Helen Czerski (1978): La divulgadora que nos enseña la magia de la física en la cotidianidad

Vidas científicas

Cuando escuchamos la palabra “física”, resoplamos, como si de repente nos hubieran hecho cargar con algo muy pesado. Es un concepto abstracto, un sonido que escuchamos distorsionado. Para muchos la física es una ciencia ajena a nuestra vida, y creemos que solo un grupo muy selecto de la sociedad ha llegado a entenderla. Sin embargo, para lidiar con esa sensación que genera dicha palabra, hay científicos que se encargan de hacernos accesible lo que siempre termina siendo un callejón sin salida para la gran mayoría. La física y también oceanógrafa Helen Czerski es buen ejemplo de ello. Es una divulgadora científica que intenta, sobre todo, mostrar que esa disciplina está integrada en nuestras vidas. Según ella, es necesario cambiar la percepción sobre esta ciencia, ya que según ha explicado en varias ocasiones, “las grandes ideas científicas están escondidas en los pequeños objetos que nos rodean”. Asimismo, argumenta que cualquier objeto que podamos encontrar en nuestra casa parece suficiente para empezar a experimentar, a saber, unos huevos, una taza de té o mismamente una tostada que se cae de la mesa. La física está al alcance de nuestra mano y es imprescindible jugar con ella para entenderla.

Helen Czerski (2012). Imagen: Wikimedia Commons.

Czerski, además de su labor como divulgadora científica, actualmente es investigadora en la University College de Londres. Sus estudios se basan en la conexión entre la atmósfera y el océano. En concreto, estudia las burbujas del océano y la óptica de estas, la acústica de las pompas, y la transferencia de gas entre el aire y el mar. Hace unos meses, junto a docenas de científicos, emprendió un viaje al Ártico, para intentar esclarecer las causas que están acabando con el planeta. También es presentadora de numerosos programas y documentales de ciencia que emite la BBC sobre temas relacionados con la física en general, y más concretamente sobre la ciencia atmosférica y oceánica.

Las burbujas y los océanos

Czerski nació en en 1978 en Altrincham, cerca de Manchester. Desde su infancia mostró un gran interés por las matemáticas y especialmente por la física. Creció en un ambiente familiar que alentaba la curiosidad; en especial, su madre, como programadora, fue una inspiración para ella. Se licenció en el Churchill College, en Cambridge. Un año más tarde, estudió el doctorado en física sobre explosivos experimentales. Al finalizarlo, buscó una línea de investigación que le permitiera aplicar sus experimentos en el mundo que le rodeaba. Desde ese momento, se centro en las burbujas y los océanos y la Institución Scripps de Oceanografía le sirvió de trampolín para empezar a trabajar en ello. Además, realizó un postdoctorado, y cuando regresó al Reino Unido, emprendió su propio programa de investigación sobre la física de las burbujas oceánicas, primero en la Universidad de Southampton y más tarde en la ya citada University College.

“¿Y para qué sirve eso?”

Czerski relató en una conferencia una anécdota que sirve para entender la percepción y la imagen tan inaccesible que tenemos sobre la física. Durante la carrera, cuando se encontraba estudiando mecánica cuántica en casa de su abuela, esta última la miró impresionada, y le dijo: “¿Y para qué sirve eso?”. Una pregunta que ilustra qué pensaríamos la gran mayoría al ver unos apuntes de física. Por ello, esta científica nos muestra mediante su trabajo que esta disciplina está al alcance de todos, y sobre todo, que quiere acabar con los tópicos que envuelven estas ciencias “imposibles”: la física está entre nosotros y está bien ser curiosos. En referencia a su trabajo como divulgadora, ha publicado dos libros que refuerzan esta idea: Storm in a Teacup (2016) y ¿Por qué a los patos no se le enfrían los pies? (2017). Esta labor le ha valido la Medalla y Premio Kelvin que ganó el año pasado por sus contribuciones a la hora de defender la física de la vida cotidiana.

La Dra. Helen Czerski en una conferencia TEDManchester2017.

Ella nos anima a jugar y a explorar con la física. Del mismo modo, nos muestra una perspectiva nueva: la belleza está en la ciencia, en conocer, en experimentar. Esta idea también fue formulada por el físico Richard Feynman, quien explicó en una entrevista de 1981 en la BBC –y que nos lo recuerda el periodista Antonio Martínez Ron en este artículo–, que un amigo suyo, que era artista, decía que si sostenía una flor podía ver la belleza, en cambio, él, como científico, sería incapaz de hacerlo, porque “lo desmontaría todo y lo convertiría en algo anodino”. Feynman añadió que no estaba de acuerdo con ello porque gracias al conocimiento él podía ver muchas más cosas, como imaginar las células que hay en ella y entender las acciones que efectuaría aquella flor. La belleza se multiplica. Y no solo eso, la ciencia, dice Czerski, también puede ser divertida, solo debemos quitarnos el miedo a investigar el mundo físico por nuestra cuenta.

Referencias

Sobre la autora

Uxue Razkin es periodista y colaboradora del blog de la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU Zientzia Kaiera.

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