Anna Botsford Comstock, pionera en la educación del estudio de la naturaleza

Vidas científicas

La naturalista estadounidense Anna Botsford Comstock (1854-1930) fue ilustradora científica, escritora y educadora. También destacó como artista especializada en el grabado de madera. Líder en el movimiento a favor del estudio de la naturaleza, desempeñó un papel importante como defensora de la educación sobre esta disciplina en la Universidad de Cornell de principios del siglo XX.

Anna Botsford Comstock.

Anna Botsford nació el 1 de septiembre de 1854 cerca de Otto, en el estado de Nueva York. Era la única hija de Marvin y Phebe Irish Botsford, practicantes cuáqueros cuya doctrina se basaba en la apreciación de una creación superior en todo lo natural. Su madre influyó particularmente en la curiosidad y el conocimiento de Anna sobre las maravillas naturales del mundo que la rodeaba; juntas observaban las flores silvestres, aves, árboles y estrellas de las inmediaciones de su granja.

Anna Botsford asistió al Chamberlain Institute y Female College, una escuela metodista en East Randolph, Nueva York. Posteriormente volvió a Otto y fue docente durante un año. En 1874 ingresó en la Universidad de Cornell en Ithaca, Nueva York, aunque dejaría los estudios incompletos al cabo de dos años.

Su compañero de vida y ciencia

En 1878, a sus 24 años, se casó con un entomólogo que había sido profesor suyo en Cornell, John Henry Comstock, y ahí comenzó su interés por la ilustración científica. A lo largo de su matrimonio, Anna dibujó para muchas de las publicaciones de su marido sobre insectos: aunque no tuviera ninguna formación en ilustración, estudiaba los insectos bajo el microscopio y luego los dibujaba.

A menudo, su trabajo era informal y no remunerado, aunque también recibió algunos encargos formales, como los dibujos para el Report of the Entomologist, un tratado que su marido escribió en 1880, siendo jefe de entomología del Departamento de Agricultura de los EE. UU. En una época en la que él ganaba alrededor de 2000 dólares, ella recibió 50 dólares por aquel trabajo.

Los Comstock elaboraron juntos su programa de vida y lo desarrollaron, en gran medida, en torno a la Universidad de Cornell. Las trayectorias vitales y científicas de Anna y John Comstock no pueden entenderse sin las del otro.

El arte de grabar madera

Una de las láminas de
A manual for the study of insects.

Anna B. Comstock reingresó en Cornell y se licenció en historia natural en 1885. Posteriormente estudió talla y grabado de madera en la Cooper Union, tras lo cual comenzó a preparar grabados para los dibujos que debía hacer. Por medio de esta técnica, realizó grabados para ilustrar el volumen An introduction to Entomology (1888) y las más de seiscientas láminas del A manual for the study of insects (1895), escritos por su marido, así como Insect Life (1897) y How to Know the Butterflies (1904), escritos en coautoría por el matrimonio. Escribió e ilustró además otros libros, entre ellos Ways of the Six-Footed (1903), How to Keep Bees (1905), The Handbook of Nature Study (1911), The Pet Book (1914) y Trees at Leisure (1916).

John trabajaba intermitentemente para la Universidad Standford y Anna impartió allí su primera clase sobre grabado de madera. Aunque se le recuerda principalmente como una autoridad en el estudio de la naturaleza en educación, Comstock también tuvo una destacada actividad artística como grabadora, y sus trabajos fueron expuestos en exhibiciones nacionales e internacionales, obteniendo algunos premios. Fue la tercera mujer en ser aceptada en la Sociedad Estadounidense de Grabadores de Madera.

La importancia de educar en el estudio de la naturaleza

Entre 1891 y 1893 hubo una depresión agrícola general en el este de EE. UU., y la ciudad de Nueva York se vio obligada, por primera vez en la historia, a asistir y albergar a las personas que llegaban desde los distritos rurales en busca de trabajo. En 1895 se creó un Comité para la Promoción de la Agricultura del Estado de Nueva York, en el que Anna fue invitada a participar. El comité concluyó que las prácticas agrícolas deficientes eran una de las razones que habían provocado la depresión, y que debían fomentar el interés de los niños de los distritos rurales por la agricultura mediante la promoción del estudio de la naturaleza. Siendo parte del comité, Anna B. Comstock codiseñó y dirigió un curso experimental para el estudio de la naturaleza en las escuelas públicas. Cuando el programa se aprobó para su implantación en todo el estado, ayudó también a capacitar a las y los maestros y a preparar materiales para el aula.

Anna Botsford Comstock.

A partir de 1897 impartió estudios de la naturaleza en la Universidad de Cornell y fue una de las primeras personas en llevar a su alumnado fuera del aula para estudiar la naturaleza. Sus enseñanzas ponían el foco en apelar a niñas y niños en particular, ya que creía que el cuidado terrenal era una responsabilidad moral que debía desarrollarse con cada generación sucesiva. Enfatizaba que niñas y niños debían descubrir su entorno mediante el uso de sus cinco sentidos y una observación cuidadosa; de esta manera, a través de sus propias vivencias e investigaciones, podrían cultivar un sentido de conexión y responsabilidad por la Tierra y preocuparse por conservar sus recursos naturales.

Una mujer que dejó huella

En 1923, la Liga de Mujeres Votantes eligió a Comstock como una de las doce mujeres estadounidenses vivas más importantes. Esto es lo que escribió a su amiga Martha Van Rensselaer, también entre las elegidas aquel año:

Si tu elección te ha sorprendido tanto como a mí la mía, sabrás lo que se siente al sentarse cómodamente en un banco del parque y que de repente se convierta en un avión […] ¡Qué vacíos parecen estos honores en la ausencia de nuestros seres queridos que tanto se habrían preocupado por ellos! Si tan sólo tu padre y mi madre y mi padre y mi madre pudieran saberlo…[…]

Algunos meses antes de su muerte, Anna B. Comstock completó una narración muy detallada de la vida del matrimonio. Escribió el relato durante intervalos de una vida ocupada, la última parte estando ya enferma. Tenía la intención de publicar el relato antes de su muerte, pero falleció antes de lo esperado, el 24 de agosto de 1930, a los 76 años.

El manuscrito fue editado tras su muerte para convertirlo en un libro.

Referencias

Sobre la autora

Edurne Gaston Estanga es doctora en ciencia y tecnología de los alimentos. Actualmente se dedica a la gestión de proyectos en organizaciones que fomentan la difusión del conocimiento de la ciencia y la tecnología.

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