Lorena Fernández (Basauri, 1982), ingeniera informática, es la directora de identidad digital de la Universidad de Deusto.
Entre las muchas actividades a las que se dedica, es autora del blog Loretahur, es una de las doce mujeres que escriben en Doce Miradas y colabora en el programa “De las ondas a la red” del programa Hoy por Hoy Bilbao de Radio Bilbao.
Tuve la suerte de conocerla en la presentación del III Premio Ada Byron a la mujer tecnóloga que tuvo lugar el pasado 8 de enero en la Universidad de Deusto. Hoy vamos a intentar conocer un poco más su trabajo y sus intereses.
Marta Macho Stadler (M) ¿Recuerdas en qué momento decidiste estudiar ingeniería informática?
Lorena Fernández (L) Siempre he sido muy indecisa, así que no hubo un momento “epifanía” en el que viera claro que quería hacer una ingeniería. De hecho, en el último curso de Bachiller tuve que pagar esa indecisión cursando todas las asignaturas de la rama de ciencias para no cerrarme ninguna puerta. Lo que sí recuerdo es que desde muy pequeña me ha gustado crear y construir (mi juguete favorito era un Meccano) y la curiosidad me llevó a “torturar” a todos los electrodomésticos de la casa que caían en mis manos. Gracias a la informática, he podido crear muchas cosas y saciar esa curiosidad.
(M) ¿Qué porcentaje de mujeres había en ese momento en el aula? ¿Ha aumentado con el tiempo?
(L) Durante mi paso por la Facultad, estaríamos en torno a un 40% de mujeres. Sin embargo, este dato, en vez de mejorar, ha ido cayendo con los años. Las STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics) no gozan de sus mejores momentos, pues como señala el estudio La falta de ingenieros TIC: situación actual y perspectivas, de Everys, en 2010 se matricularon un 44% menos de estudiantes en carreras universitarias TIC y un 35% menos en los ciclos de grado superior de informática que en 2001. Pero si encima hacemos zoom sobre la situación de las mujeres, los datos son aún más preocupantes. Según un informe del Ministerio, aunque en el curso 2012-13 el 54,3% de estudiantes universitarias en el estado español fueron mujeres, en las ramas de ingeniería y arquitectura el dato baja hasta el 26,1%.
(M) En tu artículo Mujeres e ingeniería: ¿Somos lo que jugamos? comienzas con una divertida anécdota que muestra la percepción que hasta hace bien poco tiempo (calculo que esto ocurriría hacia el año 2005) se tenía de las escasas probabilidades de que una mujer pudiera ser ‘administradora de sistemas’. ¿Te importa contárnosla?
(L) Mi primer empleo al finalizar la carrera fue como administradora de sistemas. Para las personas que no sepáis en qué consiste, diré superficialmente que hay que lidiar con servidores, cables de red y conjuros en líneas de comandos sobre pantallas negras. Es decir, una de las disciplinas más cargada de estereotipos y alejada del imaginario femenino. De hecho, era la única (y primera) mujer en ese puesto dentro de la organización. Y así lo corroboré un día que había que revisar las tomas de un armario de red, tarea que ya había hecho en numerosas ocasiones. Pero en ésta, la ubicación del armario de red fue lo que me dejó perpleja: alguien lo había colocado dentro del cuarto de baño de caballeros de la empresa, pensando que jamás le iba a tocar la tarea a una mujer. Con un compañero de avanzadilla comprobando que estaba vacío, pude finalmente hacer mi labor. Ahora bien, no os explicaré la cara de mi familia al contar qué había hecho ese día. Creo que “He pasado la mañana con mi compañero en el baño de los chicos” no era la respuesta que esperaban.
(M) Aparte de esta anécdota, ¿notaste alguna reticencia por parte de tus compañeros por compartir trabajo con una mujer?
(L) Para nada. Tuve la suerte de coincidir con unas personas magníficas que valoraron mis competencias y con las que sigo compartiendo en la actualidad momentos de ocio. Sin embargo, aunque me trataron a las mil maravillas, en alguna ocasión sí que sentía el peso de ser la única mujer. Creo que ese peso era más auto-impuesto que una presión externa de los demás.
(M) ¿En qué consiste la labor de una ‘directora de identidad digital’?
(L) Definir, implementar, ejecutar y medir la estrategia de comunicación digital de una organización. Aquí he podido juntar dos de mis pasiones: la tecnología y la comunicación. Porque como siempre cuento, la idea de poder trabajar con máquinas deterministas (que a iguales entradas devuelven invariablemente las mismas salidas) me hizo ingeniera. Pero acabada la carrera descubrí que tras toda máquina hay una persona impredecible… y que eso era lo que me apasionaba.
