Anne Pratt (1806-1893), popular pintora botánica en su época

Vidas científicas

Aunque sigue siendo escasamente conocida, Anne Pratt fue una artista y escritora botánica muy popular y valorada en su tiempo. Publicó más de veinte libros conteniendo hermosas y precisas ilustraciones que enriquecieron notablemente la bibliografía disponible en aquellos años, y contribuyeron a despertar el interés por el estudio de las plantas entre el público en general.

Anne Pratt. Wikimedia Commons.

Por ejemplo, el escritor Jack Kramer en su libro Women of Flowers ha hecho hincapié en las magníficas aportaciones realizadas por las mujeres al arte y a la ciencia botánica durante la era victoriana; entre ellas, no duda en destacar la figura de Anne Pratt como una de las botánicas ilustradoras inglesas mejor valoradas en aquella época.

Nacida en 1806 en Kent, Reino Unido, Anne fue la segunda de las tres hijas de Robert Pratt, un exitoso comerciante, y de Sara Bundock quien, como ha subrayado la bibliotecaria de museos Gretchen Rings despertó en su hija el amor por las plantas y las flores. Desde pequeña, la niña padeció de una salud débil y a menudo se vio obligada a vivir en el interior de su casa; el dibujo se convirtió entonces en su pasatiempo favorito.

Posteriormente, un amigo de la familia la introdujo en la botánica, tema que generó en la joven un profundo interés. Recordemos como subraya Gretchen Rings, que las tareas de recolectar, ilustrar y escribir sobre plantas eran actividades aceptables para las mujeres en una época en que la sociedad les imponía innumerables restricciones. En este contexto, Anne Pratt se convirtió en una lúcida escritora e ilustradora de numerosos libros y artículos, redactados en un lenguaje accesible, pero con un estilo muy riguroso.

En la edición revisada y ampliada del acreditado libro del profesor de arte, escritor y botánico, Wilfrid Blunt (1901-1987), The Art of Botanical Illustration (1950), realizada por el profesor William T. Stearn, se narra que Anne Pratt permaneció soltera hasta la edad de sesenta años y, por lo tanto, es probable que su única fuente de ingresos fueran sus escritos botánicos e ilustraciones. Impulsada por una decidida vocación, y también por la necesidad de ganarse la vida, Pratt se convirtió en una prolífica escritora.

En el año 1838, salió publicado su primer libro, dedicado principalmente a las flores de jardín, The Field, the Garden and the Woodland. Dos años más tarde publicaba Flowers and their Associations, un libro que como especifica Gretchen Rings, se vendió muy bien, aunque no alcanzó buenas críticas debido al creciente desdén social que había sobre el trabajo de las mujeres autodidactas.

Blunt y Stearn asimismo han apuntado que el nombre de Anne Pratt se hizo conocido con su obra Wild Flowers of the Year, publicada entre 1852 y 1853, y dedicada a la reina Victoria, quien no solo la elogió, sino que solicitó copias de todos los trabajos de la ilustradora, aumentando así su popularidad.

Anne Pratt continuó publicando libros hasta alcanzar un total de más de veinte; aquí nos limitamos a citar solo los más relevantes. Entre 1855 y 1866 publicó una colección de cinco volúmenes bajo el título The Flowering Plants of Great Britain, a los que posteriormente, en 1873, añadió un sexto tomo que incluía las gramíneas, juncos y helechos, The British Grasses, Sedges and Ferns, abarcando un total de 1500 especies, con 300 ilustraciones. Durante largo tiempo, esta obra se consideró un trabajo de referencia.

Algunas ilustraciones de Anne Pratt. Wikimedia Commons.

En el primer volumen, refieren Blunt y Stearn, la autora se dirige a sus lectores afirmando que «uno de los principales objetivos es ayudar a quienes hasta ahora no han estudiado botánica»; y seguidamente realiza una breve, aunque muy útil, explicación del ampliamente asumido sistema de clasificación del célebre botánico Carl Linneo.

Recordemos que el naturalista sueco Carl Linneo (1707-1778) ocupa, sin lugar a dudas, un puesto de honor en la historia de la biología. Convertido en uno de los científicos más importantes del siglo XVIII, Linneo fue el artífice de un famoso sistema de clasificación que permitía identificar las plantas de manera mucho más fácil y rápida a la seguida hasta ese momento. Por ello, ha sido considerado «el botánico que ordenó la naturaleza» (National Geographic).

Una valiosa obra

Sobre el extenso tratado The Flowering Plants de Anne Pratt, dicen los botánicos Blunt y Stearn que «tuvo el mérito de despertar gran interés del público general por la flora británica, gracias a su combinación de ciencia fácilmente digerible con un variado y romántico conocimiento popular de las flores». En la misma línea, el citado escritor Jack Kramer recordaba que Pratt fue leída por una amplia audiencia debido a su capacidad de «combinar la botánica con cierto romanticismo, cubriendo así dos nichos de mercado: la demanda por escritos sobre la naturaleza y las flores, y el creciente deseo de las mujeres por aumentar sus conocimientos botánicos».

Pese a que en general la escritora e ilustradora fue elogiada por su capacidad artística, también fue censurada por su falta de credenciales científicas; incluso algunos se atrevieron a debatir si debería ser considerada una verdadera botánica. Como era propio de la sociedad victoriana, acentúa Gretchen Rings, «la propia Pratt restó importancia a su trabajo; por ejemplo, empezaba su libro Flowers and their Associations (1840) escribiendo “espero que estas páginas no sean inaceptables”».

Tales opiniones apelaban a la nueva corriente de pensamiento que se iba imponiendo: aunque el estudio de las plantas tradicionalmente se había considerado un trabajo «adecuado para las mujeres», avanzado el siglo XIX, el campo de la botánica estaba cambiando para convertirse en una profesión dominada por los hombres, y por lo tanto las mujeres empezaban a ser vistas como advenedizas aficionadas.

Algunas ilustraciones de Anne Pratt. Wikimedia Commons.

De todos modos, concluye Gretchen Rings, «con independencia de cualquier controversia sobre sus credenciales, los libros de Pratt fueron muy bien valorados en múltiples niveles». De hecho, gran parte de estos fueron libros de referencia de gran alcance. Una vez más, se pone de manifiesto la intolerable omisión sufrida por las mujeres cuyas obras hoy recuperadas nos revelan el importante papel que jugaron durante el tiempo que les tocó vivir.

Referencias

Sobre la autora

Carolina Martínez Pulido es Doctora en Biología y ha sido Profesora Titular del Departamento de Biología Vegetal de la ULL. Su actividad prioritaria es la divulgación científica y ha escrito varios libros sobre mujer y ciencia.

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