¿Qué tienen en común Jill Tarter, Carl Sagan y Jodie Foster? ¿Qué tiene que ver el cine con la astronomía? ¿Puede la ciencia conseguir algún beneficio del cine (y de la televisión)?
Empecemos por el principio de esta historia.
Jill Tarter es astrónoma y lleva más de cuarenta años trabajando para el proyecto SETI (Search for ExtraTerrestrial Intelligence) investigando con radiotelescopios para intentar encontrar algún tipo de señal que no parezca de origen natural y que por lo tanto pueda haber sido emitida por algún tipo de inteligencia extraterrestre.
En los años 80, durante su etapa postdoctoral conoció a Carl Sagan y a su esposa Anne Druyan e inspiró el personaje principal de su famoso libro Contact. Cuando en 1997 la novela de Sagan fue llevada al cine, Jodie Foster trabajó con ella para conseguir dar la mayor credibilidad posible al personaje de Ellie Arroway en gran parte basado en la vida y el trabajo de Jill Tarter.
Contact fue un éxito de taquilla recaudando más de 171 millones de dólares en todo el mundo e hizo que el libro de Sagan, publicado doce años antes, volviera a los primeros puestos en las listas de ventas.
Queda claro que la investigación, la ciencia, la búsqueda de señales de vida extraterrestre en este caso, son un buen tema para el cine e incluso para la literatura, pero ¿Qué consigue la ciencia del cine?
En este breve vídeo Jill Tarter lo explica claramente.
En primer lugar, el que su trabajo y su vida apareciera en una película sirvió para dar a conocer su trabajo a millones de personas alejadas de los círculos científicos. Millones de personas que no leían revistas de divulgación, que no recibían noticias científicas y que por supuesto no sabían quién era ella ni probablemente el proyecto SETI descubrieron gracias a la película un proyecto de investigación en el que había mucha gente trabajando y muchos recursos invertidos.
En segundo lugar, Contacto y la interpretación de Jodie Foster como personaje principal mostró al público el trabajo de una mujer científica. Sus inquietudes, el porqué de su vocación, su trabajo, los problemas y también como dice Tarter “lo divertido que es ser científico”. Contacto hizo visible para el gran público a las mujeres científicas, astrónomas en este caso.
En tercer lugar, Contacto ha servido para que muchos jóvenes, muchas niñas, se sintieran atraídas por la ciencia después de ver esta película. Estamos acostumbrados a menospreciar los estereotipos y ejemplos de carreras profesionales que aparecen tanto en cine como en tv, sin pararnos a pensar que muchos de esos estereotipos, con todo lo que tienen de bueno y de malo, sirven en muchos casos para despertar vocaciones e intereses que sin ese estímulo puede que hubieran permanecido dormidos (este es el caso de las series de abogados, médicos, periodistas, etc.).
Han pasado 17 años desde el estreno de Contact y Jill Tarter ya no es una becaria postdoctoral, ahora dirige el proyecto SETI en California y sigue investigando, buscando alguna señal de inteligencia extraterrestre. Cuarenta años de trabajo, de búsqueda que ella resume en estas palabras:
No me levanto cada mañana pensando ¿Encontraré hoy señales de inteligencia artificial? Pero cada día pienso ¿Cómo puedo mejorar la investigación? Cincuenta años de silencio no significa que el proyecto SETI sea un fracaso, significa que no hemos hecho más que empezar. Puede que no tengamos éxito mañana o el año que viene o en la próxima década pero lo más importante de nuestro trabajo es trasladar lo que hemos aprendido a las futuras generaciones de astrónomos.
Queramos o no, nos guste o no, el cine y por supuesto la televisión, son en nuestros días los medios de comunicación más importantes, aparecer en ellos supone una repercusión social que no conviene despreciar. Siempre será mejor intentar utilizarlos para nuestro beneficio, repito, con todo lo bueno y lo malo que tienen.
Es posible que esas próximas generaciones de astrónomos a las que Jill Tarter desea transmitir sus conocimientos lleguen a la ciencia gracias al cine y la televisión. No debemos olvidarlo.
Sobre la autora
Ana Ribera (Molinos), historiadora con 14 años de experiencia en el mundo de la televisión. Autora de los blogs: Cosas que (me) pasan y Pisando Charcos
3 comentarios
[…] Jill Tarter es astrónoma y lleva más de cuarenta años trabajando para el proyecto SETI (Search for ExtraTerrestrial Intelligence) investigando con radiotelescopios para intentar encontrar algún tipo de señal que no parezca de origen natural y que por lo […]
Gracias por hacer justicia al género femenino que en silencio, por convenir a intereses políticos y porque los científicos varones han interpuesto sus intereses antes que la ciencia, han callado la enorme labor y los nombres con apellido de mujeres inteligentes, con un IQ intelectual elevado no sólo en ciencia ,también en artes, en literatura,política, etc., etc., me gusta que esta página haga labor en sacar a la luz y reconocer a las mujeres de ciencia que han estado en el anonimato de la historia( manejada por hombres), y que da pie para denunciar la gerra silenciosa del género masculino contra el fememnino.
MARAVILLOSO!!!