La fiebre Q fue descrita por primera vez en Australia en 1937; como su causa era desconocida se denominó fiebre Q (de query, en inglés, en consulta). La bacterióloga Mavis Louisa Freeman y el biólogo Macfarlane Burnet identificaron su origen: la bacteria Coxiella burnetii.
Mavis Louisa Freeman nació el 30 de enero de 1907 en Ballarat, en el estado de Victoria, al sur de Australia.
Tras finalizar la enseñanza secundaria, y gracias a una beca, pudo estudiar en el Trinity College de la Universidad de Melbourne. Allí obtuvo su licenciatura en 1928.
Consiguió su primer trabajo en ese mismo año. Fue contratada como investigadora en Instituto Walter y Eliza Hall en Melbourne. Entre otros, en sus inicios, estudió los venenos de serpientes bajo la supervisión del investigador médico Charles Kellaway.
En 1934 consiguió una beca de viaje ofrecida por la Asociación de Mujeres Graduadas de Victoria. Esta ayuda le permitió viajar a Londres para continuar su formación en el Instituto Lister.
La fiebre Q
En verano de 1935, el patólogo Edward Holbrook Derrick, director del Laboratorio de Microbiología y Patología del Departamento de Salud de Queensland en Brisbane, fue requerido para investigar un brote de una extraña enfermedad febril que afectaba a muchos de los trabajadores de los mataderos de Brisbane; la llamaron la fiebre Q. El patólogo utilizó conejillos de Indias en su investigación; les inoculaba sangre y orina de pacientes infectados para transmitirles la enfermedad. Pero Derrick fue incapaz de aislar el agente causante de esta fiebre. Así que decidió enviar sus muestras con los hígados de los animales infectados al reconocido biólogo Macfarlane Burnet que tenía su laboratorio en el Instituto Walter y Eliza Hall de Melbourne. Años más tarde, Burnet, junto a Peter Brian Medawar, obtendría el Premio Nobel en Fisiología o Medicina en 1960 «por sus descubrimientos sobre la tolerancia inmunológica adquirida».
Volviendo a la fiebre Q, Burnet involucró a Mavis Freeman en el estudio de las muestras enviadas por Derrick. Y consiguieron reproducir la enfermedad en conejillos y otros mamíferos. De hecho, observaron en las células del bazo de ratones vacuolas (compartimentos cerrados o rodeados por la membrana plasmática) que contenían numerosos microorganismos con forma de bastones. Eran muy parecidos a los de las bacterias del género Rickettsia.
De manera independiente, en Estados Unidos, los bacteriólogos Gordon Davis y Herald Rea Cox investigaban lo que denominaban la «fiebre del Nine Mile». Y aislaron el agente que la provocaba en 1938, en este caso, en garrapatas. Este vector biológico era idéntico al que causaba la fiebre Q. Finalmente, tras algunas propuestas de nombres, a la bacteria que provocaba estas fiebres se la denominó Coxiella burnetii en reconocimiento a Cox y Burnet.
Esta enfermedad zoonótica, la fiebre Q, se transmite principalmente a través del ganado vacuno, ovino y caprino, aunque también la pueden contagiar roedores, gatos, perros, aves y marsupiales. Puede permanecer en el medio ambiente durante mucho tiempo e infectar a las personas al respirar pequeñas partículas de bacterias de fluidos animales.
La Segunda Guerra Mundial
Al estallar la Segunda Guerra Mundial, Freeman abandonó su laboratorio y se unió al Destacamento de Ayuda Voluntaria de Australia. Finalizó la contienda con el cargo de Capitán del Cuerpo Médico del Ejército Australiano.
Fue nombrada patóloga del Segundo Hospital Australiano en Palestina; fue la única mujer que sirvió en el extranjero, además de las enfermeras y masajistas. Durante ese periodo, entre otros, rebatió la extendida creencia de que las «llagas del desierto» (úlceras cutáneas crónicas inespecíficas que suelen aparecer en espinillas, rodillas, manos y antebrazos) estaban causadas por infecciones bacterianas; demostró que podrían prevenirse aplicando simples medidas higiénicas.
En la última parte de la guerra, Freeman comenzó a investigar sobre métodos seguros para la transfusión de sangre en regiones afectadas por malaria.
Al finalizar la guerra, Mavis Louisa Freeman regresó al Instituto Walter y Eliza Hall. Permaneció allí hasta 1948, momento en el que renunció a su puesto para trabajar en el Instituto de Investigaciones Médicas y Veterinarias de Adelaida. Y, en 1950, consiguió su maestría con un trabajo sobre la desnaturalización de proteínas.
Tras una larga vida de servicio a la investigación médica, Mavis Louisa Freeman falleció, era el año 1992.
Referencias
- Freeman, Mavis Louisa (1907 – 1992), The Australian Women’s Register
- Rosanne Walker, Freeman, Mavis, The Encyclopedia of Australian Science and Innovation, 30 junio 1997
- Tim Sherratt and Anne-Marie Condé, A war against disease, ASAP, 28 enero 1998
- Mavis Louisa Freeman, Wikipedia
Sobre la autora
Marta Macho Stadler es doctora en matemáticas, profesora del Departamento de Matemáticas de la UPV/EHU y colaboradora en ::ZTFNews y la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU.