Maria Gordon, la geóloga que cuestionó el origen de las Dolomitas (y las barreras a las mujeres)

Vidas científicas

Maria Gordon fue una geóloga y paleontóloga que puso patas arriba varias cosas en su época. La más conocida fue la idea que se tenía de cómo se habían formado las Dolomitas, un conjunto de montañas al sur del Tirol, en los Alpes. Debido a la abundancia de fósiles de coral en la zona, la creencia general en su época era que se habían formado a partir de restos de un atolón de coral de un mar antiguo. Gordon contradijo esa suposición sugiriendo que las montañas se habían formado por la torsión y el plegamiento de la corteza terrestre, que habría elevado a cientos de metros sobre el nivel del mar los estratos geológicos que una vez estuvieron a cientos de metros por debajo.

Pero no menos importante fue su impulso por romper barreras para las mujeres, empeñándose en hacer lo que a ninguna habían dejado hacer antes. Gordon fue la primera mujer en conseguir un doctorado en ciencias en Reino Unido, y la primera en hacerlo también en la Universidad de Múnich.

Maria Matilda Ogilvie Gordon (1864-1939) fue la hija mayor de un matrimonio con ocho hijos. Sus padres siempre favorecieron la educación de todos sus hijos y mantenían relación con varias instituciones de enseñanza. Por eso a los 9 años, Maria comenzó a estudiar en la institución femenina Merchant Company Schools’ Ladies College, en Edimburgo.

Ya entonces le fascinaba la naturaleza a su alrededor. Durante las vacaciones estivales disfrutaba explorando los paisajes de las Highlands escocesas junto con su hermano Francis, que más adelante se convertiría en un afamado geólogo, dirigiría el Museo de Ciencia de Londres y obtendría el título de Sir.

Del piano al laboratorio

Sin embargo, a los 18 años su vocación aun se debatía entre las ciencias y las artes. Por eso en principio se decantó por la música, y viajó a Londres para convertirse en pianista. Su interés por las ciencias pesó más, y pasado su primer año cambió su orientación académica. Estudiando entre Londres y Edimburgo, en 1890 se graduó en biología, botánica y geología.

Quiso continuar sus estudios en Alemania, pero en 1891 fue rechazada por la Universidad de Berlín. A pesar de su interés, su expediente, y la presión de amigos influyentes, en aquella época la educación superior estaba vedada a las mujeres en Alemania. Terminó acudiendo a Múnich, donde fue recibida con los brazos abiertos por el eminente paleontólogo Karl von Zittel y el zoólogo Richard von Hertwig.

Otros profesores aun se negaban a tener a mujeres en sus clases. Gordon no pudo matricularse oficialmente en los estudios reglados que impartía la universidad: llevó a cabo sus investigaciones a título privado y tuvo que asistir a muchas lecciones y conferencias desde una habitación separada con las puertas abiertas para que pudiese escuchar al profesor.

Una primera visita a las Dolomitas

En julio de 1891, el afamado geólogo Ferdinand Freiherr von Richthofen pidió a María que la acompañase en un viaje de cinco semanas a las Dolomitas, una cadena montañosa situada en Italia, y el valle de Gardena, Gröden en alemán.

La geóloga que ya había en Gordon quedó impresionada por el paisaje y sus montañas. Parte de la cordillera de los Alpes, las Dolomitas son muy diferentes del resto de las montañas alpinas. Se caracterizan por amplios valles cubiertos de bosques entre los que se alzan cortados verticales de cientos de metros de altura, macizos de piedra de aspecto solitario formados por roza caliza de origen marino.

Vista panorámica de Los Dolomitas.

Gordon pensaba en aquella época en convertirse en zoóloga, pero tras ver los corales fosilizados preciosamente conservados en estas montañas, el profesor Richtofen y aquel viaje le hicieron decantarse finalmente por la geología y la paleontología. Más allá de la iniciación en ese campo, Richtofen, ya mayor, no podía ser de gran ayuda sobre el terreno. En sus memorias, ella cuenta las dificultades de esa parte del trabajo, que a veces realizaba sola y otras acompañada por un alpinista profesional.

Cuando empecé con mi trabajo de campo, no estaba bajo la supervisión de ningún profesor. No había nadie que me incluyese en sus visitas oficiales, ni que revisase con duro ojo crítico mis mapas y secciones. La falta de supervisión fue sin duda un duro inconveniente.

