Desentrañando a Mavis Lilian Batey

Vidas científicas

Una de las criptoanalistas líderes de Bletchey Park, trabajó descifrando el código de la archiconocida máquina Enigma. Además de vital para la Batalla del Cabo de Matapán, parte del éxito del desembarco de Normandía también recae en ella. Tras su aportación a la Historia, Mavis Batey se dedicó a la jardinería histórica y a su conservación, lo que le valió varios reconocimientos.

Mavis Lilian Batey.

Mavis Batey estudiaba el Romanticismo Alemán en el University College de Londres cuando estalló la Segunda Guerra Mundial. El gobierno británico la reclutó para trabajar en el descifrado de mensajes ocultos por sus conocimientos de la lengua.

Inicialmente, se dedicó analizar columnas personales del periódico The Times en busca de mensajes espías codificados. En 1940, y con tan solo 19 años, pasó a formar parte del equipo de “rompedores de códigos” de Bletchey Park, central de los descifradores del gobierno británico durante la Segunda Guerra Mundial.

Allí, trabajó en el grupo de Dilly Knox, afamado descifrador de códigos desde la Primera Guerra Mundial, cuyo trabajo supuso la implicación de Estados Unidos en el conflicto. La aportación que Mavis Batey hizo en el grupo fue vital para la desencriptación del código de la máquina Enigma utilizada por la armada italiana.

Rompiendo el código

La máquina Enigma funcionaba codificando cada letra a través de tres o más rotores, creando un circuito aleatorio por cada letra cada vez. De manera que tecleando AAAA en la máquina, el mensaje resultante podía ser MVIP. Para mayor seguridad, además, el último rotor era un reflector que devolvía la letra a través de los rotores por otro circuito distinto al de entrada.

Esto, sin embargo, producía un error de cifrado considerado básico a día de hoy. Y es que, debido a que el reflector debía enviar la letra de vuelta por un canal distinto al de salida, una letra nunca sería codificada por sí misma.

Funcionamiento Enigma (Ziortza Guezuraga, basada
en la imagen de Matt Crypto9).

Así AAAA podría ser codificada como OIPT, WERT o NMIO, pero nunca como OATY, ÑLAL o cualquier otra combinación que contuviera una A.

Gracias a este fallo, Mavis Batey fue capaz de descifrar el código de la máquina Enigma utilizada por la armada italiana cuando se topó con un mensaje que no contenía ni una sola letra L.

La criptoanalista dedujo que debía de tratarse de un mensaje de prueba para comprobar las claves criptográficas de las máquinas, claves que se cambiaban a diario, y que simplemente constaba de una repetición de la letra L.

Con ese mensaje como base, Mavis Batey consiguió descifrar un mensaje italiano que decía “Hoy es el día menos tres”. Durante los tres días siguientes el equipo al completo trabajó sin descanso tratando de descifrar mensajes con posibles planes de ataque.

Además de desentrañar el código, la gran dificultad con la que se topan los criptoanalistas es atinar con el mensaje correcto a descifrar, ya que debido al volumen de mensajes es imposible descifrarlos todos.

Fue entonces cuando entró un mensaje verdaderamente largo en el que se describía el plan de ataque. La armada italiana planeaba atacar un convoy de la Armada Real que llevaba abastecimientos desde El Cairo a Grecia. En el mensaje se precisaban todos los detalles de la operación. Gracias a la información obtenida, los Aliados salieron victoriosos de la conocida como Batalla del Cabo Matapán.

La aportación de Mavis Batey también resultó de capital importancia para la desencriptación de la máquina Enigma utilizada por la Abwehr, el Servicio de Inteligencia alemán en aquel momento. Gracias a un mensaje descifrado por la criptoanalista, consiguieron reconstruir uno de los rotores y en cuestión de días el equipo de Knox descifró el código.

No solo eso, Mavis Batey también desentrañó el código de la máquina Enigma usada por los espías alemanes, la conocida como GGG. Con los dos códigos descifrados, el de la Abwehr y el de GGG, los Aliados contaban con una ventaja notable que les permitió realizar el desembarco de Normandía con éxito.

Mediante el uso de agentes dobles y comprobando que el ejército alemán confiaba en lo que los agentes les contaban interceptando y descifrando mensajes codificados, hicieron creer a los alemanes que el gran ataque se realizaría en Pas de Calais en lugar de en Normandía.

Algo más que códigos

Nacida en Dulwich, Reino Unido el 5 de mayo de 1921, hija de una costurera y un cartero, Mavis Batey estudió en el Coloma Convent Girls’ School de Croydon. Estudiaba el Romanticismo Alemán en el University College de Londres cuando estalló la Segunda Guerra Mundial.

Durante su estancia en Bletchey Park, mientras trabajaba en descifrar un código especialmente complejo, Mavis Batey pidió ayuda a un compañero de otro equipo: Keith Batey. Juntos y entre tazas de café, además de descifrar el código, desarrollaron una relación y pasaron a casarse en 1942. Tras el final de la guerra, Mavis Batey dejó de trabajar para dedicarse al cuidado de su creciente familia y, es que, el matrimonio tuvo tres hijos.

En la década de los 60 su marido Keith Batey fue contratado por la Universidad de Oxford y la pareja se mudó a una casa en Nuneham Courtenay. El lugar tenía unos jardines diseñados en el siglo XVIII que estaban descuidados.

Fue entonces cuando Mavis Batey se interesó por los jardines históricos. Se convirtió en una fuerza tras iniciativas como Garden History Society, Campaign to Protect Rural England y English Heritage, todas ellas con el objetivo de valorizar y conservar jardines históricos.

Fue secretaria honoraria de la Garden History Society hasta 1985 y, desde ese año pasó a ser presidenta honoraria de la asociación. Por su labor en el área de la jardinería histórica y la conservación, en 1985 le fue concedida la medalla Veitch memorial de la Royal Horticultural Society, y en 1987 fue nombrada Member of the Order of the British Empire.

Además de su incansable trabajo en la revalorización y conservación de los jardines históricos de Reino Unido, Mavis Batey también escribió varios libros, la mayoría sobre jardinería histórica, aunque también escribió Dilly: The Man Who Broke Enigmas sobre Dilly Knox, su jefe en Bletchey Park.

Viuda desde 2010, Mavis Batey murió el 12 de noviembre de 2013 a los 92 años.

Referencias

Sobre la autora

Ziortza Guezuraga, periodista y colaboradora de la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU.

3 comentarios

  • Muy extraño que no mencionan a Alan Turing quien fue el verdadero motor detrás de Enigma y el líder del grupo. Gracias a Turing obtuvieron los fondos de Churchill para la construir la “computadora” cuya programación logró descifrar a Enigma.

    • Hola, Mercedes:
      ¡Gracias por tu comentario!
      Hay que tener en cuenta el contexto del artículo: esto es un blog sobre mujeres en ciencia y esta entrada es sobre Mavis Lilian Batey. El tema del artículo es la científica; no Enigma, ni Turing (amplísimamente reconocido, a diferencia de nuestra protagonista, por otro lado) ni la manera en que se obtuvieron los fondos.

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