(M) Hace unos días publicamos en el blog la entrada Cómo las nuevas tecnologías ayudan a los ciegos a explorar el mundo; en ella compartíamos un video de una conferencia de la Dra. Chieko Asakawa en la que comentaba como la tecnología podía ayudar a las personas ciegas a ser más independientes. En varias ocasiones he leído que el mundo de la ciencia y la tecnología atraerá más a las mujeres cuando sus objetivos vayan más encaminados a mejorar la vida de la gente de la calle, como en el ejemplo que acabamos de comentar. ¿Estás de acuerdo con esta percepción? ¿Crees que la presencia de más mujeres puede hacer cambiar el tipo de aplicaciones u objetivos que pueda tener esa tecnología?
(L) Aunque comparto la percepción, me parece un poco peligrosa, porque volvemos a asociar a las mujeres la parte de los cuidados. Es como decir que la tecnología solo puede interesar a la mujer si le ayuda en aquellas actividades que se realizan para el mantenimiento de la vida y la salud. Y yo creo que a las mujeres nos puede interesar la tecnología en muchas otras aplicaciones. Otro caso similar con el que tengo muchos debates internos es el de los talleres para niñas de ropa y tecnología. Como si tuviéramos que pintar de rosa los diodos para que se dispare la pasión por la tecnología entre ellas. Nos toca “desprogramar” muchos imaginarios (y nunca mejor dicho lo de desprogramar).
(M) Para que las jóvenes se animen a realizar carreras científicas o tecnológicas, es importante tener modelos. ¿Tuviste alguno? ¿Tienes ahora alguno más?
(L) En mi opinión, los modelos son clave. Es difícil que una niña se imagine siendo algo que ni siquiera sabe que es posible o existe. Necesita espejos en los que mirarse. En mi caso, no tuve ninguno, así que me tocó nadar contracorriente en muchas ocasiones. Pero tuve la suerte de recibir el apoyo de mi familia (en ocasiones no es así, con lo que aún se complica más la elección). Actualmente tengo muchas referentes que me inspiran como Grace Murray Hopper, Jude Milhon, las seis mujeres que programaron la máquina ENIAC y, por supuesto, a la musa entre las musas: Ada Byron. En este artículo traté de presentarles mis respetos.
(M) Se suele comentar también que las pioneras en muchos campos son mujeres tan extraordinarias que a veces desaniman a las jóvenes que se ven incapaces de igualarlas… sin embargo, me da la impresión de que los chicos no se ‘vienen abajo’ por tener ‘héroes’ o ‘mitos’ en los que mirarse. ¿Qué opinión tienes?
(L) De nuevo creo que es una «programación» de género que les vamos transmitiendo a lo largo de su educación. Lo solemos ver en las aulas: ellos con mucha más autoestima y menos miedo a participar o equivocarse. Ellas más calladas y subestimando sus capacidades. De hecho, se suele penalizar el que las mujeres y las niñas sean asertivas. Cuando actúan con demasiada seguridad o vehemencia, son penalizadas, ya sea en casa, la escuela o el trabajo (recomiendo ver el documental Miss Representation).
(M) Veremos el documental, gracias por la sugerencia. Para terminar, por favor, explícanos un poco en qué consiste el Premio Ada Byron a la mujer tecnóloga, y el motivo por el que os parece importante convocarlo.
(L) El Premio Ada Byron es un galardón estatal a la mujer tecnóloga que convocamos desde la Universidad de Deusto por tercer año ya. El objetivo es destacar la labor de las profesionales del sector de la tecnología que calladamente y de modo creciente están aportando importantes avances en numerosos ámbitos. En resumidas cuentas, dar visibilidad a mujeres reales (a menudo desapercibidas para los medios de comunicación) que sirvan de modelo e incentivo para las niñas y jóvenes de hoy.
(M) Muchas gracias por tu tiempo, Lorena. ¡Animaremos a las tecnólogas que conozcamos a presentarse al premio!
Sobre la autora
Marta Macho Stadler es doctora en matemáticas, profesora del Departamento de Matemáticas de la UPV/EHU y colaboradora en ::ZTFNews y la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU.
1 comentario
En España el problema para la mujer investigadora es doble, los investigadores tenemos problemas, bien conocidos y definidos y en la mujer es doble por investigadora y por ser mujer. Ya es hora de que en este País se revalorice el valor de nuestros investigadores. Poner a la investigación y a la ciencia en primer plano, como una cuestión de Estado.