Durante dos veranos trepó, escaló y estudió varias áreas de las Dolomitas, y repartió cuidadosas instrucciones a los recolectores de muestras para que registrasen y describiesen en detalle los fósiles que encontraban.

Por fin, el reconocimiento de la comunidad científica

En 1893 publicó los resultados en un artículo, Contributions to the Geology of the Wengen and St. Cassian Strata in Southern Tyrol en el que incluyó varios dibujos a mano de las Dolomitas y hacía importantes contribuciones al registro estratográfico de estas montañas, por entonces aun poco conocidas. También hacía un repaso a la ecología de las especies de coral atrapadas en ellas hace millones de años: ella sola describió 345 especies diferentes de corales y moluscos de los que vivieron en la región (hoy se conocen más de 1.400).

Fósiles en las Dolomitas (MUSE).

Con ese artículo, extracto de su tesis, Gordon consiguió por fin el reconocimiento y el respeto de la comunidad científica, así como su Doctorado en Ciencias de la Universidad de Londres. Se convirtió en la primera mujer en obtenerlo en el Reino Unido.

Pero su labor científica estaba aun lejos de terminar. En 1893 volvió a las Dolomitas, y al año siguiente publicó otro artículo Coral in the Dolomites of South Tyrol, que supuso su segunda gran contribución a la geología de la zona. En ella, Gordon hacía especial hincapié en que la clasificación de los corales debía hacerse tras un examen minucioso al microscopio de sus características, y no simplemente por las similitudes superficiales entre especies.

En 1895 se casó con el médico John Gordon, un hombre que, al contrario de lo que era común en aquella época, respetaba y apoyaba la pasión de su mujer por la ciencia y por su trabajo. Él y los cuatro hijos que tuvieron juntos acompañaban a menudo a la geóloga en sus excursiones por las Dolomitas.

Maria Gordon siguió abriendo camino y en 1900 volvió a la Universidad de Múnich, donde fue la primera mujer en obtener un doctorado en investigación. Continuó sus estudios y siguió publicando. En 1913 estaba preparando un importante trabajo sobre la geología y la geomorfología de las Dolomitas, que sería publicado en alemán, pero el comienzo de la Primera Guerra Mundial hizo que sus mapas y manuscritos se perdiesen en el caos general.

Sigue el trabajo de campo, y también en política

Tampoco eso la hizo desistir. En 1922 volvió a las Dolomitas, donde se hizo amiga del joven paleontólogo Julius Pia, y entre ese año y 1925, año en el que Maria cumplió 61 años, exploraron juntos varias áreas de las montañas. Publicó libros sobre la evolución tectónica de las Dolomitas, así como otros para los aficionados a la geología, en los que compartía su fascinación por este terreno, que se consideran las primeras guías geológicas modernas de la región.

Perfil de paisaje del macizo de Langkofel según un dibujo de Julius Pia y Maria Gordon.
Extraído de Zur Geologie der Langkofelgruppe in den Südtiroler Dolomiten, 1939.

Compaginó su trabajo científico con una defensa activa de los derechos de las mujeres. Fue candidata por el partido Liberal para el Parlamento en las elecciones de noviembre de 1922, pero se retiró antes de que llegase el día de los comicios. Participó y presidió varias asociaciones en defensa de los derechos femeninos, como la Associated Women’s Friendly Society y la National Council of Women of Great Britain and Ireland. Durante las negociaciones tras el fin de la Primera Guerra Mundial, Gordon jugó un importante papel dentro del Council for the Representation of Women en la Liga de las Naciones.

Maria Matilda Ogilvie Gordon fue una mujer pionera en su época, pero ante todo fue una científica. Eso era lo que más satisfacción le dio durante su vida, y siempre lo recordó así: «El trabajo era una alegría, y ahora miro a aquellos días en los que esperaba hacer un descubrimiento tras cada esquina como la época más feliz de mi vida».

Referencias

Sobre la autora

Rocío Pérez Benavente (@galatea128) es periodista.

3 comentarios

  • Hasta el día de hoy nos discriminan yo soy Geóloga. Pero loor a esta grandiosa mujer no entiendo a los seres misóginos se les nubla la razón a pesar que toda mujer lo demostramos. Sí todos somos hijos de de la madre tierra.

  • Muy interesante esta semblanza de esta Geóloga. Gracias.

  • Es inconcebible a éstas fechas, siga la envidia de algunos hombres, en no reconocer que somos seres tallados del mismo árbol. Las raíces no se pueden extirpar. Asombrosa historia real de una mujer que salió adelante y triunfó.

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