Creu Casas i Sicart, recordando a una reconocida botánica catalana

Vidas científicas

En una modesta familia de Barcelona nació el día 26 de abril de 1913 Creu Casas i Sicart, considerada hoy una de las mejores especialistas españolas en briología, disciplina que estudia los musgos y las hepáticas. Desde muy joven mostró gran interés por las plantas, probablemente influida por la profesión de su padre, que era jardinero, al que, según ella misma ha relatado, observaba cuidadosamente. Un hábito que la impulsó a recolectar flores y crear su propio herbario.

Creu Casas. Captura de pantalla El Escarabajo Verde (RTVE).

En la página web de la Real Academia de la Historia, se describe que en 1931 la joven Creu Casas se matriculó en la Facultad de Farmacia de la Universidad de Barcelona (UB), porque esta carrera tenía un gran contenido de botánica. Durante sus estudios, tuvo la fortuna de tener como profesor al ilustre botánico Pius Font i Quer (1888-1964), quien fue un botánico, farmacéutico y químico estimado como uno de los nombres más importantes de la ciencia botánica española de mediados del siglo XX. Esta destacada figura influyó y estimuló la vocación de la joven estudiante (y de muchos otros alumnos y alumnas), siendo un docente clave en la universidad catalana.

Creu Casas finalizó sus estudios en el año 1936, coincidiendo con el estallido de la guerra civil española. Tres años más tarde, en 1939, al acabar la contienda tuvo que revalidar el título, ya que el nuevo régimen anuló los exámenes hechos antes de esa fecha. Al mismo tiempo que cursaba Farmacia, ha descrito el profesor de Biología Vegetal de la Universidad de Barcelona, Josep Vigo i Bonada (1937), «Casas obtuvo el título de enfermera, que ni revalidó ni utilizó profesionalmente. Sí que ejerció, en cambio, como farmacéutica, aunque sin perder el contacto con los botánicos ni con las plantas».

En 1947, durante una excursión de estudio al aire libre, un profesor de botánica le ofreció la oportunidad de trabajar en su laboratorio. Al aceptar con entusiasmo esa propuesta, Casas empezaba su verdadera carrera profesional, ya que la investigación experimental estimuló profundamente su interés por la briología. Optó entonces por realizar su tesis doctoral sobre sobre los musgos y hepáticas presentes en el macizo montañoso del Montseny. En 1951 leyó el doctorado en Madrid; tesis que entre 1958 y 1959 salía a la luz publicada en dos volúmenes.

Una productiva carrera profesional

La vocación científica y los conocimientos de Casas fueron afianzándose a partir de la lectura de su tesis, sobre todo tras su participación en el curso práctico que impartió en Barcelona en 1952 la botánica ruso-francesa Valia Allorge, especialista en la flora del Pirineo. Este curso, apuntaba la experta en briofitos y profesora de botánica de la Universidad de Valencia, Felisa Puche, «fue decisivo para que Creu Casas dedicara su carrera científica a los briófitos, desde entonces participó en varios congresos internacionales y con frecuencia iba al herbario del Museo de Criptogamia [plantas sin flores] de París a revisar muestras». Recordemos que por aquellas fechas había pocas referencias sobre el estudio de briofitos tanto en la ciencia española como en la Península en general, lo que impulsó una asidua colaboración entre Casas y Allorge, que terminó convirtiéndose en una larga y estrecha amistad.

Creu Casas.

En los comienzos de sus trabajos de investigación, Creu Casas se dedicó con notable entusiasmo al estudio de la botánica de su región y, como ha escrito Vigo Bonada, «exploró con asiduidad las áreas asequibles desde su lugar de residencia; aparte del Montseny, rastreó el macizo de Garraf, los Pirineos, las Islas Baleares y los Monegros». La científica, sin embargo, no se limitó a la vegetación más próxima, sino que, como señala Vigo Bonada «extendió sus estudios a diversas zonas peninsulares, entre las cuales destacan Sierra Nevada, el Sistema Ibérico, el Sistema Central, las montañas burgalesas, algunas sierras andaluzas y diversos macizos portugueses.»

En lo que respecta a su carrera como docente, es llamativo que solo después de dieciocho años siendo profesora interina, esta activa científica obtuviera finalmente en 1966 una plaza fija de profesora. A partir de esa fecha, describe la página web de la Real Academia, pasó a enseñar Fitogeografía en el departamento de Botánica de la Facultad de Biología de la UB.

La profesora Felisa Puche ha subrayado que, en abril de 1969 Casas organizó un cursillo de Briología en la Universidad de Barcelona al que asistieron profesores de diferentes centros españoles. «Se hicieron salidas al campo, se identificó el material recolectado y, además, se impartieron conferencias sobre distintos aspectos de la morfología, anatomía y sistemática de los briófitos». De aquí, continua Puche, «surgió la idea de crear un grupo de intercambio de briófitos, de cual arrancaría en 1970 la Briotheca Hispanica, que se mantiene activa y creciendo».

Por su parte, Vigo Bonada recuerda que ese curso de briología impartido en Barcelona «impulsó muchas vocaciones y procuró [a Creu Casas] colaboradores entusiastas en diversas universidades españolas.»

Otro interesante aspecto destacado por Puche, hace referencia a que el material reunido en aquel curso «fue el punto de partida para muchos de los actuales herbarios de briófitos de diversas universidades, ya que en aquellos momentos era el único material de referencia que disponían los que empezaban a dedicarse a la briología».

