Carolina Martínez Pulido: “La ciencia no es neutra, ni objetiva, está cargada de valores”

Protagonista

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Carolina Martínez Pulido. Foto: © Izaskun Lekuona.

San Sebastián es una ciudad que estos días bulle. Sus museos están llenos de turistas, la mayoría franceses, alemanes e ingleses, y según nos cuenta nuestra interlocutora, también de personas que no han encontrado habitación en Pamplona y vienen a dormir a la ciudad que será Capital Cultural Europea en 2016, para después acercarse a “San Fermines” durante el día.

El motivo que nos trae a Donostia no es, sin embargo, turístico o festivo, sino charlar con una de las ponentes del Curso de Verano de la UPV/EHU “Los demonios de la ciencia. Educando en (con) ciencia”.

Como otros muchos participantes en estos cursos, el Hotel NH Collection San Sebastián Aránzazu es su hogar estos días. El hotel está completo. Se pueden ver grupos de niños rubios de impolutas camisetas blancas, todas iguales, como si fueran un equipo extranjero, en uno de los salones del hall, esperando, hablando sin levantar la voz, un comportamiento que ya quisiéramos ver más cerca y más a menudo. Apenas a unos metros, la cafetería parece otro mundo. Aún solitaria cuando empezamos esta entrevista, elegimos un tranquilo rincón, bajo el suave hilo musical para charlar durante algo más de una hora con Carolina Martínez Pulido, Profesora Titular, desde abril de 1990, en el Departamento de Biología Vegetal de la Universidad de La Laguna donde se especializó en la investigación sobre regeneración in vitro del pino canario.

Javier San Martín (JSM) El primer árbol transgénico se obtuvo en 1986 pero todavía hay muchas personas que se echan las manos a la cabeza cuando oyen hablar de cultivos transgénicos. ¿Hay razones reales para temerlos?

Carolina Martínez Pulido (CMP) Es una respuesta difícil… No estoy trabajando últimamente en esto, por tanto, mi opinión no es precisamente de la última hornada pero sí hay un dato, que precisamente a mí, por ser una profesora interesada en la evolución, me parece que no se puede ignorar ya estemos hablando de árboles transgénicos, plantas, animales o incluso en un futuro, de personas.

Los seres vivos se dividen en especies, y la definición biológica dice que dos organismos pertenecen a la misma especie cuando son capaces de intercambiar sus genes. Eso es la reproducción sexual. Si dos organismos pertenecen a especies distintas no pueden intercambiar sus genes, o en el caso excepcional de que puedan reproducirse sexualmente, las crías, los descendientes, son estériles. Sin embargo, cuando pertenecen a la misma especie son capaces de tener crías fértiles, que al llegar a la edad adulta serán capaces de reproducirse. Ese proceso es producto de millones de años de evolución. La transgénesis consiste en sacar un gen de un ser vivo y transferirlo a otro saltando barreras genéticas que han tardado, insisto, millones de años en articularse.

Eso llama a la reflexión. ¿Tenemos como biólogos, o como científicos, o incluso como seres humanos, derecho a modificar de esa manera la naturaleza? La pregunta genera un debate enorme.

(JSM) Los que argumentan a favor de los transgénicos hablan de acabar con el hambre en el planeta, pero los más escépticos creen que hay otras razones por las que se seguiría marginando a una parte importante de la población mundial de esos supuestos beneficios…

(CMP) (Asiente)… Se hace hincapié en que los transgénicos podrían ser muy útiles en la lucha contra el hambre en el mundo. Por ejemplo: Si a plantas útiles para la alimentación humana somos capaces de transferirles un gen que les confiera resistencia a la sequía, podrán vivir en terrenos que sean bastante áridos y producir allí el fruto o la hoja o lo que aprovechemos como fuente de alimentación; o bien obtener plantas que no necesiten abono porque fueran capaces de fijar el nitrógeno atmosférico y no requiriesen productos nitrogenados, hay muchísimas posibilidades… pero también hay gente que te dice: Si fuéramos capaces de repartir mejor la riqueza del mundo no harían falta las plantas transgénicas… ¿Qué porcentaje de pobres hay en comparación con el de ricos? Hay gente que tiene fortunas millonarias y otros que no tienen nada. La riqueza que existe debe repartirse más equitativamente. Supongo que será una utopía, pero eso sería muy importante… Y luego hay otra cosa que me pone en alerta, aunque hace tiempo que tampoco trabajo en esto, las multinacionales que son las que financian los transgénicos…

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Carolina Martínez Pulido. Foto: © Izaskun Lekuona.

(JSM) No faltan casos de agricultores demandados por estas empresas por quedarse con parte de la cosecha para plantar al año siguiente…

(CMP) Es un círculo en el que el agricultor se ve forzado a comprar lo que las multinacionales les venden y se sienten completamente dominados por determinados poderes económicos. Hay países en Latinoamérica donde la soja transgénica se está cultivando masivamente, en Argentina, por ejemplo, que es un país que vende y produce gran cantidad de soja transgénica para alimentar al ganado principalmente –o eso dicen, porque otro problema es si se etiquetan correctamente o no los alimentos transgénicos–, la soja transgénica está ocupando buena parte de las enormes llanuras de praderas de pasto que antes tenían para los animales porque es más rentable.

(JSM) Son reflexiones interesantes porque cuando los científicos que se dedican a esto aparecen en público, en ocasiones, hay una falta total de crítica hacia lo que hacen.

De todas maneras si sigues un debate entre los partidarios de la biotecnología y los que son contrarios a ella, sobre todo en lo que implica a la manipulación genética de los organismos vivos, al final del debate te quedas con la duda de quién tiene razón porque hay argumentos de peso por ambos lados. No sólo tienen razón los que tienen una postura más ecologista y de mantener la integridad genética de los organismos vivos, también tienen razón los ingenieros genéticos. No todos los ingenieros genéticos son “comerciantes” que quieren ganar lo más posible… Es un mundo muy complejo al que no me dedico tanto como antes porque he cogido otro camino…

Ciencia en femenino

Parte de las actitudes que cuestionan la ciencia de forma más o menos explícita se deben a sus propias debilidades o a comportamientos de dudoso rigor o de escasa ética por parte de los miembros de la comunidad científica. ¿Por qué el sistema científico no trata igual a los hombres y a las mujeres de su comunidad? Esta es una de las reflexiones y preguntas que se plantean en el curso de verano en el que participa nuestra interlocutora.

(JSM) Ha llegado hasta San Sebastián por carretera desde Bilbao, ¿se ha venido fijando en los pinos o desconecta del trabajo cuando viaja?

(CMP) (Risas) No. Realmente ese campo fue con el que empecé mi vida profesional, mi tesina, la tesis doctoral y luego incluso mi oposición. Trabajé en biotecnología forestal y me especialicé en el cultivo de tejidos in vitro del pino canario, pero la verdad es que una vez obtuve la plaza y empecé a impartir clases sentí una gran inclinación por la teoría de la evolución y el darwinismo, porque la educación ha tenido el tema muy abandonado, incluso desde el bachillerato, pero también en la universidad por razones socio-políticas que vienen muy de lejos.

(JSM) ¿Cuáles son esas razones?

(CMP) Durante la dictadura, en España, de manera más o menos indirecta, se optó por explicar el origen humano siguiendo el relato del Génesis en lugar del proceso evolutivo. Cuando empecé a dar clases, para mí fue un descubrimiento muy significativo ver la importancia que daban en las universidades extranjeras a la biología evolutiva. Entonces comencé a estudiar la vida y obra de Darwin, me sentí muy interesada por el tema, y abandoné un poco la parte de la biotecnología forestal.

(JSM) Y entonces hizo otro descubrimiento…

(CMP) Sí. Porque a la par que estudié la teoría de la evolución también empecé a estudiar la historia de la biología y entonces descubrí la importancia del darwinismo; busqué bibliografía sobre la inmensa cantidad que datos que ha habido entorno a la obra de Darwin,… y en un momento dado –y la verdad con cierta vergüenza por mi parte– me di cuenta de que en toda la bibliografía que yo daba a mis alumnos, en todos los libros que consultaba, en los libros que había en la biblioteca, no había ni una sola mujer.

(JSM) Y sin embargo no faltan ejemplos de mujeres que han hecho grandes aportaciones a las ciencias biológicas…

(CMP) Así es. En aquel momento –te estoy hablando de los años 80– me ocurrió algo curioso. Me encontré en una librería escarbando por curiosidad entre un montón de libros y por casualidad llegó a mis manos uno que se llamaba Seducida por lo vivo. Vida y obra de Bárbara McClintock, un libro escrito por Evelyn Fox Keller.

Bárbara McClintock fue un genio de la genética en el siglo XX. Trabajó con el maíz e hizo unas contribuciones a la biología y a biología vegetal en particular, magníficas. Sin embargo, vivió casi toda su vida marginada y el motivo de que estuviese, digámoslo así, en la periferia, no fue sólo por ser mujer, sino también por ser una adelantada a su tiempo. Ella hizo una serie de experimentos muy importantes a finales de los 40 y en los primeros 50, y en 1983 le concedieron el Premio Nobel de Fisiología o Medicina, siendo botánica, mujer y en solitario, algo muy especial.

Evelyn Fox Keller hacía un análisis de la biografía de McClintock desde la perspectiva de género y señalaba que la historia de la ciencia no puede entenderse sin la contribución de las mujeres y afirmaba que no es cierto que las mujeres no hayan participado en la construcción del conocimiento científico, lo que ha ocurrido es que han sido un número mucho menor que el de los varones y también han sido mucho menos respetadas y han tenido menos eco. Cuando leí todo eso pensé: Tengo que cambiar de trinchera, me debo pasar a los estudios con perspectiva de género, y además siendo profesora en contacto con gente joven, me gusta estimular a mis alumnos a que tomen conciencia de la injusticia histórica que se ha cometido.

Compañeras invisibles

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Carolina Martínez Pulido. Foto: © Izaskun Lekuona.

(JSM) Y eso fue sólo el principio, porque a partir de ese momento empezó a tirar del hilo… y la última de esas hebras le ha traído estos días hasta San Sebastián para participar en un curso de verano en el que ha hablado de “las compañeras invisibles” ¿Quiénes son?

(CMP) Pueden ser muchas, pero lo he centrado en la evolución humana. Se han dado diversas explicaciones de cómo hemos llegado hasta aquí, pero hasta mediados de los 70 pensábamos que hemos llegado a ser lo que somos gracias a la carne procedente de la caza de grandes animales. Nosotros como humanos tenemos una serie de características (andar erguido, un cerebro grande, etc.) que se han supuesto surgidas gracias a la caza… y las cacerías son exclusivamente masculinas. Eso ha llevado a que el estudio de la evolución humana haya sido, prácticamente hasta hace sólo unas décadas, totalmente androcéntrico, centrado en la figura del varón.

En los años 70 surgieron una serie de científicas bien formadas, sobre todo en las universidades americanas, que se preguntaron dónde estaban las hembras, dónde estaban las mujeres, ¿es que sólo han evolucionado los hombres? Las compañeras invisibles en este caso son la parte femenina de todas las poblaciones de nuestros ancestros que también han participado en el proceso evolutivo y que hasta hace pocos años, hasta que se incorporaron masivamente al mundo científico como antropólogas, paleontólogas, arqueólogas, etc. parecía como si no hubieran hecho otra cosa que tener descendencia que perpetuara los caracteres que tan esforzadamente habían logrado los hombres cazando grandes animales… esas son las compañeras invisibles a las que he hecho referencia aquí.

(JSM) Después de su giro en la línea de investigación, ¿ha notado algún cambio entre sus compañeros? ¿Han dejado de considerarla una científica de verdad?

No es que no te consideren una científica de verdad, sino que más bien creen que he tenido una ocurrencia… como si pensaran: A fin de cuentas qué sentido tiene la lucha feminista si ya lo han conseguido prácticamente todo.

(JSM) ¿Y entre sus compañeras?

(CMP) Hay muchas mujeres, y muchas profesionales, convencidas de que con la entrada masiva en la universidad las mujeres han demostrado que pueden obtener las mismas notas que los chicos; viendo que hay científicas que están formando parte de equipos de investigación donde producen interesantes resultados que se publican en revistas de impacto, etc. ya lo hemos logrado todo… y lo demás son las batallitas de la abuela. Te miran un poco raro, como si te hubieras quedado en una fase ya superada y eso es un error porque no es cierto que las mujeres y los hombres hayamos alcanzado la igualdad.

(JSM) ¿En que lo nota?

(CMP) Una chica joven que hoy entra en la universidad tiene unas perspectivas mucho mejores que hace 50 o 60 años, pero eso no quiere decir que al graduarse tenga las mismas oportunidades que los chicos y la prueba está cuando miras los altos cargos, ¿Cuántos rectores hay? ¿Cuántos catedráticos? Muchísimos más que mujeres. Y esto pasa en el mundo académico y en el empresarial y es evidente en nuestra sociedad. La igualdad todavía no se ha alcanzado. Por supuesto que se ha avanzado pero también hay involuciones. Hay épocas en que se avanza y otras en las que se produce un retroceso, y creo que ahora mismo estamos en una involución.

(JSM) Repito la pregunta, ¿en que lo nota?

Por ejemplo en la violencia de género. Hablo simplemente como lectora de prensa, de las encuestas que se publican en los periódicos, pero a mí me parece una involución terrible que chiquillas de 17 o 18 años crean que son pruebas de amor tener un novio extremadamente celoso, que impone la ropa que lleva o que no le deja estar con amigos.

Por otro lado, hay mujeres que son muy reivindicativas a la hora de defender que los hombres se hagan cargo de la vida familiar de la misma manera que lo hacen ellas, y sin embargo en la realidad no es así. Hay muchísimas personas que no están dispuestas a defender esa lucha y que consideran que, en el fondo, tu principal función es ser madre y abuela y cuidar de tus hijos y tus nietos. Incluso mujeres formadas piensan que debes postergar, retrasar o no dedicar tus esfuerzos a tu vida profesional porque realmente tu deber siguen siendo tus hijos y tu hogar, la familia. Si eso no es una involución, sí es al menos un frenazo, una barrera. El desarrollo profesional no es incompatible con una vida familiar armónica, pero el que tu vida profesional y tu familia sean compatibles depende de que el padre de tus hijos también lo piense así.

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(JSM) Para Carolina Martínez Pulido ¿qué ha supuesto ese giro en su tema de investigación?

(CMP) Una profunda satisfacción. Estudiar las biografías y las contribuciones de la mujeres a la ciencia y ver cómo la biología se ha ido construyendo como una disciplina científica, cómo la perspectiva de género y la lucha feminista han enriquecido la ciencia, me produce una enorme complacencia, no sólo como mujer, sino porque me parece que hacemos una ciencia mejor, una ciencia más amplia, más inclusiva, más holística. No obstante, estoy convencida de que la biotecnología forestal o la biotecnología vegetal tiene mucha más actualidad por la manipulación genética de los organismos vivos y todos los avances que se están consiguiendo como consecuencia de la explosión de la biología molecular, que es un campo extraordinario y que interesa casi al 100% de la población.

(JSM) Dicen los historiadores que la historia la suelen escribir los vencedores. No es que haya sido una guerra, pero desde luego parece que la historia humana la han escrito los hombres y seguimos viviendo en un mundo de hombres ¿No teme que la acusen de revisionista?

(CMP) No tengo ese temor porque a mí me parece que reescribir la historia implica no sólo interpretar datos nuevos, sino reinterpretarlos y muchos datos se han interpretado de una forma muy sesgada. La ciencia no es neutra, ni objetiva, ni aséptica, está cargada de valores. En realidad, la ciencia es una actividad humana, y los humanos arrastramos una serie de prejuicios, de clichés y librarnos de esos prejuicios es muy difícil. La mejor manera de intentar producir una ciencia lo más inclusiva posible, menos sesgada, el mejor camino para alcanzar la ansiada objetividad a la hora de describir el mundo que nos rodea es que participe el mayor número de investigadores. Si incluso hoy la ciencia sigue estando dominada por los hombres, no creo que sea un retroceso intentar detectar esos fallos que en el fondo son estereotipos y prejuicios para irlos limando y que la subjetividad ocupe el menor espacio posible.

(JSM) Supongo que usted también habrá sufrido críticas por sacar todo esto a la luz…

(CMP) Si, bueno, pero por supuesto que la diferencia es enorme… No me importan algunos comentarios que pueden ser un poco peyorativos. Con la lucha de las mujeres se ha caído en una especie de burla o de mofa (…) recordemos a las sufragistas, hicieron un esfuerzo extraordinario para conseguir algo obvio, que el sufragio universal fuera realmente universal y no sólo para los hombres y ¡cuánto se las ridiculizó!

Para traer el agua a mi molino, en la segunda mitad del XIX, en el año 1871, se publicó la segunda gran obra de Darwin El Origen del Hombre, y en esa obra, Darwin, el padre de la biología decía: “Ha sido el hombre y no la mujer el verdadero protagonista del proceso evolutivo”. Historiadores interesados en el tema argumentaron que las mujeres no habían contestado esa afirmación porque no tenían suficiente categoría o formación académica para responder a un naturalista de semejante nivel. Y eso no es cierto. En 2007, una investigadora de la Universidad de Texas (llamada Kimberly A. Hamlin) realizó su tesis doctoral recuperando lo que dijeron las sufragistas norteamericanas, que denunciaron sentirse profundamente ofendidas por la explicación que había dado Darwin al papel de las mujeres en la evolución humana, y usando los métodos científicos que había usado él, y con argumentos rigurosos que hoy en día son perfectamente válidos, le respondieron por qué no se puede despreciar el papel de la mujer en el proceso evolutivo.

Las sufragistas han quedado en el imaginario colectivo como esas mujeres que iban con pancartas a las que detenía la policía. Por ello hoy es muy interesante recuperar la memoria de su actividad a través de diversas investigaciones para constatar que las mujeres no han sido tan pasivas, dependientes o ajenas al proceso científico como se pretende.

(JSM) Hablando de instituciones en las que todavía hay que reivindicar el papel de las mujeres, ¿qué futuro cree que les espera a organizaciones como las religiosas que directamente impiden el acceso de las mujeres a determinados cargos? ¿Están condenadas a desaparecer?

(CMP) No creo,… Si miramos a la historia, desgraciadamente creo que no. Aparte de ser monjas o limpiar el altar y poner flores, los curas no han permitido a la mujer hacer mucho más. La iglesia anglicana ha permitido el nombramiento de obispas, quizá la iglesia católica que es mucho más conservadora, lo haga en el futuro ante la caída de las vocaciones pero me parece que el poder de la iglesia católica sigue siendo muy fuerte todavía. La necesidad del ser humano de creer es tan grande que sigue habiendo fervorosos católicos a pesar de que en muchas ocasiones la iglesia no ha hecho su labor de ayudar a los más desfavorecidos.

Pero la iglesia católica no sólo ha puesto trabas a la participación de las mujeres, también a la ciencia y a su progreso. El creacionismo o el diseño inteligente, alentados por los sectores más rancios de la iglesia, están extendiendo ideas pseudocientíficas por Suramérica con mucho dinero detrás. Se siguen manteniendo y sustentando posturas que me gustaría pensar que están fuera de una sociedad científicamente avanzada en la que se han hecho tantos hallazgos y en la que se ha avanzado tanto, pero no es así…

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Carolina Martínez Pulido. Foto: © Izaskun Lekuona.

(JSM) Volviendo a la universidad, ¿cuáles diría que son los peligros o los retos a los que se enfrentan las mujeres científicas hoy en día?

