A mediados del siglo XIX, fueron muchas las mujeres que quisieron convertirse en enfermeras y comadronas y hacer de su pasión una profesión legal y socialmente reconocida. Una de aquellas mujeres fue Eva Luckes quien aprendió de la famosa enfermera Florence Nightingale junto a la que trabajó para profesionalizar con métodos innovadores la práctica de la enfermería.
Eva Charlotte Ellis Luckes nació en Devon el 8 de julio de 1854 en el seno de una familia de clase media mantenida por su padre un banquero llamado, Henry Richard Luckes. Eva, la mayor de tres hermanas, recibió una buena educación en distintos centros. De vuelta a casa, Eva, que sufría una discapacidad física que le impedía moverse con facilidad, se dedicó a ayudar a su madre a cuidar a los enfermos del lugar viajando de un lado a otro a caballo. Fue en esos primeros años al lado de su madre, cuando Eva empezaría a sentirse atraída por la profesión de enfermera.
Pero cuando Eva contaba con veintidós años y empezó a hacer prácticas en el Hospital de Middlesex no pudo soportar el ritmo y tan sólo tres meses más tarde tuvo que dejarlo. Eva lo volvió a intentar poco tiempo después en el Hospital de Westminster y esta vez sí que pudo completar su formación práctica.
Su carrera profesional se inició en el Hospital de Londres y más tarde en el Hospital General de Manchester donde quedó al cargo de los niños enfermos. Ya en aquel entonces, sus ideas para mejorar el servicio fueron objeto de crítica por parte de la dirección del centro.
Eva tenía veintiséis años cuando intentó convertirse en comadrona en el Hospital de Londres. Pero su juventud y su poca experiencia frenaron sus intenciones. Pero Eva tuvo la suerte de conocer a la gran enfermera Florence Nightingale quien pronto se convertiría en su mentora.
Eva Luckes dedicó su vida a introducir importantes reformas en el proceso educativo, tanto teórico como práctico, de las futuras enfermeras inglesas, además de estudiar y proponer cambios sustanciales en el sistema sanitario. Su experiencia como comadrona la expuso Eva en un libro publicado en 1884 bajo el título de General Nursing, obra que tuvo muchas reediciones y fue utilizado como manual indispensable para futuras enfermeras y comadronas.
Además de crear varias instituciones de estudio, Eva junto a Florence Nightingale fundaron en 1887 la British Nurses Association con el principal objetivo de regular y mantener un registro de enfermeras y darles el estatus profesional que se merecían. Pero sus métodos novedosos, que primaban largas horas de práctica por encima del estudio teórico, fueron ampliamente criticados.
Su lucha y trabajo incansable para conseguir dignificar y profesionalizar la profesión de enfermera y comadrona duró toda su vida hasta que su salud se fue deteriorando y su movilidad se vio seriamente afectada.
Eva Luckes fallecía el 16 de febrero de 1919. Sus cenizas se depositaron detrás de una placa en la Iglesia de Saint Phillips, hoy convertida en biblioteca de medicina.
Sobre el artículo original
El artículo La enfermera práctica, Eva Luckes (1854-1919) se publicó en el blog Mujeres en la Historia de Sandra Ferrer Valero el 24 de junio de 2014.
Un especial agradecimiento a la autora del artículo por permitir su reproducción en Mujeres con ciencia.
Sobre la autora
Sandra Ferrer Valero, periodista y apasionada de la historia, escribe en su blog sobre Mujeres en la Historia.