Cecily Darwin Littleton, la científica que mapeó cristales y estrellas

Vidas científicas

La trayectoria profesional de Cecily Darwin Littleton (1926-2022) abarcó tanto el mundo microscópico de las moléculas como el macroscópico del universo, demostrando una versatilidad interdisciplinaria poco común en el ámbito científico.

Cecily Darwin Littleton. The Philadefphia Inquirer.

Cecily Darwin Littleton nació el 15 de noviembre de 1926 en Edimburgo, Escocia, en el seno de una familia eminente de renombre científico: los Darwin-Wedgwood. Cecily fue bisnieta del naturalista Charles Darwin, e hija de la matemática Katharine Pember y Charles Galton Darwin, físico y experto en teoría atómica y difracción de rayos X. La pequeña se crio en un entorno intelectualmente rico que sentía curiosidad por desentrañar las leyes de la naturaleza.

Siguiendo la tradición científica familiar, Cecily se graduó en 1949 por el Somerville College de la Universidad de Oxford. Fue allí donde estudió la cristalografía de rayos X, una técnica que se utilizaba para determinar la estructura atómica de los cristales y se consideraba muy prometedora en aquel momento. Su mentora en Oxford fue la célebre química inglesa Dorothy Hodgkin, quien ganaría el Premio Nobel de Química en 1964.

Littleton –apellido que Cecily empleó desde que se casó con el abogado y músico John E. Littleton en 1951– trabajó estrechamente con Hodgkin y juntas publicaron un artículo en la revista Nature en el que describieron nuevos métodos para identificar las estructuras cristalinas de determinadas biomoléculas, incluidos los nitrosobencenos. Así surgieron sus primeras ideas sobre la relación entre la estructura atómica y la función biológica de las moléculas.

De la cristalografía a la estadística estructural

Tras su graduación, Littleton se trasladó a Filadelfia, EE. UU., para continuar investigando. En la década de 1950 trabajó como investigadora asociada en el Instituto de Investigación del Cáncer, ahora Fox Chase Cancer Center, junto al conocido cristalógrafo Arthur Lindo Patterson. En este ambiente de investigación biomédica, la científica desarrolló habilidades estadísticas y las aplicó a la interpretación de datos cristalográficos, lo que le permitió reconstruir con precisión cómo se organizan los átomos en una molécula cristalizada.

Aquel trabajo no solo era técnicamente desafiante, sino que exigía una combinación poco habitual en su momento: dominio de las matemáticas, intuición química y paciencia para trabajar con datos complejos. Al contribuir a la mejora de los métodos de modelización estructural, Littleton ayudó a que la cristalografía avanzara no solo como herramienta para obtener imágenes, sino también como disciplina capaz de predecir con rigor la organización atómica de las moléculas.

De la estructura atómica a la evolución estelar

La curiosidad científica de Cecily no se limitaba a la química. En la década de 1960 trabajó en el Haverford College, en Pensilvania, donde colaboró con el astrónomo Louis C. Green en el estudio de la evolución estelar y la estructura interna de las estrellas. En esta nueva etapa, Littleton, Green y su equipo utilizaron ordenadores, aunque muy rudimentarios, para sus investigaciones. De noche, ya en su casa, la científica desplegaba sobre la mesa del comedor papeles milimetrados con la representación gráfica de sus datos y, usando su vieja regla de cálculo, realizaba cálculos celestiales hasta la madrugada.

Su capacidad para moverse entre disciplinas –química, cristalografía, estadística, astronomía– denota no solo una mente flexible, sino también un compromiso firme con la ciencia como forma de comprender múltiples facetas de la realidad.

Del cielo a la tierra

En la década de 1980, en un giro inesperado pero profundamente conectado con su herencia darwiniana, Cecily se formó en horticultura en la Barnes Foundation de Filadelfia, una institución que promueve el arte y la horticultura. Su interés por el cultivo de plantas provenía de su infancia, del jardín de su abuela en Shropshire, Inglaterra, y encarnaba a la perfección el legado evolutivo de su bisabuelo: una fascinación por la naturaleza viva, la diversidad, la adaptación y el crecimiento.

Aplicando sus habilidades como paisajista, Littleton ayudó a diseñar varios parques y paisajes en el área de Filadelfia. Además de su trabajo profesional, la científica fue una figura activa en varias organizaciones de ciencias naturales. Fue miembro de la Academia de Ciencias Naturales de Filadelfia –ahora de Drexel University–, la institución de investigación y museo de ciencias naturales más antiguo de América. También perteneció a la Sociedad Hortícola de Pensilvania y al Museo Buten de Wedgwood.

Conocida por ser aventurera y bien leída, Littleton viajó extensamente, manteniendo voluminosos álbumes de recortes de sus travesías. De manera similar a su bisabuelo, navegó por el estrecho Canal Beagle en su camino hacia las Islas Galápagos, y recorrió China en la década de 1990. En 1989, en el Día de Darwin, donó una silla que había pertenecido a su bisabuelo, Charles Darwin, a la Academia de Ciencias Naturales para su exhibición en la sala de libros raros.

Cecily Darwin Littleton falleció el 14 de abril de 2022, de forma tranquila, a los 95 años.

Referencias

Sobre la autora

Edurne Gaston Estanga es doctora en ciencia y tecnología de los alimentos. Actualmente se dedica a la gestión de proyectos en organizaciones que fomentan la difusión del conocimiento de la ciencia y la tecnología.

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