Ethelwynn Trewavas fue una ictióloga (zoóloga especialista en peces) británica, nacida en 1900. Trabajó en el Museo Británico de Historia Natural durante casi treinta años, aunque se mantuvo en activo durante más de cincuenta.
Se graduó en 1921 en ciencias y educación. Tras trabajar una temporada como profesora, descubrió que no era su vocación y decidió dedicarse a la zoología. Su trabajo y sus habilidades para la dirección llamaron la atención de Charles Tate Regan, y en 1933 solicitó que trabajase como su asistente personal. Regan era un renombrado ictiólogo que trabajaba en el British Museum of Natural History.
Después de trabajar con otros grupos de animales, comenzó a dedicarse a la colección de peces. Y se involucró con los cíclidos en una incógnita muy especial: los peces tenían muchas similitudes entre sí, pero por las diferencias en su estructura bucal, habían sido catalogados en grupos muy diferentes. ¿Cuánto de emparentados estaban esos especímenes? El problema era irresoluble dado que la colección provenía del Dr. Cuthbert Christy: un aficionado a la caza mayor y la pesca. La colección era excelente, pero los habían vaciado para preservarlos. No se podía saber gran cosa de sus órganos ni sus hábitos alimenticios. Aun así hicieron algunas predicciones con la dentadura.
Continuó con este grupo, clasificando, describiendo y dibujando ejemplares de los lagos de África. Sin embargo sólo pudo publicar parte de los datos y descripciones… ella lo describía como una sinopsis de su ópera prima, que tendría que esperar más de cincuenta años en publicarse. Dos años más tarde de entrar como asistente de Regan, adquirió un cargo en la sección de ictiología del museo.
Llegado 1938, Ethelwynn, se embarcó en una expedición a Tanzania a visitar el lago Nyasa. Finalmente, pudo encontrarse con los peces que llevaba años estudiando. Estaba allí. Los pescadores locales ayudaron en la empresa. Les facilitaban algunas muestras y les decían qué peces quedaban aún por ver.
Allí encontraron los insólitos peces que estudió de la colección de Christy. Los locales los llamaban chambo y lolo, pero aun había otro más, similar y con otra dentición. Lo llamaban chinkulu. También, del primero (chambo) encontraron cuatro ejemplares diferentes, con distintos colores. La expedición permaneció cuatro o cinco meses. Alguno de ellos se quedó un poco más para conseguir las especies que se pescaban en octubre.
La Segunda Guerra Mundial estalló al año de su vuelta, pero no cesó su trabajo en el museo. De hecho, llegados a cierto punto del conflicto, trasladó las muestras de las colecciones del museo a unas galerías mineras cercanas a Londres. Fue un trabajo descomunal en el que tuvo que escribir la información en lápiz dentro de los tarros. La humedad y los hongos darían cuenta de las etiquetas pegadas en el exterior de los tarros. Gracias a ello, Evelwynn y mucha más gente pudo trabajar en el campo durante muchos años.
Continuó la investigación de este grupo de peces y muchos otros y consiguió el título de doctor en ciencia honoris causa de la Universidad de Stirling. Se mantuvo en activo en el museo hasta 1961, cuando anunció su retirada oficial. Pero no todo había terminado: los reencuentros con África estarían por llegar.
En 1965 volvería por primera vez: visitó Tanzania y Zambia acompañada por un gran equipo. Tras este viaje se le concedió la Medalla Linneana, el premio más prestigioso entre los taxonomistas.
Sin embargo, su visita más productiva se produjo en 1970, visitando los lagos de los cráteres de Camerún. Allí había únicamente una aldea pesquera. El jefe de la aldea, por lo visto, fue muy amistoso, y los pescadores ayudaron enormemente a los miembros de la expedición y les prestaron un Land Rover para ir recorriendo de los lagos. Ella describía y preservaba los especímenes, mientras los demás inspeccionaban sus estómagos y gónadas para estudiar su ecología. Un estudio completo, como ella deseaba. Describieron once nuevas especies de cíclidos y su ecología.
Ethelwynn visitó África en 1981 y en 1985 por última vez. En esos viajes también se dedicó a otros grupos taxonómicos. Estudiaba los peces desde las precarias canoas y haciendo buceo de superficie. Entre ambos viajes publicó su obra más completa: Tilapiine fishes of the genera Sarotherodon, Oreochromis and Danakilia, que se considera todavía a día de hoy una referencia en el campo. Continuó trabajando hasta que falleció en 1993.
En su honor, sus contemporáneos y posteriores especialistas, le han puesto su nombre a numerosas especies de peces como Symphurus trewavasae y Gobiocichla ethelwynnae. Incluso hay un género de especies extintas, de las que solo quedan restos fósiles, a la que la especie Trewavasia carinata pertenece.
La importancia de los cíclidos
Se trata de una familia de peces muy interesante para los zoólogos en general y los estudiosos de la evolución en particular. Recientemente se han hecho populares porque muchas especies se crían en acuarios y son muy vistosos. Son peces que viven siempre en lagos de agua dulce, salobre y alguna vez salada, pero no viven en el océano abierto. Por ello los ecosistemas no se conectan casi entre sí. Hay un grupo de especies endémicas en cada lago.
Como hemos visto, están presentes en múltiples lagos de África, muchos de ellos recientes desde un punto de vista ecológico. Aun así son un grupo que aparece también en Asia y algunos sitios de Sudamérica y lagos de islas caribeñas. Es interesante que en cada lago aparecen especies diferentes. Estos peces han evolucionado a un ritmo acelerado. Tanto es así, que se ha convertido en la familia con más especies entre los vertebrados. Por desgracia, también es el que padece mayor número de especies en riesgo de extinción.
¿Qué los hace tan interesantes? Como Trewavas pudo observar, hay especies que tienen varios colores e incluso, dentro de la misma especie, con distintas denticiones: esto significa distinta alimentación y ecología. Estos peces tienen una gran plasticidad para adaptarse y, por tanto, una misma especie da lugar a muchas otras y cada vez que colonizan un nuevo lago, hay nuevas oportunidades para sufrir procesos de especiación.
Por todo ello, son un modelo muy interesante para estudiar cómo evolucionan las especies y cuáles son las consecuencias de colonizar un nuevo medio. También, se estudian las posibles migraciones de peces que se dieron a medida que se separaban los continentes. Ya que, sin vivir en el océano, están presentes en muchos continentes e islas.
Referencias
- David L. G. Noakes, The life and work of Ethelwynn Trewavas: beyond the focus on tilapiine cichlids, Environ Biol Fish (1994) 41, 33-39
- Humphry Greenwood, Obituary: Ethelwynn Trewavas, Independent, 21 agosto 1993
- Axel Meyer, The Extraordinary Evolution of Cichlid Fishes, Scientific American, 2015
Sobre el autor
Manuel San Martín Fernández de Heredia (@Cieniciencia) es microbiólogo y divulgador.