Mary Putnam Jacobi, o cómo luchar contra la discriminación sexista con datos

Vidas científicas

Reconozco que uno de los aspectos de la ciencia que más me atraen últimamente es la historia y penurias personales de sus artífices. Tal vez este placer venga heredado del gusto de mi madre por leer hagiografías (vidas de santos), salvando las naturales diferencias que vienen de mi aceptación del método científico como único dogma, y de mi ateismo militante. Hoy mismo en Neatorama he leído con sumo placer la historia del “zas, en toda la boca” que una brillante mujer llamada Mary Putnam Jacobi, le asestó en 1873 a todo un profesor de Harvard llamado Edward Clarke.

lead_large

Aquel año, Clarke había publicado un libro titulado «El sexo en la educación, o, una oportunidad justa para las chicas». A pesar del título prometedor, la “oportunidad justa” de la que hablaba Clarke pasaba en realidad por desanimarlas de cara al estudio universitario porque, según sus propias palabras:

Existen casos, y yo los he presenciado, de mujeres que se gradúan en las escuelas universitarias y facultades con expedientes excelentes, pero con ovarios poco desarrollados. Más tarde se casan y resultan ser estériles.

Lo que Clarke venía a defender era que una mujer no podía menstruar y pensar al mismo tiempo, y que intentar hacerlo era además peligroso. Su razonamiento resultaba un método perfecto para alejar a las mujeres de las facultades y universidades, ya que Clarke (un experto reconocido y al que pocos osaban contradecir) lo aconsejaba amable y paternalmente… «por su propio bien«.

Pero hete aquí que hubo alguien que si se atrevió a contradecirle, nuestra protagonista Mary Corinna Putnam Jacobi, doctora en medicina, defensora del derecho a voto para las féminas, y en todos los sentidos una mujer extraordinaria que se adelantó mucho a su tiempo. Jacobi se graduó en medicina en la Facultad Médica para Mujeres de Pennsylvania en la década de 1860, y después completó su formación en la École de Médecine de Francia, donde fue por cierto la primera mujer en ser admitida.

Obviamente Jacobi no estaba nada de acuerdo con las opiniones de Clarke, pero sabía que la opinión de una mujer al respecto de un tema llamado “mujer y ciencia”, no iba a ser escuchada cuando su oponente era todo un profesor en Harvard. Así que en vez de hundirse en la frustración o abandonarse a la ira sufraguista, decidió echar por tierra el ridículo punto de vista de Clarke con datos e investigación.

Traduzco un párrafo completo del magnífico artículo de Rachel Swaby en The Atlantic dedicado a Jacobi, a la que llama “la madrina de la medicina estadounidense”.

Jacobi desafíó la velada justificación de Clarke para la discriminación con 232 páginas de duros números, gráficos y análisis. Recogió resultados de una encuesta que cubría el dolor menstrual de la mujer, la duración del ciclo, el ejercicio diario y la educación, junto a indicadores fisiológicos como el pulso, la temperatura rectal, y las cantidades excretadas de orina. Para llevar realmente su argumento a donde quería, Jacobi sometió a las mujeres que participaron en la prueba a pruebas de fuerza muscular, antes, durante y después de la menstruación. El documento resultante fue dolorosamente imparcial. Empleando únicamente el método científico llegó a esta conclusión: “No hay nada en la naturaleza de la menstruación que implique la necesidad, o incluso la conveniencia, del descanso”. Si las mujeres sufrían de tuberculosis, escrófula, anemia y neuralgia, no era, como Clarke afirmó, porque estudiaron demasiado duro.

Para concluir, añadir que me resulta asombroso el digno final que tuvo la vida de esta heroína. Después de habérsele diagnosticado un tumor cerebral, Jacobi documentó los síntomas de un modo tan absoluto y objetivo, que tal parecía que a pesar de la gravedad del momento siguiera rebatiendo las afirmaciones ridículas de Clarke. De ese modo, a aquel trabajo científico lo tituló: «Descripción de los primeros síntomas de un tumor meningeo compresor del cerebelo; del cual la autora murió. Escrito por ella misma».

Con dos ovarios.

Sobre el artículo original

Mary Putnam Jacobi, o cómo luchar contra la discriminación sexista con datos fue publicado en el blog Maikelnai’s blog el 9 de abril de 2015.

Un especial agradecimiento al autor del artículo por permitir su reproducción en Mujeres con ciencia.

Sobre el autor

Miguel A. Artime Menéndez (@Maikelnaiblog) es blogger loco por la ciencia. Responsable de Maikelnai's blog en el Comercio, cofundador de Naukas y colaborador de Yahoo! Mentes.

6 comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *.