En el año 1927, en Hanói, Vietnam, la arqueóloga francesa Madeleine Colani (1866-1943) escribió una carta al gobernador general de la colonia francesa de Indochina. Pasando deliberadamente por alto a su supervisor inmediato, Colani apeló a los altos mandos con sus poderosos contactos, y los advirtió de que nada ni nadie la obligaría a retirarse del trabajo de campo. Tenía entonces 61 años.
Este acto audaz ejemplifica la actitud firme y el compromiso inquebrantable de una científica que luchó mucho por hacerse hueco un campo dominado por hombres: el de quienes investigaron la geología indochina a finales del siglo XIX y principios del XX.
Madeleine Colani nació el 13 de agosto de 1866 en Estrasburgo, Alsacia. Era hija de Timothée Colani, teólogo protestante, y Josephe Maria Vincente (Pepita) Gauthey, ama de casa de origen español.
Obtuvo su primera titulación como maestra de educación primaria en 1884, y aquel mismo año comenzó a ejercer la profesión. En 1898 se incorporó a la administración colonial francesa como maestra, y al año siguiente, a sus 32 años, fue destinada a Vietnam.
Enseñó durante varios años en el Lycée Albert Sarraut, una de las escuelas más prestigiosas de Hanói. Aprovechaba su tiempo libre en el trabajo para ampliar su propia educación, y así siguió creciendo y aprendiendo, hasta completar varias licenciaturas y doctorados.
Colani viajó a París en 1913 para recoger su primer doctorado –tenía enconces 47 años–. A su regreso a Indochina en 1914, se ofreció voluntaria para trabajar como asistente en el Servicio Geológico Indochino (Geological Survey of Indochina, en inglés), un ambicioso programa de mapeo de la geología de Indochina y sus áreas vecinas.
Madeleine Colani entró en contacto con la disciplina de la mano de su mentor, el paleontólogo Henri Mansuy. La incorporación de Colani a un equipo de geólogos varones fue importante porque era la primera vez que se contrataba a una mujer para un puesto de este tipo. Madeleine pronto demostró ser un activo muy valioso para el equipo, y fue ascendida a la categoría de asistente senior al poco de unirse al servicio.
Contribuciones a la arqueología vietnamita
Madeleine Colani es conocida por sus contribuciones a la arqueología vietnamita, especialmente en relación con la cultura de Sa Huỳnh, que floreció entre los años 1000 a. C. y 200 a. C. en lo que hoy es el centro y sur de Vietnam.
Colani hizo sus primeros avances y descubrimientos científicos en las décadas de 1920 y 1930. Durante este tiempo, ella y Mansuy se aventuraron en la provincia de Hòa Bình, ubicada en el norte de Vietnam. Colani quiso investigar a fondo las cuevas de esta región, y sus descubrimientos la llevaron al establecimiento de tres períodos distintos para los artefactos de la cultura Hoabinhiana (años 10 000-2000 a.C) que fueron localizados en las inmediaciones de las cavernas.
El primer período se conoce como “período arcaico”, y se caracteriza por artefactos en forma de grandes losas unifaciales construidas con cantos rodados. El siguiente es el “período intermedio” y contiene piezas similares a los artefactos arcaicos, pero son más pequeñas, pesan menos y muestran una artesanía más refinada. El último período es el “período menos antiguo” y se compone de artefactos encontrados en capas superiores, incluyendo herramientas retocadas como cuchillos y raspadores.
Seis décadas después de las propuestas de Madeleine Colani, se celebró una conferencia internacional en su nombre para llegar a un acuerdo sobre la definición estandarizada de los tipos de herramientas que ella descubrió. Ello demuestra la influencia que Colani tuvo sobre arqueólogos posteriores que quisieron dar continuidad a la labor de campo que ella había iniciado.
El Páramo de las tinajas
Aunque sus colegas a menudo la describirían como pequeña y frágil, Colani era una fuerza poderosa en la comunidad científica de su época. Utilizó sus contactos y su fuerte influencia en el campo para persistir firmemente en sus investigaciones, ignorando a quienes se interponían en su camino. Cuando alcanzó la edad de jubilarse formalmente –60 años–, descartó la práctica generalizada de regresar a Francia y exigió al gobernador general de la colonia que le concediera una prórroga, favor del que habían gozado anteriormente algunos compañeros varones. De esta manera, permaneció en Vietnam para supervisar las misiones arqueológicas a Laos de la École Française d’Extrême Orient.
El trabajo más notable de Colani incluyó el estudio de las tinajas de piedra encontradas en el Páramo de las tinajas, un conjunto histórico cultural del norte de Laos que concentra miles de vasijas de piedra en forma de tinaja esparcidas por la meseta de la principal cadena montañosa de Indochina. Los recipientes son lo suficientemente grandes como para que un adulto pueda meterse en ellas. Las leyendas locales hablan de una raza de gigantes cuyo rey, Khun Cheung, fue un gran guerrero que, tras un singular combate, consiguió ganar una importante batalla. Para conmemorarlo, mandó hacer miles de enormes tinajas de piedra en las que poder guardar grandes cantidades de lao lao –licor de arroz típico de Laos– con el que convidar a sus vasallos en los interminables festines.
Madeleine Colani descubrió las tinajas a Occidente en 1930 y fue la primera arqueóloga europea en estudiarlas. En el trascurso de las excavaciones, se hallaron huesos humanos en una cueva del extenso páramo, algunos de ellos calcinados, y ceniza; también se encontraron herramientas de bronce y hierro y otros enseres de los años 500 a.C.–800 d.C. Colani teorizó acerca de la posibilidad de fueran usadas como vasijas de enterramiento o urnas funerarias.
Colani también descubrió una cueva natural con doble chimenea en la zona de mayor concentración de tinajas, similar a un primitivo horno o kiln. La arqueóloga francesa barajó entonces la posibilidad de que se tratase de una especie de crematorio de restos humanos, y que después de ser incinerados se depositaran en las vasijas. Excavaciones más recientes han revelado más huesos humanos incluyendo huesos no incinerados. Ya que los cuerpos hallados han sido fechados en distintos periodos, es posible que esta zona haya sido usada como lugar de enterramiento en periodos más recientes siguiendo una pauta ancestral pero con procedimientos de enterramiento más actuales.
Las últimas contribuciones científicas de Colani fueron en colaboración con su hermana menor, Eleonore, quien le brindó una gran ayuda en la etapa final de su carrera. Juntas excavaron y juntas vivieron integradas en la cultura Hmong. Sus excavaciones e investigaciones ayudaron a estimular la economía local, ya que proporcionaron trabajo a los miembros de la comunidad. Se dice que a las niñas y niños locales les encantaba visitar la casa de las hermanas Colani.
Madeleine Colani murió en Hanói, el 2 de junio de 1943, a los 76 años.
Referencias
- Madeleine Colani, Trowelblazers
- Lia Genovese, Madeleine Colani and the Deprat Scandal at the Geological Survey of Indochina, Journal of the Siam Society 99 (2011) 269-290
- Madeleine Colani, Wikipedia
Sobre la autora
Edurne Gaston Estanga es doctora en ciencia y tecnología de los alimentos. Actualmente se dedica a la gestión de proyectos en organizaciones que fomentan la difusión del conocimiento de la ciencia y la tecnología.