Françoise Barré-Sinoussi: una viróloga frente al VIH

Vidas científicas

Françoise Barré-Sinoussi. Fotografía: Institut Pasteur.

Inicio de los años ochenta del siglo XX. Realmente, no hace tantos años. Los médicos de Europa y Estados Unidos comienzan a documentar extraños casos de una rara neumonía y de sarcoma de Kaposi en jóvenes hasta entonces sanos. Se encienden las alarmas. En poco tiempo, hombres, mujeres, niños y niñas presentan enfermedades propias de una depresión inmune severa que, en la mayoría de los casos, les lleva a la muerte.

Y comienza una carrera. Una carrera contrarreloj contra algo desconocido que mata a una velocidad vertiginosa. Una carrera contra lo que se convertiría (y sigue siendo) una pandemia. La carrera contra el SIDA y el VIH, el virus que lo provoca.

Y en esta carrera encontramos a una mujer. La mujer que descubrió el virus y que luchó contra él con las armas que tenía en las manos; la ciencia y la educación. Esta mujer es Françoise Barré-Sinoussi, una viróloga frente al VIH.

Françoise Barré-Sinoussi nació en París, Francia, en 1947.

Mujer con inquietudes y que pensaba que “sentada en los bancos de la Facultad de Ciencias no aprendía mucho de investigación”, comenzó a trabajar a tiempo parcial, compaginando como podía estudios y trabajo, en el grupo del virólogo Jean Claude Chermann en el Institut Pasteur durante su tercer año de carrera. El grupo de Chermann se dedicaba al estudio del cáncer, la leucemia y los retrovirus, y con él como mentor aprendió lo más importante para dedicarse a la investigación: la pasión. Aunque no fue fácil estudiar y trabajar al mismo tiempo, Françoise no sólo acabó la carrera si no que se doctoró en Ciencias, con Especialidad en Bioquímica, en 1974.

Posteriormente se fue con un contrato postdoctoral a Estados Unidos, donde trabajó en el National Cancer Institute de los National Insititutes of Health. Durante su estancia conoció a Robert Bassin, la persona que completó su formación en retrovirus, la linea de investigación que nunca más abandonaría. En 1975 volvió al Institut Pasteur, al departamento de virología dirigido por Luc Montagnier.

Y en cinco años llegó. La pandemia. Eran los inicios de años ochenta cuando médicos de París fueron a pedir ayuda a Barré-Sinoussi y Montagnier. Una nueva afección estaba apareciendo en la ciudad. Una enfermedad que, aunque afectaba a unas cincuenta personas, mataba de una forma demasiado rápida y agresiva como para no preocuparse por ella.

La investigación básica y clínica se unieron, y el equipo de Françoise se puso en marcha inmediatamente. Al visitar a los pacientes y tener contacto directo con ellos Barré-Sinoussi entendió la gravedad del asunto y así comenzó una frenética carrera contrarreloj contra aquel nuevo fenómeno. Sus investigaciones pronto señalaron que se trataba de un nuevo virus que afectaba de forma muy severa al sistema inmune de los enfermos y que se transmitía por vía sanguínea, sexual y vertical, es decir, de madres a bebés.

Finalmente, en 1983, el grupo de Barré-Sinoussi publicó el artículo donde explicaban el descubrimiento de un nuevo virus que luego se llamaría el Virus de Inmunodecifiencia Humana, el VIH, el virus que provoca el SIDA, el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida, y que era el responsable de todas aquellas muertes.

Y entonces comenzó otra carrera a contrarreloj por secuenciar el virus, lograr tests de diagnóstico rápidos y eficaces, y obtener tratamientos para parar la enfermedad. Aunque se pagó un gran precio humano, finalmente y gracias a años de investigación, se han conseguido tratamientos efectivos basados en antirretrovirales que han permitido cronificar la enfermedad.

Françoise Barré-Sinoussi recogiendo el premio Nobel.
Fotografía: Encyclopædia Britannica Online.