En la actualidad, el herbario de la Universidad Autónoma de Barcelona es el más importante dedicado a los briófitos de la Península Ibérica. En él se encuentran unos 64 000 especímenes, la mayoría provenientes de los Países Catalanes y especialmente de los Pirineos. Incluye las recolecciones de la Dra. Creu Casas realizadas a partir de 1942, a las que se han ido sumando ejemplares recolectados por los y las briólogas de su escuela. Además, estas colecciones se han visto notablemente enriquecidas gracias a que desde 1969 la científica impulsó activamente intercambios de muestras con otros centros nacionales e internacionales.

La primera española catedrática de botánica

En 1971, la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) convocó un concurso de méritos para cubrir una cátedra de Botánica; Creu Casas envió su valioso currículo, se presentó y ganó dicho concurso. A finales del curso 1970-1971 se incorporó a la nueva universidad, siendo, como relata Puche, «la primera mujer que alcanzó la categoría de catedrática en la botánica española».

Al incorporarse a la UAB, Casas conoció a dos jóvenes profesoras: Montserrat Brugués y Rosa María Cros, que decidieron empezar la tesis doctoral sobre la flora briofítica de dos áreas de Cataluña, bajo la dirección de la nueva catedrática. Desde entonces continúa relatando Puche, «fueron sus más estrechas colaboradoras, como lo prueban las numerosas publicaciones realizadas entre las tres». Al grupo se incorporó en diversas ocasiones la investigadora portuguesa y profesora de botánica en la Universidad de Lisboa, Cecília L. P. Sérgio Costa Gomes (1942).

Mientras realizaba su amplio y extenso trabajo como investigadora y docente, Casas se relacionó con diversos y acreditados especialistas, tanto españoles como extranjeros, estableciendo importantes vínculos al tiempo que iba creando sus propios discípulos. En 1980 tuvo el honor de ser elegida la primera mujer en llegar a la presidencia de la Institució Catalana d’Història Natural. Unos años más tarde, a propuesta de la científica, se fundó en 1989 la Sociedad Española de Briología (SEB), siendo Creus Casas su primera presidenta. Al respecto, su colega Felicia Puche, que ocupó el cargo de presidenta durante los años 2005 al 2009, ha señalado que «esta sociedad fue el resultado del trabajo y la ilusión de muchos briólogos que, con la Dra. Creu Casas a la cabeza, pensábamos que podía ser útil para fomentar el conocimiento de la Briología en España».

Creu Casas (2004). Wikimedia Commons.

Los reconocimientos y premios concedidos a esta ilustre botánica son muy numerosos. Valga señalar, además de los ya citados, que en el año 1981, fue nombrada miembro numeraria de la Reial Academia de Farmàcia de Catalunya; en 1983 le fue otorgada la medalla Narcís Monturiol al mérito científico que concede la Generalitat de Catalunya, y en 2002 se entregó el Premi de la Fundació Catalana para la Reçerca.

Entre los numerosos trabajos científicos publicados por Casas y su equipo, los y las especialistas destacan la Cartografia de los briófitos ibéricos. Esta obra es considerada de gran valor porque estableció las bases a partir de las cuales nacería con posterioridad la Cartografia de briòfits. Península ibèrica i Illes Balears, cuya primera versión tuvo lugar en 1994.

En el año 2006 salía a la luz un valorado libro titulado Handbook of Mosses of the Iberian Peninsula an the Balearic Islands. Escrita por Creu Casas, Montserrat Brugués, Rosa Maria Cros y la investigadora portuguesa Cecília Sérgio, esta obra fue muy bien catalogada por la comunidad especializada. Recientemente, en el año 2020, se ha re editado actualizada y revisada su segunda edición.

A lo largo de su fructífera vida profesional, Creu Casas publicó en torno a 220 trabajos, lo que atestigua su intensa dedicación a la briología. De hecho, se mantuvo activa en su carrera académica hasta los 90 años y sus colegas recuerdan que fue cada día a trabajar a la Universidad Autónoma de Barcelona hasta poco antes de morir.

La científica falleció en Bellaterra el 20 de mayo de 2007. Dos especies de briofitos llevan su nombre: Acaulon casasianum y Orthotrichum casasianum.

La citada profesora de la Universidad de Valencia, Felicia Puche, ha rememorado en una entrevista concedida al Jardín Botánico de la Universidad de Valencia que «durante la celebración de un congreso de Criptogamia en León en el año 2007 hubo un momento especial. La organización hizo un homenaje a la Dra. Casas, que había fallecido unos meses antes, y fui la encargada, como presidenta de la SEB en ese momento, de recoger la pequeña escultura con una placa en su recuerdo para entregársela a su familia».

En esa misma conversación, Puche afirmaba con orgullo, «sí, me considero discípula de la Dra. Creu Casas, porque ella me introdujo en el mundo de la briología y con ella aprendí las bases del trabajo […]. Recuerdo los numerosos viajes a Bellaterra, a la Universidad Autónoma de Barcelona, cuando estaba haciendo la tesis para revisar juntas material de confusa clasificación. En los ratos que ella tenía clase, yo me metía en el herbario (BCB) y pasaba horas mirando pliegos de aquellas especies que sólo había visto en los libros. También guardo muy buen recuerdo de las reuniones de briología en las que después del trabajo de campo, por la tarde-noche, identificábamos las muestras recolectadas.»

Con motivo del fallecimiento de la científica, Felisa Puche, ha dejado escrito en memoria de su maestra: «Quizás el mayor reconocimiento a su labor puede ser que en la actualidad España es uno de los países de Europa con mayor número de briólogos profesionales, con una actividad científica importante, que de una forma directa o indirecta se han formado y aprendido de ella. Su recuerdo permanecerá en nosotros».

Referencias

Sobre la autora

Carolina Martínez Pulido es Doctora en Biología y ha sido Profesora Titular del Departamento de Biología Vegetal de la ULL. Su actividad prioritaria es la divulgación científica y ha escrito varios libros sobre mujer y ciencia.

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