En el imaginario colectivo, las matronas son básicamente esas personas que brindan su ayuda a las parturientas, pero es mucho más lo que hacen por la salud de las mujeres y de las familias. Estas profesionales también desempeñan importantes labores de atención sanitaria, docencia, gestión e investigación, como pondremos de relieve en este artículo.
El día a día de las matronas
Según la Asociación Nacional de Matronas de España, sus ámbitos de actuación en el hospital incluyen el paritorio, las consultas de obstetricia y ginecología, la planta de gestantes y el puerperio. El Instituto Nacional de Gestión Sanitaria amplía sus competencias a los centros de salud, la atención domiciliaria y los centros de planificación familiar.
De hecho, una labor posiblemente desconocida es la que desarrollan en el ámbito de las infecciones de transmisión sexual (ITS): participan tanto en el diagnóstico como en el tratamiento, mejorando el pronóstico. Esta función es bastante relevante si tenemos en cuenta que la tasa de infecciones por 100 000 habitantes en infección gonocócica aumentó más de un 19 % entre 2010 y 2021; un 8 % entre 2014 y 2021 en el caso de la sífilis, y un 18 % entre 2016 y 2021 en el de la clamidia.
Tampoco es baladí su papel en la detección temprana de violencia de género, estados ansioso-depresivos o estrés. La atención continuada y la relación de cuidados que se establece entre las mujeres y las matronas facilita la intervención sanitaria frente a estos y otros riesgos asociados al estilo de vida.
Además, muchas mujeres viven con gran incertidumbre y ansiedad el periodo de transición menopáusica por los cambios que se producen; especialmente, por los sofocos. ¿Sabía que la matrona puede acompañar en estos procesos explicando pautas dietéticas y prácticas saludables para disminuirlos? ¿O ayudar a establecer estilos de vida que prevengan la aparición de la temida osteoporosis?
Otra función importante es el acompañamiento en el duelo perinatal. Según las estadísticas, uno de cada cuatro embarazos acaban en abortos. La profesional ayudará a gestionar las emociones y vivir el duelo en pareja, para que no se convierta en un trance patológico.
A esto hay que sumar las responsabilidades de gestión en unidades hospitalarias, direcciones de enfermería o como coordinadoras de matronas de áreas sanitarias. Nuestras protagonistas están capacitadas para coordinar o dirigir comités o grupos de trabajo y aportar su visión y conocimientos para planificar estrategias sanitarias, planes y programas de salud.
Impartiendo magisterio
También hay que resaltar la faceta docente de las matronas, y no solo referida a los estudiantes de la especialidad obstétrico-ginecológica y otros profesionales sanitarios. En las clases de preparación al nacimiento y crianza –más conocidas como “preparación al parto”–, abordan, además del propio parto, el embarazo, el puerperio, la lactancia, los cuidados del recién nacido, la actividad física, los derechos de la gestante y del bebé, la toma de decisiones, la diversidad cultural o la parentalidad positiva.
Las matronas también realizan actividades educativas en materia de salud materno-infantil y salud sexual y reproductiva: dirigidas a jóvenes, en escuelas, en asociaciones de mujeres, a mujeres con menopausia y a grupos de riesgo. Además, ofrecen atención preconcepcional, asesoramiento e inserción de métodos anticonceptivos, asistencia a contracepción de emergencia e interrupción de embarazo.
Y, por último, son capaces de liderar investigaciones al más alto nivel. Un ejemplo es el proyecto, financiado por la Unión Europea, para estudiar el impacto del estrés perinatal en el desarrollo fetal, liderado por un especialista –matrón– de la Universidad de Granada,
¿Qué hay que estudiar para ser matrona?
Estrictamente hablando, la matrona es un profesional científico. Según la normativa actual existen dos vías para conseguir el título en el ámbito internacional: a través de un grado independiente y como especialidad de Enfermería.
Actualmente, para ser matrona en España, primero hay estudiar Enfermería, una carrera universitaria de cuatro años. Una vez obtenido el título, los candidatos deben hacer un examen a nivel nacional (EIR). Es muy exigente: cada año unas 15 000 enfermeras y enfermeros compiten por 400 plazas. Quienes alcanzan la puntuación para acceder a una de las plazas de formación de la especialidad de enfermería obstétrico-ginecológica (matrona) deben prepararse durante dos años.
En países de Latinoamérica, como Argentina, primero se deben estudiar la carrera de Enfermería y después hacer la especialidad. Y en el Reino Unido, por ejemplo, hay dos opciones: estudiar la carrera de matrona en la universidad (tres años), o para los graduados en Enfermería, realizar un curso de 18 meses.
Acompañando a la salud de la mujer
En conclusión, las matronas son profesionales sanitarios que realizan su labor con evidencia científica. Ayudan a visibilizar la salud de la mujer, acompañándola en etapas transcendentales de su vida (sexualidad, embarazo, parto, crianza y menopausia). Para ello es preciso que sean reconocidas por la sociedad y que cada hospital y centro de salud proporcionen pleno acceso a sus servicios.
Sobre las autoras y el autor
Rafael A. Caparros-Gonzalez, Profesor Permanente Laboral de Ciencias de la Salud (Enfermería), Universidad de Granada; Carmen María Hachero Rodriguez, Matrona, UOC – Universitat Oberta de Catalunya; Carmen Mejías Paneque, Matrona, Universidad de Granada e Irene Agea Cano, Doctora en ciencias de la salud. Miembro del grupo de investigación cuidsalud CTS464. Obstetricia y ginecologia, Universidad de Jaén
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Ir al artículo original.
1 comentario
Felicitaciones por visibilizar la labor de los profesionales de Obstetricia que tenemos diferente denominación entre los países.
El aporte a la salud de la mujer la familia y la comunidad es el compromiso de nuestro gremio desde los diferentes sitios de atención que brindamos.