Jeanne Dumée nació en 1660 en el seno de una familia de clase media de París. Desde joven desarrolló una gran pasión por la ciencia; su curiosidad e inteligencia se vieron estimuladas por la actividad de la Real Academia de Ciencias, fundada en 1666 durante el reinado de Luis XIV.
Jeanne se casó muy joven con un soldado profesional que falleció durante la guerra en Alemania. Con sólo 17 años, se convirtió en la viuda de un oficial de rango relativamente alto, lo que proporcionó a Jeanne un cierto desahogo económico que le permitió continuar con su afán por aprender, en particular astronomía.
Tras numerosas lecturas y horas de estudio, la joven transformó el ático de su casa en un observatorio astronómico privado provisto de un telescopio que equipó con los últimos inventos de la época, como un micrómetro mejorado con lentes oculares con largas distancias focales. En esa época existían otros veintitrés observatorios privados en París; logró visitar todos ellos y también pudo ver el Observatorio Real –que Luis XIV inauguró en 1683– antes de su finalización.
Gracias a la enorme actividad científica de París, Dumée estaba al tanto de los últimos avances en astronomía de la época. Sus profundos conocimientos sobre el tema y sus observaciones astronómicas le concedieron una gran autoridad en los salones culturales de su época. Su fama la llevó a impartir conferencias populares para un público ilustrado, llegando a construir dos esferas astronómicas para realizar sus exposiciones de manera más sencilla y divulgativa. La primera de ellas era una esfera armilar tradicional –con la Tierra en el centro y el Sol, la Luna y los planetas alrededor– y la segunda se basaba en la cosmografía copernicana, colocando al Sol en el centro y a los planetas girando a su alrededor.
En 1680 escribió un trabajo en el que explicaba con detalle los tres movimientos atribuidos a la Tierra y proporcionaba argumentos a favor y en contra del modelo copernicano. Este escrito llevaba por título Entretiens sur l’opinion de Copernic touchant a la mobilité de la Terre —Exposición sobre la opinión de Copérnico sobre la movilidad terrestre— y estaba dedicado al Canciller Louis Boucherat. Fue prudente en su redacción, comentando que su intención no era la de apoyar las ideas de Copérnico, sino la de exponer las razones por las que los copernicanos las defendían.
El Journal des sçavans anunció la publicación de este libro, elogiando a su autora por haber explicado con claridad «los tres movimientos de la Tierra». Se desconoce si realmente fue publicado; tan solo la Biblioteca Nacional de París conserva un manuscrito, que digitalizó en 2012.
Jeanne Dumée contribuyó a la difusión del sistema copernicano. Su interés por la astronomía pudo seguir adelante probablemente por su condición de viuda. ¿Quizás su marido no habría aprobado la gran dedicación a la observación astronómica de Jeanne? Dumée deseaba que otras mujeres pudieran seguir su ejemplo; en la dedicatoria de su texto a Boucherat realizaba un auténtico alegato feminista:
Jeanne Dumée es una de las 999 protagonistas de la instalación The Dinner Party: aparece relacionada con Caroline Herschel, una de las 39 convidadas a esta extraordinaria mesa triangular creada por la artista Judy Chicago.
Referencias
- Gabriella Bernardi, The Unforgotten sisters. Female Astronomers and Scientists before Caroline Herschel, Springer, 2016 capítulo 12 (75-79)
- David Aubin, Jeanne Dumée as Astronomer and Woman in Seventeenth-Century France: The Myth and Her Lost Voice, Journal for the History of Astronomy 47 (3) (2016) 231-255
- Wikipedia (francés y castellano)
Sobre la autora
Marta Macho Stadler es doctora en matemáticas, profesora del Departamento de Matemáticas de la UPV/EHU y colaboradora en ::ZTFNews y la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU.
4 comentarios
Se me hace difícil comprender como es posible que después de 60 años de haber egresado de la universidad, solo ahora descubra la impresionante cantidad de brillantes mujeres que han participado en el tiempo en diferentes áreas del conocimiento sin percibirlo, ahora gracias a internetcon la comodidad de ser jubilado. En mi época activa eran unas pocas, casi curiosidades, quizás anomalías. Trato de recordar si alguna vez pasó por mis manos un texto de ingeniería escrito por una mujer. Espero hoy sean muchas por el bien de todos.
«Fue prudente en su redacción, comentando que su intención no era la de apoyar las ideas de Copérnico»
Me pregunto si ese comentario era sincero o era una artimaña para evitar ser perseguida y condenada por la anticopernicana Iglesia católica, como le ocurrió a Galileo. ¿Realmente no quería Jeanne defender el modelo copernicano?
¡qui lo sa!
[…] mais refait elle-même les calculs. L’autre femme de sciences, moins connue cependant, est Jeanne Dumée (1660-1706) auteure d’un ouvrage didactique – Entretien sur l’opinion de Copernic […]