(CMP) Lo primero de todo es esforzarse muchísimo para conseguir un buen currículo, obtener las mejores notas posibles para poder acceder a un equipo de investigación como becaria, pero claro, ese no es el fin. Si por ejemplo una mujer se quiere presentar a un concurso o a una oposición, debe saber que existen entre los hombres unas redes de datos que hacen que a los chicos les llegue la información de una manera mejor, generándose una camaradería entre profesor y alumno que con las chicas es mucho más difícil.

En AMIT (Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas) han realizado interesantes estudios sobre esto. Redes sutiles que favorecen de manera no explícita que un chico tenga más facilidades para ascender en la carrera científica que una chica. En muchos equipos de investigación o en empresas, ser una mujer joven con posibilidades de quedarse embarazada te quita interés como futura colaboradora, así pues ayudar en la conciliación familiar es básico, desde una empresa donde trabajas de cajera hasta en un equipo de investigación,… y esos prejuicios sólo se superarán con la ayuda masculina.

(JSM) Y aún si ese fuera el caso, cuando una mujer logra llegar a esos equipos de investigación, y trabaja con ellos como una más, se produce lo que usted llama “fenómeno de “vampirización” de la ciencia.

(CMP) En este momento creo que está menos extendido. Tiene que ver con la producción del conocimiento científico de las “compañeras invisibles” de las que hablábamos antes. A lo largo de la historia de la ciencia muchas mujeres han contribuido con trabajos muy importantes y los resultados de esos trabajos han sido atribuidos a sus compañeros varones, y eso me parece que es una forma de vampirizar… Ha ocurrido hasta en premios Nobel, incluso con argumentos, escritos por estas científicas en sus memorias, como que el director del proyecto les dijo: Vamos a poner primero el nombre de tu compañero varón y el tuyo en segundo lugar, aunque sabemos que eres tú la que has hecho el trabajo, porque él tiene más necesidad de ganarse la vida. Esto le ocurrió a Christiane Nüsslein-Volhard, premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1995 con sus primeros trabajos de los años 60, es decir, que no estamos hablando de la prehistoria.

(JSM) En su libro También en la cocina de la ciencia. Cinco grandes científicas en el pensamiento biológico del siglo XX, habla entre otras mujeres de Lynn Margulis, a la que considera «entre los pensadores más estimulantes y originales de toda la biología»… Sin embargo, estoy seguro de que bastantes personas habrán oído hablar de Lynn Margulis como la mujer de Carl Sagan. Quizá también se da el fenómeno de que hay grandes nombres masculinos que eclipsan a grandes nombres femeninos…

(CMP) Bueno, no sé si ese caso es el mejor ejemplo porque trabajaron en campos distintos, y Lynn Margulis alcanzó una relevancia muy importante como mujer y como científica, pero sí ocurrió por ejemplo con Rosalind Franklin y el descubrimiento de la estructura molecular del ADN. En este caso, ella quedó oscurecida completamente, en gran parte por ser mujer, pero también por el hecho de que murió con 38 años. Al haber fallecido no se pueden concretar cuáles fueron las razones exactas por las que quienes trabajaron con ella alcanzaron una fama tan grande, mientras que Franklin sólo ha sido recuperada con posterioridad. Quizá hubiera alzado la voz para defenderse. Los trabajos sobre historia de la ciencia están muy sesgados. ¡Dependen tanto del criterio del que investiga!

Sobre los autores

Esta entrevista ha sido realizada por Javier San Martín @SanMartinFJ. Las fotografías son obra de Izaskun Lekuona @IzaskunLekuona y es una colaboración de Activa Tu Neurona @ACTIVATUNEURONA con el blog Mujeres con Ciencia.

2 comentarios

  • Gracias por nombrar el hotel Nh Collection Aránzazu, nos alegra mucho ver que tuvieron el ambiente de trabajo idóneo para realizar la entrevista y estaremos encantados de recibirles en otra ocasión. Un cordial saludo.

    • Gracias a usted Alaitz y al resto del personal por la excelente atención que nos prestaron y las facilidades para hacer esta entrevista.

      Un cordial saludo

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