Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial y el inicio de la Guerra Fría, el mundo vivía con el conocimiento de estar a las puertas de una inminente guerra nuclear. Había muchos motivos de preocupación y muchas cosas que no se sabían. Entre ellas se encontraba la incógnita de cómo afectaría la radiación resultante de este nuevo armamento a los cultivos que daban (y dan) de comer a la humanidad.
Este fue uno de los campos de la investigación agronómica en los que se centró Mary Rosalind Morris, pionera de la citogenética. Otra de sus áreas de especialización, por la que es mundialmente reconocida, fue el estudio de la relación entre los cromosomas del trigo y la expresión de determinadas características interesantes a la hora de hibridar distintas variedades para desarrollar otras nuevas.
La infancia en una granja
Morris estudió la enseñanza elemental en una escuela rural con una sola aula. En esa época sus padres habían comprado un terreno y construido una granja, y ella colaboraba entre otras tareas en las cosechas de frutas y hortalizas. Según fue creciendo se fue interesando más en las cuestiones de la granja y en el conocimiento agrícola en general. Sin embargo, en el instituto, su asignatura favorita era la literatura y tras graduarse en 1938 consideró dedicarse al periodismo.
Pioneras de las ciencias agrícolas
Sin embargo, con unas posibilidades económicas limitadas y en medio de la Gran Depresión, sus padres decidieron enviarla a estudiar a la Escuela Agrícola de Ontario, donde se licenció en horticultura en 1942. En 1947 ella y Leona O. Schnell se convirtieron en las primeras mujeres que obtuvieron el título de doctoras en el Departamento de Hibridación Vegetal de la Universidad de Cornell.
Ese mismo año Morris aceptó un puesto como profesora asistente en la Universidad de Nebraska-Lincoln, donde se desarrollaría toda su carrera hasta su jubilación en 1990. Al principio esta universidad no podía contratarla porque, al no ser ciudadana estadounidense, no podía recibir un salario con fondos del estado.
Gracias al empeño de sus mentores y jefes de la universidad, la institución consiguió los fondos necesarios de otra manera para poder contratarla, y finalmente se modificó la legislación estatal para contemplar que, si no se podía encontrar a un experto lo suficientemente bueno en un campo dentro de los científicos estadounidenses, se podría contratar a uno extranjero. Ella por entonces pensaba que en algún momento volvería a Ontario para estar más cerca de sus padres, pero el tiempo pasó y nunca se fue. En 1954 obtuvo la nacionalidad estadounidense.
Los efectos de la radiación en el maíz
Como profesora y como investigadora desarrolló su carrera en el campo de la genética vegetal y la citogenética, una rama de la genética que estudia los cromosomas, su estructura, sus funciones y cómo estos se relacionan con el comportamiento de las células y sus distintas partes.
Participó en experimentos para observar el estudio de los rayos X y otros tipos de radiación sobre cultivos como el maíz y otros cereales, un asunto que había despertado preocupación tras la guerra y el desarrollo del armamento nuclear. Con ayuda del Laboratorio Nacional Argonne, cerca de Chicago, sometieron a mazorcas de maíz a distintas cantidades y tipos de radiación y observaron si causaban algún tipo de anomalía en sus cromosomas. Descubrieron que la radiación podía destruir o afectar a los cromosomas de distintas maneras, así como reducir la fertilidad de las plantas y su cantidad de semillas.
Intercambio de cromosomas, intercambio de características

Como parte de su trabajo, localizó los genes responsables de algunas características del trigo que eran interesantes a la hora de realizar cruzamientos para desarrollar nuevas variedades. Para eso, ella y su equipo desarrollaron líneas genéticas dentro de determinadas variedades en las que extraían un par de cromosomas y lo sustituían por otro, analizando qué características cambiaban respecto a la variedad original. Eso les permitía relacionar un par de cromosomas concreto con la característica de la que era responsable.
Estas técnicas y líneas de sustitución se convirtieron en una herramienta utilizada por genetistas de todo el mundo y aún hoy son la base de investigaciones dentro del campo de la ingeniería agrónoma y agrícola. Se trataba en definitiva de una gran base de datos sobre la que se asentaron los principios de muchos estudios genéticos del trigo y de otros cereales, que trataban de determinar cómo el ADN se termina convirtiendo en complejas instrucciones que las distintas células de estas plantas son capaz de seguir, cumpliendo así cada una su función concreta.
Morris se retiró en 1990 y murió el 26 de marzo de 2022, poco antes de cumplir 102 años.
Referencias
- Mary Rosalind Morris, Wikipedia
- Lana Koepke Johnson, A Tribute to M. Rosalind Morris, first women professor of agronomy at Nebraska, University of Nebraska–Lincoln, 30 marzo 2022
- Super woman: Rosalind Morris an “outstanding wheat cytogeneticist”, CIMMYT, 29 mayo 2015
- Lana Koepke Johnson, Study of ‘misbehaving chromosomes’ by Morris remains relevant to wheat scientists today, University of Nebraska–Lincoln, 18 mayo 2021
- Celine Lim, Celebrating the life of Rosalind Morris, trailblazer for women in agriculture, CIMMYT, 22 abril 2022
- Stephanie Craig, A Timeline of Two Grads, Ontario Agricultural College
Sobre la autora
Rocío Benavente (@galatea128) es periodista.