Sarah Lippincott, la astrónoma que buscaba estrellas y planetas invisibles en su época

Vidas científicas

Mirar un cielo estrellado en este momento de la historia, en este rincón del mundo, es una experiencia a menudo decepcionante: la presencia cercana de luces brillantes nos impide ver otras que si bien brillan mucho más, están mucho más lejos. La historia de las observaciones astronómicas, irónicamente, ha tenido que superar constantemente un fenómeno parecido: ¿cómo vemos y estudiamos lo que rodea a las estrellas si al mirar por un telescopio su luz nos deslumbra y no podemos ver nada más?

Sarah Lippincott dedicó su carrera investigadora a la astrometría, una rama de la astronomía que trata de sacar conclusiones sobre los cuerpos celestes observando sus movimientos, basándose en el principio de que según su masa, estos crean cuerpos gravitatorios que afectan a lo que les rodea aunque no podamos verlos. Si somos capaces de detectar esos efectos y medirlos, quizá podamos inferir qué tipo de objeto los causa.

Sarah Lippincott. Imagen: AIP Emilio Segrè
Visual Archives, John Irwin Slide Collection.

Sarah Lippincott nació en Filadelfia el 26 de octubre de 1920. Estudió en el Swarthmore College y luego en la sección para mujeres de la Universidad de Pensilvania, donde, además de a sus asignaturas de astronomía, se dedicó al equipo de baloncesto y de tenis. Se graduó en 1942.

De allí volvió al Swarthmore College, donde fue contratada como asistente de investigación en astronomía ese mismo año. Fue en esa institución donde consiguió su título de máster en esa especialidad en 1952 y donde en 1961 fue nombrada profesora. En 1972 ocupó el cargo de directora del Observatorio Sproul.

Dedicó gran parte de su carrera investigadora al campo de la astrometría, una especialidad dentro de la astronomía que realiza mediciones de la posición y los movimientos de las estrellas y planetas para inferir sus características, orígenes y qué otros objetos les acompañan. Lippincott trabajó durante años en este campo junto a Peter van de Kamp, astrónomo y director del Observatorio Sproul durante 35 años antes de que ella ocupara el cargo.

¿Cómo encontramos una enana marrón si no la vemos?

En sus investigaciones, Lippincott y van de Kamp buscaban objetos de poca masa que acompañaban a estrellas cercanas, lo que hoy se conoce como enanas marrones y planetas extrasolares.

A diferencia de lo que ocurre en el sistema solar, en otros sistemas estelares no hay una sola estrella, sino que puede haber dos o más que orbitan una en torno a otra o tienen otros tipos de movimientos. A veces en esos sistemas binarios ambas estrellas son igual de brillantes y visibles, y otras veces no, otras veces son mucho más pequeñas y brillan mucho menos.

¿Cómo se detecta un objeto así, pequeño y poco brillante, junto a otro mucho más grande y luminoso? La clave está en observar minuciosamente los movimientos de la segunda, para determinar si está afectado por fuerzas gravitatorias provenientes de un posible acompañante.

En 1951 Sarah realizó los cálculos relativos al sistema binario Ross 614 que permitieron detectar la segunda estrella del sistema. En 1952 Lippincott y van de Kamp publicaron un artículo en el que revelaban el posible descubrimiento de una acompañante de masa muy baja junto a la estrella Lalande 21185, la cuarta estrella más cercana a nuestro Sol después de Alfa Centauri, la estrella de Barnard y Wolf 359.

El límite tecnológico en la búsqueda de exoplanetas

Lo cierto es que sus investigaciones, al aplicarlas a la búsqueda no de estrellas enanas marrones sino de exoplanetas, se toparon una y otra vez con los límites que imponía la tecnología disponible en su época: un planeta tiene una masa mucho más pequeña que la de una estrella, por enana que sea, y por tanto el rastro gravitacional que dejan en las estrellas que orbitan son difícilmente perceptibles con equipos altamente precisos, y más aún los que utilizaban en la época. Pero sus esfuerzos no fueron en vano: motivaron el impulso de este campo en los años 80 y 90, lo que a su vez provocó una explosión de descubrimientos de exoplanetas (planetas fuera del sistema solar) y la apertura de una nueva área de investigación astronómica.

Lippincott también es conocida por haberse casado con Dave Garroway, un conocido presentador de televisión en Estados Unidos. Cuando, tras toda una vida lidiando con depresiones, Garroway se suicidó en 1982, Lippincott ayudó a poner en marcha un laboratorio en la Universidad de Pensilvania para la investigación de este y otros trastornos de la salud mental.

Sarah Lee Lippincott. Imagen: Friends Historical Library of Swarthmore College.

Durante su carrera fue mentora de varias generaciones de estudiantes de astronomía, entre ellos de Sandra Faber, que llegaría a su vez a ser una reputada astrónoma que participó entre otras cosas en el diseño de la cámara del telescopio espacial Hubble y en la instalación del Observatorio Keck en Hawái. Faber, que había crecido interesada por la astronomía y haciendo observaciones de estrellas con su padre, vio en Lippincott un referente femenino de lo que ella podía llegar a ser. Sin embargo, a pesar de su talento y esfuerzo, Faber observaba que Lippincott no tenía un puesto de profesora en la universidad, lo que la motivó a ir más allá y obtener un doctorado para superar esa barrera ella misma.

Lippincott murió el 18 de febrero de 2019 a los 99 años.

Referencias

Sobre la autora

Rocío Benavente (@galatea128) es periodista.

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