Esto se podía leer en un artículo de prensa publicado en The Australian Women’s Weekly el 25 de febrero de 1925.
El 22 de junio de 1937, otro artículo publicado en The Sydney Morning Herald trataba de acercar la especialidad de Allan al público femenino de otra manera: “La conquiliología es de interés para todas las mujeres, ya que nuestras perlas, botones nacarados, ostras y la sopa de Toheroa [un tipo de molusco originario de Nueva Zelanda] deben su existencia a los moluscos. ‘Esto, claro,’ explica la señorita Allan, ‘es el aspecto más mundano de la conquiliología’”.
Si hubiese que explicar la carrera científica de Joyce Allan en unas pocas palabras podríamos decir que logró vivir de lo que mucha gente querría: recolectar y clasificar conchas y moluscos marinos y hacer dibujos e ilustraciones. Porque su principal talento no era en realidad científico, sino artístico. Pintaba con óleos, acuarelas o tinta, y convirtió en eso su trabajo y su especialidad, haciendo importantes aportaciones al estudio de esa rama de la fauna australiana. Además de la diminuta concha Coralastele allanae, un pez llamado Microcanthus joyceae y otro molusco de nombre Phosinella allanae fueron bautizados en su honor.
Selección, orden e ilustración de conchas
Joyce Allan nació el 8 de abril de 1896 en Balmain, Sydney, Australia, en una familia muy grande: fue la octava de nueve hermanos. Fue educada en casa y luego en un instituto femenino. Su primera intención fue convertirse en doctora y estudiar medicina, pero desde adolescente ayudaba a clasificar conchas y moluscos en el Museo Australiano de Sidney. Colaboraba con el conquiliólogo, experto en el estudio de conchas y moluscos, Charles Hedley, ayudándole a ordenar su colección y elaborando dibujos e ilustraciones con los que completar sus estudios y escritos.
Ella misma comenzó a publicar artículos en diversas revistas científicas australianas especializadas en zoología y museos. Se especializó en lo que entonces se conocía como subclase Opisthobranchia, un tipo de molusco de cuerpo blando y colorido. A día de hoy este taxón ya no se considera formalmente una subclase.
En 1920 obtuvo una plaza fija como trabajadora en el museo, convirtiéndose en la primera mujer que formaba parte del equipo científico. Cuando en 1924 Hedley se jubiló, ella fue nombrada temporalmente la jefa del departamento de conquiliología, aunque poco después el puesto fue ocupado por quien había sido su ayudante, y ella fue nombrada científica asistente en 1931.
El interés de la prensa y el impacto de la guerra
Ella era la única mujer especialista en conquiliología en Australia en aquella época y, como tal, su figura despertaba curiosidad. Fue entrevistada en varias ocasiones en la prensa del momento, algo potenciado por su talento como comunicadora.
Aunque el campo de batalla de la Segunda Guerra Mundial pillaba en principio lejos de Australia, el impacto de la contienda también llegó hasta allí. Durante dos años fue reclutada para trabajar en el Servicio Nacional de Emergencias. Sus habilidades artísticas fueron empleadas para el dibujo de diversas partes necesarias en la construcción de bombas, así como en la producción de materiales visuales y de vídeo.
Tras el fin de la guerra volvió al museo y, ahora sí, sucedió al director del departamento de conquiliología cuando éste se retiró. En 1949 se casó y, aunque por entonces las leyes de servicio público obligaban a las mujeres casadas a dejar sus empleos, ella pudo mantener el suyo.
Su gran obra: Conchas australianas
Al año siguiente publicó su primer libro, Conchas australianas, el primer intento de hacer una recopilación exhaustiva y completa de los moluscos presentes en las costas australianas y de ilustrarlos, que recibió comentarios muy positivos precisamente por la calidad de sus ilustraciones.
Con su marido viajó principalmente por Europa, visitando las colecciones de moluscos de otros museos. Pudo asistir en Londres a la coronación de Isabel II en 1952, algo que como ciudadana de la Commonwealth consideró un acontecimiento importante. Volvieron a Australia meses después y aunque se reincorporó al museo, tuvo que dejar el puesto en 1956 por motivos de salud, aunque siguió trabajando como adjunta hasta 1962 y publicó dos libros más.
Murió en 1966 de una enfermedad cerebrovascular.
Referencias
- Joyce Allan, Wikipedia
- Prue Walker, Joyce Allan, Conchologist, Australian Museum, 8 abril 2020
- Prue Walker, Joyce Allan – well-respected scientist, Australian Museum, 6 noviembre 2014
- Rebecca Rigby and Helen Cohn, Allan, Catherine Mabel Joyce (1896 – 1966), The Encyclopedia of Australian Science and Innovation, 25 octubre 2011
- D. F. McMichael, Catherine Mabel Joyce Allan (1896–1966), Australian Dictionary of Biography, Volume 13 , 1993
Sobre la autora
Rocío Benavente (@galatea128) es periodista.