Françoise Barré-Sinoussi y Luc Montagnier fueron galardonados con el premio Nobel de Medicina o Fisiología en 2008 por su descubrimiento del VIH. Compartieron el premio con Harald zur Hausen, galardonado por sus trabajos sobre el cáncer de cuello de útero y su relación con el virus del papiloma humano. Françoise comenta que nunca creyó que dieran tan prestigioso premio a un descubrimiento como el suyo, ya que no se había conseguido ni cura ni vacuna. De hecho, cuando una amiga suya la llamó por teléfono para comunicarle que había ganado el premio no se lo creyó. También ha recibido otros galardones, como el King Faisal International Prize for Medicine en 1993 y el de Gran Oficial de la Orden Nacional de la Legión de Honor francesa en 2013.

La contribución de Barré-Sinoussi no se limita únicamente al descubrimiento del virus ya que ha seguido investigando sobre el VIH/SIDA durante toda su carrera. Son importantes sus trabajos sobre el aspecto de la respuesta inmune adaptativa de la infección viral, el estudio del papel de las defensas inmunitarias innatas del huésped en el control del VIH/SIDA, los estudios sobre los factores que intervienen en la transmisión madre a hijo o las investigaciones sobre las características que permiten que algunas personas con VIH puedan limitar la replicación del virus sin medicamentos antirretrovirales.

Pero no sólo eso. La aportación de Françoise va más allá. Ha sido una de las caras más visibles de la lucha contra el VIH/SIDA a lo largo de todo el mundo, trabajando en diferentes sociedades y comités. Desde la década de los ochenta ha implantado programas y redes multidisciplinares en países como Camboya o Vietnam para crear centros de diagnostico y tratamiento de la enfermedad, potenciando especialmente la relación entre investigación básica y clínica. También ha tomado parte en programas de información y educación sobre el virus y sus vías de infección.

Françoise Barré-Sinoussi con su “Sketch of Science”.
Fotografía: Volker Steger.

Actualmente es directora de la Unidad de Regulación de Infecciones Retrovirales del Institut Pasteur y presidenta de la International AIDS Society, la primera sociedad independiente de investigadores y médicos contra el VIH/SIDA.

En una entrevista realizada por Fabienne Aillet en 2009 y reproducida en este mismo blog Françoise decía una cosa muy preocupante: “nos hemos relajado en la lucha contra el SIDA”. Y es que el hecho de tener un tratamiento que cronifica la enfermedad ha hecho que mucha gente vuelva a exponerse a situaciones de riesgo. Pero hay que recordar que no existe aun una cura para el SIDA. Por eso insistía en aquella entrevista en fomentar campañas de información y educación, porque la lucha contra el VIH/SIDA no está todavía ganada.

Antes de despedirme querido lector@, me vas a permitir un pequeño recuerdo de la infancia y adolescencia. El de la de la primera persona que conocí que luchó contra el VIH/SIDA. Se llamaba Jon Salaberri y solía venir todos los años a la Ikastola a explicarnos qué era y cómo se transmitía aquella enfermedad que tanta gente se llevó a nuestro alrededor. Nos enseñó mucho. Nos transmitió mucho. Y no sólo a nosotr@s, a toda la sociedad. Mi recuerdo y agradecimiento para él.

Referencias

Sobre la autora

Aitziber Lopez (@lopez_aitzi) es doctora en química por la UPV/EHU.

5 comentarios

  • Muy buen artículo, Aitziber, has narrado con gran claridad un tema difícil. Y Francoise Barré-Sinoussi es una científica excelente.
    Felicitaciones.

    • Muchísimas gracias Carolina. La verdad es que con estas mujeres tan increíbles resulta hasta «fácil» escribir… gracias a ti y al resto por seguirnos

  • Trabajar en virología y a esa velocidad tiene doble mérito porque en relativamente pocos años se ha pasado de la pura impotencia a la completa contención. Su labor no solo mejora la salud de pacientes, mejora la calidad humana

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