Mary Malahlela, la médica sudafricana que consiguió ejercer su profesión a pesar del apartheid

Vidas científicas

Apartheid significa «separación» en afrikáans, la lengua hablada en Sudáfrica. Fue el sistema de segregación racial que estuvo legalmente en vigor en ese país entre 1948 y 1992. Por ley, los diferentes grupos raciales no podían compartir lugares ni de residencia, ni de trabajo, ni de estudio, ni de recreo. Solo las personas blancas tenían el derecho al voto. Se prohibían los matrimonios y las relaciones sexuales entre blancos y negros. Esta discriminación pretendía que la minoría blanca, el 21 % de la población, preservara su condición de privilegio.

Mary Malahela.

En este periodo, ser mujer y negra en Sudáfrica no era una situación muy propicia para vivir con libertad y dignidad. Sin embargo, algunas de ellas, como Mary Malahlela, consiguieron romper barreras para estudiar y ejercer después, aunque de manera restringida, la profesión a la que se querían dedicar.

Mary nació el 2 de mayo de 1916 en Polokwane (entonces Pietersburg), en la provincia de Limpopo, en el norte rural de Sudáfrica. Su madre se llamaba Susan Mautswane Malahlela, y su padre, que era maestro, Thadeus Chweu Malahlela. La familia, convertida al cristianismo, tuvo que huir de su pueblo al negarse a ejecutar a sus hijos gemelos, los hermanos pequeños de Mary. Pertenecían al grupo étnico Pedi que, por tradición, consideraba a los niños gemelos como una maldición.

La familia se estableció en la ciudad de Roodepoort, cerca de Johannesburgo, donde el padre pasó a ser el director de una escuela primaria metodista. Con 17 años, Mary se graduó como maestra de primaria.

La medicina como objetivo

En 1937, el South African Native College –que más tarde se convirtió en la Universidad de Fort Hare–, institución de educación superior en la ciudad de Alice (provincia Oriental del Cabo), propuso los primeros cursos de preparación en medicina abiertos a estudiantes negros en Sudáfrica. Entre los alumnos más destacados de Fort Hare se encuentran algunos líderes posteriores de movimientos independentistas y de gobiernos de países africanos: Nelson Mandela, Kenneth Kaunda, Oliver Tambo, Govan Mbeki, Julio Nyerere o Mangosuthu Buthelezi, entre otros​.

Malahlela se unió a la primera promoción de estudiantes en los cursos de asistencia sanitaria, viajando hasta Alice, situada casi a mil kilómetros de Johannesburgo. En 1941, cuando la Universidad de Witwatersrand permitió que los estudiantes negros estudiaran la carrera de medicina, Mary estaba bien preparada y ganó una de las pocas becas para financiar sus estudios. Su experiencia en esta institución abrumadoramente blanca, fue lamentable. Los estudiantes negros tenían, por supuesto, residencias y comedores separados de sus compañeros blancos. El alumnado negro debía realizar sus prácticas médicas en hospitales «no europeos»; no se les permitía observar demostraciones clínicas en pacientes blancos o estudiar anatomía en cadáveres de personas blancas. Malahlela fue capaz de superar todas estas injusticias y obtuvo su título de medicina en 1947. Fue la tercera: dos estudiantes negros, Donald Moikangoa y James Njongwe, habían completado sus estudios de medicina un año antes. En la fotografía de graduación de Malahlela aparecía ella, una mujer negra, entre una multitud de hombres blancos. En un periódico local añadieron un lamentable subtítulo a esa imagen: «Die Swart Gevaar», que en afrikáans significa «El peligro negro».

Mary Malahlela.

Para llevar a cabo su periodo de internado, Mary cruzó de nuevo Sudáfrica hasta llegar a Durban en la provincia de KwaZulu-Natal. Allí se unió al personal del Hospital McCord, fundado en 1909 por los misioneros y médicos James y Margarey McCord, para tratar fundamentalmente a pacientes de las comunidades locales y capacitar a enfermeras negras. Los responsables médicos blancos de McCord alardeaban del «espíritu de apoyo» que reinaba en el hospital. Sin embargo, las áreas residenciales, el comedor y los baños estaban segregados racialmente y, como en el resto de Sudáfrica en ese momento, el salario de los médicos dependía del color de su piel y de su sexo. Para el mismo nivel de responsabilidad, los hombres blancos tenían los salarios más altos y las mujeres negras los más bajos.

Ante estas restricciones para ejercer su profesión y los escasos sueldos, la mayor parte de los médicos negros estableció consultas privadas; Malahlela no fue la excepción.

Mary se casó en 1948 con Wallie Xakana y tuvieron tres hijos. La familia se instaló en Kliptown, en Soweto, y allí abrió dos consultorios quirúrgicos para atender a la comunidad cercana. Dos años más tarde, el gobierno de apartheid forzó el cierre de estos establecimientos. Al aprobarse la Ley de Agrupación por Áreas de 1950, Mary y su familia fueron reubicados a la fuerza en Dobsonville, un suburbio de Soweto designado como un área negra por el apartheid. Allí Malahlela sirvió a la comunidad con su práctica clínica el resto de su vida, en muchas ocasiones sin recibir ninguna remuneración, en un barrio con altos niveles de pobreza.

Más allá de la medicina

Más allá de la medicina, Malahlela se unió a organizaciones dirigidas a ayudar a la juventud africana. Apoyó la paz y la lucha contra el apartheid. Fue miembro fundadora de la Asociación Cristiana de Mujeres Jóvenes de Sudáfrica (South African Young Women’s Christian Association), presidió la Junta Escolar de Roodepoort y formó parte del Consejo de la Universidad Fort Hare. Lamentablemente, no vivió para ver el final del apartheid en Sudáfrica; falleció de un ataque al corazón en 1981. En ese momento estaba atendiendo junto a Nthato Motlana, médico y activista antiapartheid, a un paciente en un distrito rural de Johannesburgo.

Mary no obtuvo ningún reconocimiento formal por su dedicación y su servicio a la comunidad hasta 2015 cuando la Universidad de Witwatersrand descubrió una placa en su honor. Adam Habib, en ese momento vicerrector de aquella institución, ofreció una disculpa personal a Malahlela por la discriminación que había sufrido. En 2016, en el centenario de su nacimiento, Malahlela recibió póstumamente la Orden del Baobab del Gobierno de Sudáfrica «por su excelente contribución en la prestación de servicios médicos a la mayoría oprimida de los sudafricanos durante la era del apartheid» y «por ser la primera mujer africana en obtener el título de medicina en Sudáfrica».

Referencias

Sobre la autora

Marta Macho Stadler es doctora en matemáticas, profesora del Departamento de Matemáticas de la UPV/EHU y colaboradora en ::ZTFNews y la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU.

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