observación y medir variables físicas en el campo de la meteorología y la astronomía.

La Corrispondenza scientifica

Los resultados de estas investigaciones se difundieron gracias a una intensa actividad periodística de Caterina en la revista semanal Corrispondenza scientifica, fundada por Erasmo Fabri en 1847. El objetivo de esta publicación era precisamente difundir los trabajos científicos y técnicos realizados tanto en Italia como en el extranjero, pero también dar a conocer fuera de Italia la actividad científica de Roma y los Estados Pontificios. Instituciones como la Academia de Ciencias de París, la Asociación Inglesa para el Avance de las Ciencias y la Real Academia de Ciencias de Bruselas compartían las noticias de la Corrispondenza scientifica.

Esta publicación semanal iba acompañada de dos suplementos: el Bullettino nautico e geografico, pensado como herramienta de información sobre ciencias náuticas y geográficas para navegantes, y el Bullettino delle osservazioni ozonometriche-meteorologiche, fundado y dirigido por la propia Caterina, que publicaba los informes de los observatorios del Campidoglio y Civitavecchia.

La primera comunicación sobre sus estudios ozonométricos (medición de ozono en la atmósfera) data de 1856, año en el que estableció una estación meteorológica en Roma junto a su marido. Caterina continuó realizando estos estudios a diario hasta 1872, año anterior a su muerte. De las mediciones del nivel de ozono dedujo una relación inversamente proporcional entre la concentración de este gas en el aire y la propagación de la epidemia de cólera en Roma en 1867.

En los años 1860, Caterina realizó varias contribuciones significativas en astronomía. En 1862, publicó el primer catálogo italiano sobre lluvias de meteoritos, un tema sobre el que continuó trabajando y publicando. En 1868 publicó en Corrispondenza scientifica las investigaciones que llevaron a cabo entre 1861 y 1867 sobre las lluvias de meteoros Perseidas y Leónidas, y se lo dedicó al astrónomo Giovanni Schiaparelli (1835-1910), director del observatorio de Brera en Milán.

El gran eclipse solar del 18 de julio de 1860 desde el Observatorio de Campidoglio.
Tabla litografiada de imágenes del disco solar en los distintos momentos tomadas fotográficamente
por Marcello Ranzi Román. Biblioteca Romana.

Entre otros, Caterina documentó la observación del gran cometa de abril de 1854, conocido hoy en día como C/1854 F1, y la de junio de 1861, el eclipse solar de 1860, el paso de lluvias de estrellas entre 1861 y 1868 y los terremotos (y la supuesta influencia de la Luna, hipótesis que después se demostró falsa) y fenómenos particulares ocurridos en Roma en esos mismos años.

El reconocimiento de otros astrónomos

La actividad científica de Scarpellini era conocida y respetada por sus compañeros de profesión. La abundancia y riqueza de sus publicaciones le permitieron salir de la sombra de su marido. El intento del matrimonio por implantar y mantener una coordinación entre las instituciones científicas de Roma y los Estados Pontificios fue reconocido por los directores de las distintas estaciones meteorológicas, que enviaban periódicamente sus datos a Corrispondenza scientifica.

El respeto de sus colegas la llevó a ser elegida miembro de la Accademia dei Georgofili de Florencia, de la Accademia dei Quiriti de Roma, de la Academia de Historia Natural de Dresde y de la Sociedad Imperial de Naturalistas de Moscú. Aunque nunca llegó a formar parte de la Accademia papale dei nuovi lincei, que había tenido a su tío Feliciano Scarpellini entre los promotores de su renacimiento en 1801; ser mujer y exponer sus ideas políticas y filosóficas jugaron en su contra.

También recibió la medalla de oro del Estado italiano en 1872. Caterina falleció en Foligno el 28 de noviembre de 1873. Un cráter de 27 kilómetros de diámetro en la superficie de Venus lleva su nombre.

Referencias

Sobre la autora

Marta Macho Stadler es doctora en matemáticas, profesora del Departamento de Matemáticas de la UPV/EHU y colaboradora en ::ZTFNews y la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU.

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