Anne Szwarewski, la doctora que impulsó los test para el VPH para luchar contra el cáncer de cuello de útero

Vidas científicas

El cáncer de cuello de útero es uno de esos tipos de cáncer en los que un solo factor de riesgo es responsable de una enorme cantidad de casos: determinadas cepas del virus del papiloma humano (VPH). Si se detecta la infección de forma precoz y se analiza a qué cepa pertenece, y se impulsa la vacunación, se reducen drásticamente los casos con lo que eso significa en forma de sufrimiento ahorrado.

Anne Szarewski (2008). Imagen: Queen Mary University of London.

Sin embargo, esta relación no siempre ha estado tan clara y a mediados de los años 90 muchos médicos eran escépticos de que la relación entre ambas cosas fuera un dato de interés. Fue la doctora inglesa de origen polaco Anne Szarewski la que puso de manifiesto que si se buscaba el virus durante los cribados cervicales era posible detectar casos precancerosos y hacer un diagnóstico precoz que mejoraba radicalmente el diagnóstico de las pacientes.

A día de hoy los diagnósticos de infección por VPH van acompañado de un análisis que determina si el virus causante de la infección pertenece a una de esas variantes relacionadas con mayor riesgo de cáncer de cuello de útero. Además, se han implementado en muchos países, entre ellos España, campañas de vacunación contra el VPH con el objetivo de reducir la incidencia de este tipo de cáncer. El trabajo de Szarewski fue clave para que se tomaran estas medidas.

Hija liberal de padres tradicionales

Szarewski nació en Londres el 1 de septiembre de 1959 y fue hija única de un matrimonio polaco muy tradicional que la tuvo cuando ya eran mayores. Desde muy joven se rebeló de forma silenciosa contra las ideas católicas que se compartían en su casa, desarrollando una opinión mucho más liberal en lo que se refiere a las relaciones sexuales, los métodos anticonceptivos o el aborto. Un campo, el de la salud sexual y reproductiva, donde desarrollaría gran parte de su carrera.

Estudió en el instituto femenino Streatham and Claphman y luego se decantó por la medicina en el Hospital Middlesex de Londres, donde se graduó en 1982. Empezó su trayectoria como médico en el Hospital Wittington y en el Royal Free Hospital.

De ahí se pasó al campo de la salud sexual y la planificación familiar al incorporarse al Centro Margaret Pyke en 1986, un lugar bautizado en honor a Margaret Amy Pyke, activista en favor de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. Allí se especializó en la práctica de colposcopias, un procedimiento para la inspección de la vulva, la vagina y el cuello del útero en busca de síntomas y señales de alguna patología, entre ellas el cáncer. Fue en este momento en el que se interesó por los procesos de detección y cribado del cáncer de cérvix.

Ilustración del procedimiento de una colposcopia.Wikimedia Commons.

La investigación como herramienta para ayudar a sus pacientes

En 1992 empezó a compaginar su faceta clínica con la científica al incorporarse al Laboratorio de Matemáticas, Estadística y Epidemiología de la Fundación Imperial del Cáncer, uno de los predecesores del Cancer Research UK, el organismo más grande de Reino Unido dedicado a la investigación de esta enfermedad. Además de atender a sus pacientes, quería saber cuáles serían las formas más eficaces de ayudarlas, y para eso la investigación era la mejor herramienta.

“Aseguraba no tener ni idea de estadística pero eligió trabajar en el campo de la epidemiología analítica. Pensaba que la mayoría de los matemáticos se podría clasificar como pertenecientes al espectro autista, pero pasó gran parte de su carrera trabajando codo con codo con ellos y disfrutando su compañía”, escribían tras su muerte sus colegas Peter Sasieni y Louise Cadman.

