Laura Rodríguez Dulanto, la primera médica y cirujana de Perú que tenía que estudiar con los apuntes de su hermano

Vidas científicas

Cuando Abraham Rodríguez Dulanto volvía a casa después de las clases en el instituto de secundaria en el que estudiaba, aún le quedaban dos horas de tarea académica, aunque algo distinta de la que realizaba en clase. En casa él era el tutor, y su hermana, la alumna.

Laura Rodríguez Dulanto.

En el siglo XIX, en Perú, no había institutos femeninos y las chicas no estudiaban más allá de las nociones básicas para leer y escribir que las prepararían para el matrimonio. Laura Rodríguez Dulanto tuvo claro muy pronto que este plan no iba con ella. Ella nunca dejaría de querer aprender cosas nuevas y si ella no podía ir a clase, haría que la clase fuese a ella. Su objetivo era que cuando su hermano se graduase de secundaria, ella lo haría también. Y después, seguiría con los estudios de ciencias y medicina.

Rodríguez Dulanto alcanzó su meta y se convirtió en la primera mujer cirujana de Perú y una de las primeras que estudió en la universidad. Para conseguirlo contó con una inteligencia y capacidad de estudio excepcionales, una determinación indudable y el apoyo de su entorno familiar.

Esther Laura Rodríguez Dulanto nació en Supe, Perú, el 18 de octubre de 1872, una fecha que no se supo con exactitud hasta que apareció su partida de bautismo, publicada como parte de una investigación académica en 2007. El autor explica en esa investigación que debido a unas inundaciones en la parroquia de la localidad, los libros y registros bautismales se trasladaron a otras parroquias de la zona y por eso este dato no se había podido fijar con seguridad antes.

Apoyo familiar y los apuntes de su hermano desde secundaria

Estudió la educación primaria en una escuela de Lima, a donde sus padres trasladaron a la familia para que ella pudiese recibir una educación mejor; pero al terminar, acabaron sus opciones para seguir estudiando. Fue en ese momento en el que decidió que eso no la detendría y en el que reclutó a su hermano para seguir aprendiendo. Gracias a su ayuda y el apoyo de toda la familia, pudo graduarse a la vez que él, aunque en el caso de ella hubo que formar un tribunal especial para hacerle el examen final ya que no estaba previsto que una mujer estudiase por esa vía (ni por ninguna).

Tras terminar esa etapa, se preparó de nuevo con ahínco y en mayo de 1892 se matriculó en la Facultad de Ciencias de la Universidad de San Marcos. A sus 19 años fue la primera mujer peruana que entró en la universidad y eso se convirtió en noticia: fue la protagonista de un artículo en el periódico El Comercio, uno de los principales diarios nacionales. Antes de terminar esos estudios se matriculó en la Facultad de Medicina dos años después, a los 21 años.

Disecciones tras un biombo

Estudiar Medicina siendo mujer en aquella época no fue fácil. Por proteger la moralidad, no era aceptable que viese cuerpos desnudos, así que en las lecciones de anatomía tenía que permanecer tras un biombo, sin ver lo que el resto de los alumnos podía observar libremente. Hacía preguntas, eso sí, y en casa repasaba de nuevo con su hermano, también estudiante de Medicina, cada detalle que él le transmitía para aprender a la misma velocidad. En el tercer año de sus estudios recibió un permiso especial del Decano para realizar disecciones en una sala separada del resto de alumnos, acompañada solamente por su hermano.

Sus capacidades y determinación no pasaron desapercibidas y su caso llegó hasta el Congreso de la República, que en diciembre de 1895 aprobó concederle una pensión económica hasta que terminase de estudiar. También recibió varios premios académicos por ser una alumna brillante en varios cursos. En 1898 obtuvo su título de Ciencias, y realizó su tesis sobre Estudios Geológicos en la Provincia de Chancay. Esta tesis fue publicada en una revista científica, algo de lo que volvieron hacerse eco los periódicos de la época. En 1900 obtuvo el título de Medicina y tras someterse a las pruebas pertinentes, el título de Médica Cirujana, otorgada por primera vez a una mujer en su país.

Contra la tuberculosis y la mortalidad maternoinfantil

Su trayectoria no fue muy larga, pero sí muy completa. Ejerció la práctica clínica junto a médicos de renombre en el Perú de la época; fundó la primera escuela de enfermería del país donde daba clases de anatomía, higiene y fisiología para mejorar el tratamiento a los pacientes y sus pronósticos, incluyendo prácticas en varios hospitales. Adquirió un equipo completo de cirugía, que donó al Hospital Militar.

La Dra. Laura Rodríguez Dulanto impartiendo clases de enfermería en el Hospital de Santa Ana en Lima. Fuente: Heroínas.

Preocupada por la alta mortalidad a causa de la tuberculosis, estudió en profundidad esta enfermedad e impulsó la implantación de planes de salud pública para paliar sus consecuencias. Implicada también en el esfuerzo por reducir la mortalidad maternoinfantil, trabajó como ginecóloga y obstetra en varios hospitales y escuelas femeninas.

Sin embargo, como decíamos, no pudo ejercer la medicina demasiado tiempo ya que, tras una enfermedad, falleció el 6 de julio de 1919 a los 46 años.

Referencias

Sobre la autora

Rocío Benavente (@galatea128) es periodista.

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