En este centro comenzó a trabajar en el área del cáncer cervical, desarrollando un trabajo pionero al relacionarlo con el testado de VPH, una prueba que hoy se ha generalizado. Paralelamente, se doctoró con una investigación que analizaba los efectos del tabaquismo sobre las células del cuello de útero. Ella demostró que, en ausencia de tratamiento, los primeros signos de patologías de cérvix tenían una mayor probabilidad de desaparecer si las mujeres dejaban de fumar. El trabajo tuvo éxito en gran parte por la estrecha relación que Szarewski desarrollaba con sus pacientes, estrecha y atenta, en la que ella misma les ayudaba a dejar el hábito del tabaco.

La relación entre VPH y cáncer reconocida a nivel mundial

Tras obtener su título, continuó trabajando en el centro hasta que en 2002 pasó a formar parte del Instituto Wolfson de Medicina Preventiva de la Universidad Queen Mary de Londres. Allí siguió trabajando en la relación entre el cribado de VPH y la relación de cáncer de cuello de útero gracias al acceso a un mayor número de pacientes y probando para ello algunos test de VPH comercialmente disponibles en ese momento. Los resultados del estudio HART (HPV in Addition to Routine Testing) se publicaron en 2003 y fueron básicos para que la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer (IARC), perteneciente a la Organización Mundial de la Salud, recomendase de forma global el testado de VPH en los programas de cribado para este tipo de cáncer. Cuando se desarrolló la vacuna contra el VPH, Szarewski fue una de sus promotoras.

Desde 2003 y durante diez años, fue la editora jefa de la Journal of Family Planning and Reproductive Health Care, la revista sobre planificación familiar y salud reproductiva perteneciente al grupo de la prestigiosa British Medical Journal. Bajo su dirección la revista fue poco a poco aumentando su factor de impacto, la forma en que se mide la relevancia de las revistas científicas. Aunque con ella comenzaron a publicarse más estudios y revisiones, siguió siendo interesante también para profesionales clínicos por sus comentarios, artículos sobre cuestiones sociales y todo tipo de contenidos relacionados con la salud sexual.

En esa época, Szarewski fue una de las primeras en plantear la posibilidad, aún hoy en estudio y debate, de que los test en busca del VPH pudiesen realizarse en muestras vaginales que se tomasen las propias pacientes, de forma que se extendiese de forma más sencilla esta práctica también en lugares donde la toma de muestras vaginales por parte de un profesional médico pueda ser problemática ya sea por una cuestión cultural o de recursos.

Una buena comunicadora armada con gatos y tartas

Según sus colegas, la genialidad de Szarewski no estaba solo en su práctica clínica o en su talento científico, sino en su habilidad para comunicar los resultados de su investigación a una audiencia muy diversa siempre con pasión y convicción. “Ya fuera en una lección con estudiantes de medicina o escribiendo para una revista femenina, Anne transmitía su mensaje de forma didáctica y rodeado de divertidas anécdotas”. Creía que no había preguntas estúpidas, aunque no se pudiese decir lo mismo de algunas de las respuestas que escuchaba dar a sus colegas tildados de expertos.

Gracias a esto, Szawewski contribuyó a mejorar la salud de las mujeres no solo gracias a sus descubrimientos, sino a través de sus libros y artículos: durante más de 20 años participó en la discusión y divulgación de numerosos temas relacionados con los anticonceptivos hormonales o la prevención del cáncer cervical entre otros.

Sus colegas han relatado en distintos momentos algunas anécdotas sobre ella y su trabajo, como por ejemplo que era divertido conversar con ella y que solía comenzar cualquier explicación con una anécdota sobre su gato Bertie, o que cada día a las 3 de la tarde aparecía por las oficinas de sus colegas para ofrecerles una porción de tarta y un rato de conversación. Aunque liberal en sus ideas sociales y sobre derechos sexuales, en otras cosas era muy conservadora, como por ejemplo en la imagen que creía que debían dar los científicos y los médicos, y por eso ella siempre iba inmaculadamente vestida en comparación con algunos de sus colegas investigadores.

Szarewski falleció el 24 de agosto de 2013 de forma repentina mientras dormía a causa de una pancreatitis hemorrágica aguda.

Referencias

Sobre la autora

Rocío P. Benavente (@galatea128) es periodista.

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